Apenas queda hasta el próximo domingo 10 de enero para ir a verla, pero solamente por cuadros como El Guernica cortado, procedente de la Colección Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, vale la pena desafiar al frío para disfrutar de la exposición Un diálogo con la historia del arte del Equipo Crónica en la Sala Bancaja San Miguel de la calle Enmedio de Castellón. Una auténtica profanación de una de las obras de arte más icónicas de la historia, la de Picasso, depedazada por unas tijeras pop. Y un ejemplo de la excelente selección de piezas que recoge la muestra, comisariada por el castellonense Javier Molins y abierta al público desde el pasado 27 de noviembre. Si te has dormido, todavía estás a tiempo. Y vale la pena.
Los homenajes del Equipo Crónica a Picasso, Velázquez, Goya, El Greco, Zurbarán, Antonio Saura… Esos cuadros que hemos visto tantas veces en libros, reportajes de la tele e internet están expuestos en Castellón por primera vez. Una oportunidad única para ponernos delante de ellos y comprobar que el pop-art de los valencianos no fue solamente una forma de desdramatizar y colorear los originales, para realmente rendirles tributo, sino también una manera inteligente de burlarse de la dictadura franquista que todo lo engrisecía.
Las 21 obras de la muestra son precisamente eso, un diálogo con la historia del arte español, una recreación de sus hitos más reconocidos e interiorizados en la memoria colectiva, como Las Meninas o El Guernica. Y se trata de una ocasión única, histórica, de verlas todas juntas, ya que esta serie del Equipo Crónica se ha reunido exclusivamente para la exposición de Castellón. Por ejemplo, dos de sus versiones de Las Meninas, El pincel mágico y El Recinte, cuelgan por primera vez de la misma sala.
La exposición ha recurrido a los dos centros que tienen más pinturas, esculturas y grabados de los valencianos son el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) y el Reina Sofía de Madrid, pero también al Sant Pius V de Valencia, la Fundación March, la Diputación de Valencia, la Fundación La Caixa, la propia Bancaixa y colecciones particulares. Una confluencia de cesiones que probablemente tardará en repetirse.
Así que se trata de una excelente ocasión para divertirse con la superficie de esas pinturas sesenteras y setenteras de Manuel Valdés (1942) y Rafael Solbes (1940-1981), con su descontextualización, anacronismos y colorido. Pero también para sumergirse en su trasfondo crítico y comprometido con lo que les rodeaba. Un ejemplo: las versiones de los retratos reales de Velázquez del Equipo Crónica eran una forma de parodiar con sorna el uso que hacía de ellos el Ministerio de Información y Turismo de Manuel Fraga en sus carteles publicitarios.
Valdés y Solbes facturaron el pop-art más alejado de la frivolidad. A diferencia de algunos de sus coetáneos europeos y norteamericanos, los valencianos concibieron la figuración con espíritu crítico, de reportaje o crónica de la realidad social y política. El Equipo Crónica compartía su rechazo al expresionismo abstracto, usando los recursos y la estética de los medios de masas, pero con menos asepsia y más personalidad, con un sello inconfundible. Como dice su catálogo del IVAM, “en su obra los objetos no son interpretados como formas estéticas, sino como elementos inmersos en un todo social, cultural o histórico, poseedores de un sentido, significado o valor representativo de esa realidad”.
Las dos fotografías de la exposición son de la Agencia Castellón Foto.