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Damian Marley, gran protagonista de la primera mitad del Rototom Sunsplash 2016. Foto: Adrián Morote.
Pájaros en la cabeza, como ilustra el cartel de este año, en el mejor sentido de la expresión si es que pudiera tener alguno negativo. Los que salen de las rastras del diseño tricolor y de las cabelleras de Damian Marley, Jah9, Alborosie o Kabaka Pyramid. Los que revolotean por todas las áreas del recinto, mejor acondicionadas y más concurridas que nunca. Los que nunca duermen en la avenida de los clubs europeos que este año se han sumado a la fiesta repletos de buenas vibraciones. Los que palpitan junto a las torres de sonido de la Dub Academy o bailan en la Dancehall. Después de la polémica de dimensiones internacionales vivida en 2015 en torno a la actuación de Matisyahu, en el festival reggae más grande de Europa -y uno de los más importantes del mundo- se vuelve a respirar libertad, tranquilidad y multiculturalidad con una gran respuesta del público, que el martes 16 llenó hasta los topes el recinto. Tensión, distensión. El Rototom Sunsplash vuelve a soñar, y llegando al ecuador del festival, el Rototom ha conseguido reunir cerca de 150.000 personas -según la organzación-, con Damian Marley como uno de los grandes atractivos de estos primeros cuatro días de festival (con 34.000 asistentes).
Reggae for freedom en Benicàssim hasta el 20 de agosto, sí. Permanecemos en esta carretera que nos lleva hasta Zion (“Road to Zion”). Un Zion que casi se pudo rozar en uno de los momentos más mágicos que se han vivido -hasta el momento- en la 23ª edición del Rototom Sunsplash. Tal y como ocurrió en 2013, el martes 16 el público del Rototom se rindió por completo a Jr. Gong, al hijo pródigo. La bandera rastafari volvía a ondear incansable sobre el Main Stage.
Damian Marley asaltaba el escenario principal al ritmo “Make it bun dem”, seguido de un afilado “Set up shop”. Empezó en lo más alto, y supo mantener el directo en un nivel constante. Marley acertó dosificando entre ciertos coqueteos con la corriente más tradicional del reggae, puro roots, y que tan bien personificaba su padre, al que también subió al escenario (“Get up, stand up”, “Could you be loved”), y manejarse entre la más actual del género, aquella que se mueve entre distintos estilos y que aterriza en un raggamuffin que consiguió que el Rototom se adentrase en Jamrock o se balancease al ritmo de “Affairs of the heart”. El Rototom vibraba hasta el último segundo, hasta el último poro.
Tal y como ya hizo en su paso por el festival en 2013, Damian Marley llegaba al Rototom dispuesto a disfrutar de la magia de esta edición del Reggae for freedom. Además de dejarse caer por el escenario Dancehall, Damian Marley aterrizó en el recinto el lunes 16 para el concierto de su amigo Kabaka Pyramid. El también jamaicano dejó un directo arrollador y cargado de esa intensidad y euforia que es capaz de crear la corriente revival. Incansable y poniendo en lo más alto el escenario principal.
Del Kabaka Pyramid que llegaba al Main Stage en 2014 (concierto que él también recordó sobre el escenario) han pasado muchas cosas; sigue apoyándose en directos que irradian fuerza, pero cada vez que se sube a un escenario del Rototom su música consigue dar un giro electrizante. Sobre el escenario también contó con el artista reggae catalán Irie Souljah (“Inna di mood”).
Damian Marley llegaba acompañado por Marla Brown, hija de Dennis Brown. La artista jamaicana creó una atmósfera melódica perfecta en el Showcase. El concierto de Marla Brown, que contó con el acompañamiento de la banda de Alerta Kamarada y con la presencia del torbellino Runkus en el tema “One shot”, fue una de esas muchas cosas destacables que suceden a diario en el Showcase.
Pero el martes no fue únicamente el día de Damian Marley, el Main Stage también recibió la luz de una inspiradísima Jah9. Acompañada de la banda The Dub Treatment, que efectivamente acentuó su perfil dub, la joven compositora y cantante jamaicana ofreció sus mejores canciones, desde "Steamers a Bubble" hasta "Avocado" o "New Name", con esa forma de interpretar tan singular que combina energía y elegancia, dulzura y gravedad; transmitiendo compromiso social y espiritualidad, con sus letras rastafarianas pero también con su sola presencia. Desde que participó por primera vez en 2012 en el Rototom en uno de sus escenarios secundarios y en 2014 confirmó su talento ya en el principal, Jah9 ha crecido muchísimo como artista, generando una gran expectación con el disco que lanzará el próximo septiembre. Absolutamente justificada.
Una de las grandes características del Main Stage es que es posible hacer una radiografía completa de las caras que mejor representan el reggae y de las muchas derivaciones que éste puede tener. Por eso volvió a sonar el reggae más clásico, ese roots reggae que suena a raíces, esos temas que representan su explosión y esa magia que fue capaz de transmitir una sobresaliente Marcia Griffiths. No podía haber mejor manera de abrir el escenario principal de esta edición que con su increíble voz y su ánimo contagioso. El reggae de los 70 pisaba el escenario principal de la mano de Marcia, quien lleva más de 50 años cantando y que ha acompañado a artistas como Bob Marley y The Wailers, a quienes recuperó en su repertorio.
