Expositor del Museu de Belles Arts con la imagen de la exposición 'Historias, miradas, mujeres. Visiones de la diferencia' diseñada por Verónica Fabregat de fondo. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Un manto de cuerpos desnudos que parecen estar fundiéndose con el entorno en el que se encuentran; debatiéndose entre el cielo y la tierra. Si te fijas en los elementos de la obra Humanitat de Francisco Pons Arnau podrás ver cómo se vale de cada uno de estos cuerpos para hablarnos de emociones. Pero que sobre todo son ellas, las mujeres que aparecen en esta composición psicológica, en las que es más sencillo leerlas. Partimos de la parte más baja, con la ira, la desesperación, el cansancio, el miedo, el dolor y la lujuria, para ascender y entrever optimismo, esperanza y liberación.

La obra de Pons, considerado como uno de los discípulos más destacados de Joaquín Sorolla, pertenece a la amplia colección del Museu de Belles Arts de Castelló**. También es una de las obras que dan forma a la exposición Historias, miradas, mujeres. Visiones de la diferencia* del Institut Valencia de Cultura (IVC) y que se inauguró en marzo, días antes de que se decretase el estado de alarma por el coronavirus (COVID-19). Desde entonces, mientras parecía que éramos como uno de esos cuerpos desnudos que nos pone frente a los ojos Pons, arrastrándonos por las tonalidades más oscuras para llegar a la luz, esta Humanitat, junto al resto de obras, ha estado durante dos meses sola. Esperándonos.

Obra 'Humanitat' de Francisco Pons Aranu.

El Museu de Belles Arts es uno de los espacios culturales que han podido retomar su actividad con la entrada en la Fase 1 de la desescalada hacia la nueva normalidad. La nueva normalidad con las manos desinfectadas con gel hidroalcohólico en la entrada, la mascarilla puesta, el aforo limitado y manteniendo el distanciamiento con el resto de visitantes. Eso sí, solo exposiciones; por el momento no se pueden realizar ni talleres ni actividades complementarias.

El suelo de madera de la sala de exposiciones temporales del Museu donde encontramos Historias, miradas, mujeres. Visiones de la diferencia cruje con cada paso. La mujer encargada de la seguridad se mueve con cuidado, como si ya lo supiese. En la entrada, justo en el pasillo que rodea el patio interior, el personal de mantenimiento y limpieza comentan -a un metro y medio de distancia, prometido-, entre risas, lo mucho que les ha costado después de tanto tiempo meterse en la ropa. Están esperando a que salgamos de la sala para poder acondicionarla de nuevo. La Humanitat es la obra con la que arranca este recorrido artístico que nos propone la comisaria de la exposición, Irene Gras. Junto a esta obra, las deshumanizadas Vacaciones de Ramón Soltz Viciano (¿quién no se ha sentido como la Serenidad de Julio Romero de Torres envidiando a través de la ventana las Vacaciones de Soltz estos últimos 60 días?). Estamos frente a dos de las obras del bloque Objeto, cuerpo e indumentaria, una de las divisiones conceptuales que dan forma al todo que es la exposición: una revisión artística y con perspectiva de género que realiza Irene Gras sobre el papel de las mujeres en el arte a partir de una selección de obras del siglo XVI al XXI de la colección del Museu de Belles Arts de Castelló de artistas nacidos o que han trabajado en Castellón. La construcción de la mujer, su imaginario y su papel en distintos ámbitos (que corresponde a cada uno de los bloques temáticos) consiguiendo un diálogo intergeneracional. La mujer como objeto representado, pero no como creadora.

Sobre la idea de que lo que conocemos de nosotras mismas parte de mujeres representadas por hombres se desarrolla Objeto, cuerpo e indumentaria con, además de las obras de Pons y Stolz, otras como la cruda representación que hace Rafael Sanchis Yago sobre cómo lo que llevamos puede marcar nuestro estatus social en Bonaventura. 

Le sigue el bloque: Imagen de poder, sobre empoderamiento subordinado y arte como instrumento político. Aquí podemos ver representaciones religiosas como Verónica de la verge, que nos presenta la imagen de la mujer pura y casta; el solemne y soberbio Retrat de la Sra. De Bardasano, en el que el propio José Bardasano utiliza a su mujer como modelo o el ya mencionado Serenitat de Romero de Torres, una representación de la mujer de élite confinada en el hogar, pero también como un punto de partida. En este bloque también nos topamos con la que es una de las piezas más llamativas: Menines i reis de Traver Calzada, y no solo porque representa la popular obra de Velázquez en plena Transición, sino porque lo modifica de distintas formas; la más llamativa, las fotos de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía en el lugar en el que Velázquez retrató el reflejo en un espejo de Felipe IV y Mariana de Austria.

Mascarillas y distancia interpersonal en la nueva normalidad del Museu de Belles Arts de Castelló. Foto: Carme Ripollès (ACF).

La escultura adquiere cierto protagonismo en Madre, musa y artista, bloque sobre los modelos femeninos en el imaginario artístico. Nos encontramos con una hipnotizante L’amor i l’interés de Just Gandarias Planzón, una escultura de mármol de una mujer desnuda, rodeada con una serpiente con una moneado; o La maternitat de Joan Baptista Adsuara, que escenifica y de alguna forma honra a aquellas mujeres que han abrazado la maternidad. También encontramos óleos en este bloque, como Ma mare m’ha dit que em veja de Vicent Castell, en el que podemos ver cómo una hija se presenta frente a un hombre en busca de aprobación.

Continuamos con Trabajo y hogar, sobre el ámbito de la cotidianeidad y el papel de la mujer como cuidadora. Este bloque invita a una reflexión muy interesante mostrándonos cómo la educación era representada como una función propia de ellas a través de la imagen de una mujer mayor enseñando a un niño en La primera lliçó de Gabriel Puig Roda o la representación de la mujer que atiende el hogar y a la familia en Harmonia familiar de Antoni Peyró Mezquita. E Inevitable es que no se nos vaya la mirada a Laparotomia, también de Vicent Castell, en donde, mientras un grupo de hombres realiza una operación en el abdomen, se puede ver cómo la única mujer que se encuentra en el quirófano es una religiosa la cual, además, solo se limita a observar, y es que no habría podido ser de otra forma.

Y mientras seguimos avanzando por la exposición y la mascarilla empieza a molestar y el suelo sigue sonorizando nuestros pasos, Historias, miradas, mujeres. Visiones de la diferencia nos hace preguntarnos: ¿Cómo ha tratado el arte a la mujer y cómo lo hace ahora?, ¿cómo se nos representaba y cómo se nos representa?, ¿quién se ha encargado de escribir y describir nuestro discurso? Pero también nos pone frente a lo más llamativo: solo hay dos mujeres creadoras en toda la exposición. Ellas son la artista multidisciplinar Beatriz Guttman con su obra Columna salomónica, una representación de unos ovarios con forma de mujer; y Mar Arza con Incís… III-IV, propuesta que, como es habitual en ella, se encuentra entre el arte y la poesía y, en este caso, vemos cómo las palabras, el contenido, cede ante el peso de la gravedad y rompe la armonía del fondo blanco como una brecha. ¿Podría haber más nombres femeninos en la colección del Museu de Belles Arts de Castelló?

'L'amor i l'interés' de Just Gandarias Planzón en el Museu de Belles Arts. Foto: Carme Ripollès (ACF).

*Puedes echarle un ojo al completo catálogo de la exposición, con Verónica Fabregat encargada del diseño gráfico y maquetación, en este enlace.

**El horario del Museu de Belles Arts de Castelló es de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00, con entrada libre.