El mes de abril en Castellón parece vestirse con tinta y papel. Un día antes de que el Encuentro de Editoriales Independientes ENDEI empezara a convertir la capital de La Plana en el epicentro del sector editorial independiente y a tres semanas del Día del Libro, el Departamento de Traducción y Comunicación de la Universitat Jaume I dio el pistoletazo de salida al abril más literario con la mesa redonda "El problema de la creación de la ficción". Pere Cervantes, Santiago Posteguillo, Marina López y Javier Palomo ofrecieron un debate sobre creatividad y literatura en una charla que logró reunir a casi medio centenar de apasionados de la literatura.
El escenario era una pequeña aula de la universidad, pero dan igual las dimensiones de la pista si se baila con las ideas. Cuatro escritores, todos ellos íntimamente libados con Castellón, y casi 50 mentes inquietas convirtieron durante varias horas un puñado de mesas y sillas en un espacio crítico en el que debatir sobre la creatividad y la imaginación. Algo que, según los participantes, no era tarea fácil. "La libertad que permite la ficción parece dar vértigo, pero hay que atreverse a salir de la zona de confort", defendía Marina López mientras se ponía en pie sin poder ignorar sus costumbres de profesora universitaria. Gracias a esta imaginación nuestros escritores pueden ponerse en la piel de otras personas, vivir otras épocas y ofrecernos historias ficticias tan reales y creíbles que parece imposible no perderse en ellas.
Pere Cervantes es policía nacional en Castellón, pero el personaje de No nos dejan ser niños (Ediciones B, 2014) es una madre primeriza. "Mi carácter hipocondriaco no me permite ceder el control. Soy un psicópata de la estructura y del orden. Por eso cuando escribo no salgo de mi época", confiesa. Pero esto no le impide jugar con la ficción. Un escritor viaja sin moverse del sitio, entre documentación e imaginación, moviendo los limites de la realidad.
De hecho, un catedrático de matemáticas, como demuestra con éxito Javier Palomo, puede escribir sobre prostitutas y conflictos armados. "La ficción permite sorprender al propio escritor. Parto de una idea pero no sé cómo acabará la novela. Muchas veces son la historia y los propios personajes los que exigen giros al escritor".
Santiago Posteguillo, uno de los mejores autores de novela histórica de la antigua Roma, es, a su vez, profesor de literatura inglesa en la UJI . "Los escritores tenemos dos vidas, la nuestra, la real, y la que tiene lugar en nuestros relatos". Una segunda existencia propia de su imaginación, papeles y retazos, que utiliza la creatividad para sortear los problemas de la ficción.
Terminada la ronda de intervenciones por parte de cada uno de los escritores pasó como pasa con la imaginación: se saltan los límites preestablecidos y las ideas toman el timón. Empezó entonces una ronda de preguntas abiertas en el que se olvidó muy rápido la temática original de la conferencia. Poco se habló de creatividad y ficción, aunque poco quedaba ya por hablar. La distancia entre los escritores y los asistentes se estrechó, una sensación de familiaridad propia de dos desconocidos que descubren que hablan el mismo idioma se apoderó de la sala y las anécdotas y las risas empezaron a aparecer. Momentos finales en los que muchas cosas salieron a la luz. Desde sexo hasta las temidas épocas de desierto creativo, esas en las que las musas parecen no querer visitar a los creadores, pasando por el imperativo económico del sector editorial y la soledad del escritor.
Todo terminó con un gran aplauso. Varios segundos de ruido y sonrisas que funcionan como pistoletazo de salida para un abril que promete literatura, letras y libros.
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