Porque es todo un privilegio poder ver sobre un escenario a figuras como Marcia Griffiths, pero también a artistas como Mykal Rose (encargado de cerrar el Main Stage el sábado 13), quien destiló la esencia de Black Uhuru (“Guess who is coming to dinner”). También ver en acción a una de las bandas más prestigiosas del género, y es que Morgan Heritage fue capaz de crear una atmósfera irrepetible el lunes 15. Algo similar a lo que consiguió Israel Vibration el domingo 14; aunque sólo se pudo contar con la presencia de Skelly (Wiss no pudo acudir porque le han robado el pasaporte), quien pudo defender el directo y recuperar ese no sé qúe del grupo; esa esencia que se esconde entre su propia historia como en su música.
Pero no sólo de reggae clásico vive el Rototom. El género muta y deriva en otras sonoridades como el dancehall, representado a la perfección por un Assassin (aka Agent Sasco) que puso patas arriba el escenario principal el sábado 13. Más cercano al raggamuffin y con menos inyección de dancehall, Ziggi Recado también jugaba con los ritmos y la parte revival del reggae, un pre-calentamiento perfecto para recibir a Damian Marley.
Otro de los grandes triunfadores de las primeras jornadas del Rototom ha sido Alborosie. Es el caramelo perfecto del festival, la apuesta segura, ya que el italiano consigue arrastrar a un gran número de público. Esta edición pisaba el Main Stage acompañado por la banda Shengen Band, la forma perfecta para redondear el raggamuffin de Alborosie. Un concierto lleno de picos que finalmente estalló al ritmo de “Kingston town”.
Con un aire muy diferente y a ritmo de “The final countdown”, Big Mounain le ponía el aire más romántico al festival el domingo 14. No faltó su clásico “Baby, I love your way” ni su versión del “Here comes the sun” de The Beatles. Incluso se atrevieron con el castellano (tanto para dirigirse al público como en uno de sus temas) y dieron algunas pinceladas de cómo suena su nuevo largo, Here comes the sun (2016).
La escena nacional también salió victoriosa en su paso por el Main Stage. Desde Green Valley el domingo 14, con un directo similar al que pudimos ver en la pasada edición del Arenal Sound, aunque tal vez llegaba más cargado de reggae; porque “Los sueños” suenan de otra forma en el Rototom.
Con un carácter no tan reggae y llenando de color su música con otros estilos, Macaco llenó el Main Stage el sábado 13. Ya lo dijo él sobre el escenario: “Gracias por ser tantos y tan diferentes”; porque al fin y al cabo, eso es lo que es Rototom. Macaco (con máscara de mono incluida) fue el diferente que consiguió ganarse a todo el público en la primera jornada del festival con sus canciones más reconocibles. Repartió amor y mucha luz con su música (“Love is the only way”) con un directo cargado de denuncia social y que hasta sonó a rock.
El Reggae for freedom
Tal y como representa la imagen de esta edición, el Rototom Sunsplash se ha propuesto que el público vuele. Vuele lejos, que vuele a Zion. Y lo ha conseguido. El Main Stage es el gran protagonista, albergando la parte con más peso del cartel con dos speakers de lujo, como son Miguel Caamaño (Alma de León de Radio 3) y Sr.Wilson. En sus descansos entre conciertos ha albergado exhibiciones de dancehall con las escuelas de Irie Queen y Refa Redvolcon, música africana con los Hermanos Thioune, flamenco con Noemí Martínez e incluso Dada Yute con la que ya es la BSO del festival: “Rototom city”.
El verde, amarillo y rojo vuelven a inundar cada rincón del festival. Un ambiente relajado a la vez que festivo, un lugar en el que poder ir con la familia (los niños se perderán entre la cantidad de actividades que ofrece el Magico Mundo y los espectáculos de Rototom Circus) o con los amigos. En donde poder desde realizar una meditación que nos conecte con la Madre Tierra (en el área PachaMama) hasta los bailes de la discoteca africana (African Village). Babear con la increíble variedad de su zona gastronómica o perderse entre el mercadillo y el Mercado ArteSano.
Alargar las noches en los nuevos clubes europeos que han aterrizado en el festival para sumarse al ya clásico Juanita Club (Valencia), por donde pasó el sound system Crossfyah Sound el sábado 13 con un espectador de lujo, el artista nacional Swan Fyahbwoy; un steampunk Cross Club (Praga), la gigante jukebox del Black Dynamite (Francia) y acabar en el Hootananny (Brixton). O, por qué no, dejarse caer por las propuestas de la Roots Yard, en donde los castellonenses Waweekends parece que contaron con una pequeña incorporación al dúo.
Bailar en el escenario Dancehall con sus sound system y las masterclass con distintos profesores internacionales o dejar que las vibraciones ocupen cada centímetro de tu cuerpo bajo los enormes muros sonoros de la Dub Academy.
Sin olvidar tampoco el Showcase, por donde han pasado infinidad de propuestas y que este año ha absorbido la programación del Ska Club. Una programación de carácter ska que durante las primeras jornadas ya ha contado con los locales Bandits (sábado 13), quienes, una edición más, volvieron a hacer gala de su suntuoso y canalla rocksteady, hasta los italianos The Uppertones, entre otros.
También espacios para la reflexión, en un Foro Social en el que se ha hablado del cambio climático, de la situación actual en Europa, de la guerra en Siria e incluso de street art. Así, el Rototom Sunsplash demuestra que hay muchas más razones por las que merece la pena forma parte de él. Y, es que, "nobody nah sleep inna Rototom City".

El Cross Club de Praga, uno de los clubes europeos que más está animando las noches del Rototom Sunsplash. Foto: Adrián Morote.