Que en un concierto de The Cure el público comience a cantar “¡Vamos Robert! Sal a bailar que tú lo haces fenomenal...” es culpa de unos chicos de Albacete que un buen día aparecieron en la tele, allá por 2006, dentro de un programa de humor que nada tenía que ver con lo habitual en la pequeña pantalla: La hora chanante. Muchachada Nui tomó el relevo y disparó la popularidad de nuevos humoristas como Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, inspirados por el surrealismo de unos Monty Python. Una década atrás habían sido Faemino y Cansado los causantes de dar una vuelta de tuerca al humor televisivo, con los juegos de lenguaje de Tip y Coll como referencia. Ahí quedó su “¡Qué va, qué va! Yo leo a Kierkegaard”. El sábado 26 de noviembre ambas parejas coincidirán en escenarios castellonenses. Faemino y Cansado en el Auditori del Edifici Cultural Leopoldo Peñarroja (20:00, con entradas a 12, 15 y 18 euros); mientras que Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla protagonizarán tres funciones en el Teatro Principal de Castellón (sábado, 19:30 y 22:30, y domingo 19:00, con entradas a 20, 24 y 27 euros). Y los llenos ya están garantizados.
Viejóvenes es el título que le robaron Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla a Carlos Areces (Ojete Calor) para titular el espectáculo que idearon para celebrar sus doce primeros años en el mundo profesional del humor. La novedad es que por primera vez trabajan en el teatro como pareja cómica, desarrollando durante dos horas una serie de sketches o “chorradas”, como directamente los definen ellos. En teoría, hablan sobre las características de esos ya no tan jóvenes que se resisten a dejar de serlo, pero en la práctica todo aquello que está a su alcance entra en esta producción de la promotora castellonense Sueños Musicales.
La estrenaron en 2015 y el éxito de público fue tan grande que se prolongó a una segunda temporada, con igual resultado, lo que se traduce en que ya andan llenando la agenda de 2017. Quien asista a Viejóvenes debe hacerlo teniendo en cuenta la advertencia de Joaquín y Ernesto: “Acudid descomidos”, porque se van a partir el ojete a base de carcajadas.
Las entradas anticipadas están agotadas, pero la misma tarde de las funciones se podrá adquirir en la taquilla del Principal una última remesa, correspondiente al 5% del aforo del recinto.
Como grandes analistas que son, los madrileños Carlos Faemino y Javier Cansado han realizado un curioso cálculo: durante los 90 minutos que dura ¡Como en casa ni hablar! cada espectador soltará 23 carcajadas. Esa cifra la garantizan ellos, aunque si alguien quiere rebasarla, ellos no se lo impedirán. Se plantarán en el escenario con sus chaquetas y tirantes y comenzarán a decir cosas, situándose en ese humor absurdo que les caracteriza. Analizarán la actualidad, a su manera, con su lenguaje, como lo han hecho durante casi ya treinta años. Y su objetivo será uno: “que los espectadores salgan siendo mejores personas”.