Escribo esto desde Berlín donde, como muchos otros jóvenes españoles que me encuentro a diario por la calle, nos estamos intentando ganar la vida. Sinceramente, no me puedo quejar del tiempo que estoy pasando aquí. Pero si hay una cosa que hecho realmente de menos cada semana, es el ciclo de cine del Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC). Y cuando veo programaciones como la de este trimestre me entran ganas de subirme al avión para poder ver en pantalla grande las últimas películas de Víctor Erice, Claude Lanzmann, Carlos Reygadas o Albert Serra. Id los que podáis, de lunes a jueves (a las 20:00, salvo los miércoles a las 22:00) y de manera gratuita, a degustar el mejor cine de autor.
Estos meses de abril a junio, el ciclo EspaiCinema ha decidido sacarnos del centro de la ciudad para llevarnos al extrarradio o al campo. Lugares llenos de conflictos, misterios y vida. Donde la naturaleza, la luz y la sombra, se fusionan con la naturaleza humana. ¿Y qué mejor ejemplo que el castillo del conde Drácula?
Del 21 al 24 de abril, Albert Serra nos contará la historia de cómo Casanova se encontró con Drácula, y su biografía pasó a llamarse Història de la meva mort (2013). El film, estrenado en Catalunya como una superproducción norteamericana después de haberse llevado el máximo galardón en Locarno 2013, sigue mostrando al Albert Serra de siempre, aunque pretenda ser lo opuesto (por exceso) a sus anteriores largos: Honor de cavalleria (2006) y El cant dels ocells (2008). Puede ser una película aburrida, tediosa, pretenciosa… pero no cabe ninguna duda de que estamos ante la que, visualmente, sea una de las propuestas más potentes de nuestro último cine. Aunque sólo sea para contemplar un trabajo de caracterización deslumbrante, y poder criticar al “senyó” Serra después, hay que acercarse a ver este encuentro tan mítico (por la condición de sus protagonistas).
De la siniestra Transilvania viajaremos a la campiña francesa, del 28 de abril al 1 de mayo, para visitar junto al oso Ernest la casa de la rata Célestine. Ernest et Célestine (Stéphane Aubier, Vincent Patar i Benjamin Renner, 2012) es una propuesta de animación para el público infantil. Algo que echábamos de menos en las proyecciones del EACC. Pero no es una película de dibujos cualquiera. Nominada al Oscar a mejor película de animación, y reconocida como la mejor película en la Quincena de realizadores de Cannes, esta fábula en la que uno oso que no quiere ser notario y una rata que no quiere ser dentista, habla del valor de la amistad y el apoyo entre unos y otros para hacer de este mundo algo mejor.
Quizás el cuento de Ernest y Célestine lo podría haber escrito Marko, el protagonista de Was bleibt (Hans-Christian Schmid, 2012), que podremos ver del 5 al 8 de mayo, si su vida no fuera tan solitaria y dramática. Marko vive en Berlín, alejado de sus padres, está en los treinta y acaba de publicar su primera novela. Como cada año acudirá a su hogar para pasar un fin de semana con su familia. Pero en esta ocasión, su madre, que sufre trastorno bipolar y es maniacodepresiva, le hará cambiar de planes cuando decida dejar de tomarse la medicación. Una película profundamente psicológica cuya intención, más que entretener, es comprender. Schmid opta por la observación y la sutilidad para acercarse a esta historia sobre padres, hijos y madurez.
A mitad de ciclo, entre el 12 y el 15 de mayo, llegará una de las películas más esperadas por los cinéfilos de Castellón. La última intervención de Víctor Erice en el cine. Y en esta ocasión viene acompañado de otros tres grandes nombres: Aki Kaurismáki, Pedro Costa y Manoel de Oliveira. Todos ellos se ponen tras las cámara de Centro histórico (2012). Film por capítulos en el que cada realizador nos muestra, desde su particular visión, la historia que esconde el pueblo de Guimarães en Portugal. Un film irregular, donde Erice destaca y nos ofrece una pieza maravillosa e inolvidable.
Dentro del terreno documental, dos radiografías de personajes muy diferentes seguirán con la programación del EACC. Del 19 al 22 de mayo, Ventura Pons dirige a Ignasi M. (2013), un reputado museólogo que vive una complicada vida en la que su empresa ha quebrado, es gay seropositivo, su padre ha intentado suicidarse, su exmujer discapacitada ha descubierto que es lesbiana y su hijos viven de okupas en Londres. Pons realiza un perfilado trabajo de caracterización de personajes, con mucho humor (ácido). Todo lo contrario que Claude Lanzmann, realizador de Shoah (1985), quien ahora nos muestra a El último de los injustos (Le dernier des injustes, 2013), del 26 al 29. La memoria sobre el holocausto expresada por Benjamin Murmelstein, el último presidente del Consejo Judío del campo de concentración de Theresienstadt. Un film valioso para la Historia y capaz de hacer reflexionar al espectador.
Y desde Venezuela nos llega la última ganadora del Festival de San Sebastián: Pelo Malo (Mariana Rondón, 2013). Una historia entre un hijo que quiere alisarse el pelo para salir bien en la foto del colegio para que su madre esté orgullosa, y una madre que rechaza a su hijo porque no se acepta a sí mismo tal como es. Partiendo de esta sutil metáfora, el film nos habla de la marginalidad, la pobreza, la crisis, los sueños… de la situación en la que cada día más personas se encuentra en el mundo. Del 2 al 5 de junio.
Seguimos dando la vuelta al mundo. Del 9 al 12 hacemos transbordo en la Antártida para escuchar la historia de Josefina Castellví y Els records glaçats (Albert Solé, 2013). Después de 25 años sin haber pisado el lugar, Josefina regresa a su paraíso perdido para verlo por última vez. Los recuerdos de esta pionera abren grandes interrogantes sobre el futuro del continente helado. Y volviendo a España, a las montañas de la Serra Cavallera, el realizador Christophe Farnarier nos cuenta como sucede allí La primavera (2012), donde durante miles de años la montaña ha sido el refugio natural de los hombres. Pero la vida es difícil, lenta, repetitiva, silenciosa y solitaria. Película contemplativa y que destila pureza y sinceridad, una de las imprescindibles de este ciclo. Del 16 al 19 de junio.
Un ciclo que se cerrará con la mexicana Post Tenebras Lux (2012), de Carlos Reygadas. Ganadora del premio a la mejor dirección en Cannes 2012. El film, que podrá versé del 23 al 26 de junio, pondrá el broche final a este ir y venir de la ciudad al campo que habremos recorrido a lo largo de los meses. Juan y su familia urbana viven en el campo mexicano, donde ellos disfrutan y sufren un mundo aparte. Y nadie sabe si estos dos mundos son complementarios o si se esfuerzan por eliminar el uno al otro.
Más artículos de Adrián Tomás Samit, en su blog de cine Anuncios para coches.