Después de dudas sobre su continuidad, el ciclo Sons va a vivir un otoño más. Lo hace siguiendo sus líneas generales, trayendo hasta Castelló músicas marcadas por la independencia creativa de sus creadores. Una alternativa a los eventos guiados por una clara línea comercial. Como es habitual, el Teatre del Raval es la sede los tres conciertos previstos para este trimestre, con la ligera alteración de comenzar el último día de septiembre y dejar en blanco el mes de diciembre. Siempre en lunes, a las 20:00, y con taquilla voluntaria. Jane Weaver, Lemoncello y Drugdealer son los protagonistas.
El 30 de septiembre llega la británica de largo recorrido musical Jane Weaver en el primero de sus cuatro conciertos en la península. El motivo del concierto de la artista nacida en Liverpool y residente en Manchester es la gira de su reciente 13º disco, Love in constant spectacle, producido por John Parish (PJ Harvey). Su música bebe de influencias de la psicodelia, el kraut rock y el pop, acercándose más en su álbum de 2024 a este último apartado. Sus canciones incluyen una atrayente melancolía y ensoñación -a veces incluso bailables- surgidas de la propia voz de la compositora, cantante y guitarrista, quien allá por los 90 formó parte del grupo Kill Laura. Su intención ha sido siempre la de no repetirse y evitar quedarse encasillada en un estilo concreto.
El protagonista de octubre -lunes 21- será el joven dúo irlandés Lemoncello. Dos mujeres, Laura Quirke y Claire Kinsilla, que apuestan por un relajado folk para tratar sobre temas como la naturaleza humana y el amor, así como el contraste entre el mundo natural y la sociedad moderna. El violonchelo acentúa esa tonalidad acústica e intimista, prestando gran atención a los armoniosos juegos de voces tejidos entre sus dos integrantes. Todo semeja ser sencillo, pero sabe seducir por el buen uso de cada uno de los elementos de este proyecto acústico. Después de algunos singles y eps, en este 2024 han debutado con un largo que toma el nombre del grupo. Es evidente la influencia del folk irlandés, pero también toman referencias del pop indie.
El 4 de noviembre es el turno de Drugdealer, nombre del proyecto del estadounidense Michael Collins. Se trata de un músico enamorado del cine con residencia en Los Angeles, Baltimore y cualquier lugar al que le llevasen los trenes durante su juventud que factura unas canciones con ecos de clásicos de los 60 (The Beatles, Beach Boys), además de jazz de los 70 y soft rock de los 80, junto con su universo cinematográfico. Sus canciones tienen un aire bellamente nostálgico, como se puede comprobar en sus tres lps publicados, todos con aroma a clásicos de décadas de la segunda mitad del pasado siglo y que expresan su actual modo de manufacturar canciones una vez cerrada su fase experimental. Su más reciente disco data de 2022, Hiding in plain sight.