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Jinete Pálido celebra veinte años de local de rock en Benicàssim con la guitarra de Graham Foster

Su fachada y, sobre todo, su interior dejan claro que Jinete Pálido es un pub de rock, o un 'saloon' de rock. Imágenes de músicos, de apaches y de referencias a la película de Clint Eastwood de la que toma el nombre crean un ambiente fácilmente identificable en el que suena el rock, el blues, el country… Y así desde hace ya veinte años. A pesar de vivir su momento más delicado, para celebrar una aniversario tan redondo, su propietario, Javi García Vidri, ha programado para el viernes 23 de octubre un concierto a cargo de Graham Foster, que servirá para completar una jornada muy musical en Benicàssim, que incluye la despedida de Joe Jary.
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Javi García Vidri, al frente del 'saloon' Jinete Pálido, de Benicàssim.

“Eran otros tiempos, y mejores que los actuales. Había acabado la mili y pensé que era el momento adecuado para montar un local que aglutinase todo lo que significa la palabra “rock”. Me había movido en el ambiente biker y Harley hasta ese momento. Una época en la que era habitual que existiesen locales heavies, rockers… pero no uno que mezclase estilos, al menos en Benicàssim”. Bajo ese punto de partida abrió Javi García Vidri el pub Jinete Pálido. La fecha exacta: el 27 de julio de 1995. O sea, hace veinte años y ya casi tres meses. Con motivo de una aniversario tan redondo, para el viernes 23 de octubre se prepara en el local de la benicense calle de Los Dolores, 75 –delante del Espai de la Música Mestre Vila- un concierto de cumpleaños a cargo del veterano guitarrista británico Graham Foster, muy conocido en los escenarios castellonenses por sus habituales visitas. Y de algún modo será como una segunda parte de un festivo día que arrancará con la celebración frente a El Corb del concierto de despedida del guitarrista suizo Joe Jary a sus 70 años, con jam incluida en la que participará el propio Graham (el inicio de la fiesta tendrá lugar sobre las 13:30, con paella a las 17:00). Una vez finalizada, allá a las 20:00, el ambiente rockero se trasladará hasta el cercano Jinete Pálido, donde a las 22:30 arrancará el concierto, con el añadido de una sesión pinchada por Cinnamon DJ.

Este vigésimo aniversario llega justamente en el momento más delicado del pub. “Nunca he tenido dudas sobre la continuidad de Jinete Pálido… hasta el momento actual”, confiesa Javi, quien recuerda que “poner en marcha el pub no fue sencillo, porque el Ayuntamiento me lo puso muy difícil, pero desde el arranque fue un éxito”. Una aceptación que se ha ido diluyendo: “En aquellos tiempos la gente tenía otras inquietudes y más dinero, y tampoco los controles de alcoholemia eran tan severos”. La cara actual es “la habitual de un local de rock, la de la crisis. Para un local de rock es complicado, y en Benicàssim ni te cuento. Pero sigo fiel a los principios: rock, blues, soul, country…”.

Cuestiones relacionadas con los permisos y las flojas asistencias han provocado que la música en vivo no haya tenido programación fija en el Jinete Pálido.

El saloon -incluso se ha rodado un cortometraje en su interior- ha apostado siempre de manera clara por el rock en inglés. “Cuando abrí había locales en Benicàssim donde pinchaban rock nacional, pero quise apostar por algo diferente, además de añadir estilos menos conocidos, como el country o el southern”. Sin embargo, la música en vivo siempre ha sido una especie de cuenta pendiente, porque salvo una breve etapa en 2012-2013 de programación continuada, los conciertos han sido esporádicos. “Antes era mucho más difícil conseguir la licencia para programar música en vivo. Lo hice alguna vez, pero es complicado por permisos y también por la asistencia de público. Me desanimé al comprobar la poca respuesta”.

El nombre del local responde al título del western que dirigió y protagonizó Clint Eastwood en 1985 y que sirvió para revitalizar el género. También su visionado varió la intención inicial de Javi,  “porque en principio había pensado llamarle Jinete de Medianoche, como una canción de Allman Brothers, pero Jinete Pálido me gustaba más y era más acorde a la ambientación del local”.

Ese ambiente rockero, sudista, con imágenes propias del Oeste de los cowboys y de los apaches, pronto creó un tipo de clientela: “Era habitual que por las noches la calle se llenase motos. Eso era bueno, pero también supuso un hándicap durante mucho tiempo, ya que se tenía la idea de que era un local de motoristas y otro tipo de gente no tenía cabida”. Aquella clientela ha ido creciendo al ritmo del Jinete Pálido: “Siguen viniendo aquéllos que se han hecho mayores y también algunos jóvenes raritos, las ovejas negras de su generación” (risas), en referencia a quienes gustan del rock como bandas sonoras de sus vidas.


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