Música

The Wave Pictures. No se puede hacer más con menos. Igual que el ciclo Sons

El grupo londinense deja destellos de su deslumbrante brillo en el concierto de despedida del ciclo Sons en la sala Four Seasons de Castellón. David Tattersall demostró por qué es uno de los músicos del momento; hizo lo que le dio la gana pese a no ser su mejor tarde. El Sons baja la persiana hasta 2010 por falta de financiación municipal.
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httpv://www.youtube.com/watch?v=YlXVmH0EWG8&feature=channel_page

Es domingo. Ha habido muchos conciertos últimamente en la ciudad y los bolsillos están cada vez más agujereados. Tres jóvenes londinenses aterrizan en Castellón extenuados; es su último concierto de una intensa gira española. El bajista, Franic Rozycki, llega con el ampli roto y cara de pocos amigos. Encuentran uno de urgencia. El batería, Jonny Helm, sin platos y sin timbales, descalzo. El cantante, David Tattersall, sin pedales, con una extraña guitarra para sostenerlo casi todo. Entran en la sala con el tiempo justo para montar. Apenas prueban sonido. Salen al escenario como si fueran a silbar a la vía, sin lista de canciones. Tres cuartos de entrada, de público predispuesto pero expectante. No parecían los mejores ingredientes para que fuera una actuación memorable. Y no se pudo hacer más con menos. The Wave Pictures volvieron a demostrar el pasado domingo en el Four Seasons, en la despedida de la temporada del ciclo Sons, que su música está hecha de una pasta muy especial. Que su forma de actuar en directo, tan espartana, con esa apariencia de dejadez, logra encandilar a base de esencia y naturalidad. Una naturalidad que bordea lo insultante.

Seguramente no lo recordarán como uno de sus grandes conciertos de esta gira. Su actuación en el Tanned Tin 2008 fue mejor, puede que también por el efecto sorpresa. Pero el domingo pasado de nuevo dejaron grandes momentos, destellos de su deslumbrante brillantez. Sobre todo David Tattersall, que toca la guitarra y canta como si estornudara. Casi sin darse cuenta. Como un acto reflejo. Literalmente hizo lo que le dio la gana. Y se quedó con nosotros.

The Wave Pictures están presentando disco, If you leave it alone (Moshi Moshi Records, 2009), pero sabían perfectamente que no era el momento, ni para ellos ni para nosotros, de soltarlo a palo seco. Así que intercalaron algunas de las nuevas canciones ("Bye Bye Bubble Belly") con lo mejor del álbum que les ha hecho girar por toda Europa, Instant Coffee Baby. Mezclaron los momentos más tranquilos y minimalistas, cuando no áridos, del nuevo disco con las mejores bazas del anterior, incluidas la preciosa "Just Like A Drummer", "Leave The Scene Behind" o "Kiss me", e incluso el hit que obviaron en noviembre en el Teatre Principal en plan sobrado, la enorme "I Love You Like a Madman" (vídeo de arriba).

httpv://www.youtube.com/watch?v=0yTGQJI1lLY&feature=channel_page

También tuvieron tiempo para hacer versiones a la carta, como en el concierto del Nasti Club de Madrid el miércoles anterior, conforme explicó el propio Tattersall. Aunque se topó con una petición que, por lo visto, es recurrente en otros escenarios del país y que el pequeño músico londinense no alcanza a comprender: "Aquí nunca pedís Beatles o Rolling Stones, siempre Pixies, Pixies, Pixies. Y Pixies es basura. No lo entiendo". Tras el gracioso desaire -con el que discrepo abiertamente-, el grupo británico interpretó "Louie Louie" de Iggy Pop y "Sweet Jane" de The Velvet Underground (vídeo de arriba) con resultado desigual. La primera dejándosela a mitad porque no se sabía la letra y la segunda alcanzando un extraño clímax de lentitud y desarrollos eternos.

Con todo, The Wave Pictures nos apañó el domingo a más de uno. Se dice gracias.

Y gracias también al Cicle de Músiques Independents de Castelló, Sons, que cierra la paraeta en principio hasta 2010, como consecuencia de la retirada del apoyo económico del Ayuntamiento de Castellón, que en esta materia se está luciendo (Tanned Tin, Ciclo Ricoamor, Festival Some...). José Luis Cuevas y Toni Falomir, sus cabezas pensantes, se quedan con un sabor agridulce: satisfechos por el gran nivel de muchos de los grupos que han traído al Casino Antiguo, al Centre Municipal de Cultura, al Four Seasons y, desde este año, al Veneno Stereo, satisfechos también por el aliento que les sigue brindando la Universitat Jaume I y por la respuesta del público; y un poco hartos de que las instituciones locales no valoren su dedicación, de la que no sacan beneficios puesto que lo hacen como asociación cultural sin ánimo de lucro (Septiembre Recuerdos), por cierto. Enrique Ballester lo explica con más detalle en una entrevista a José Luis Cuevas.

El Sons nos ha dejado esta temporada un buen puñado de conciertos especiales, singulares, algunos impensables para el Castellón del nunca-pasa-nada, con predominio del folk, la experimentación y el minimalismo. Como los de Peter Broderick, Ora Cogan, Josephine Foster, Nick Castro, Simon Finn o Vic Chesnutt. Y, de los que he visto, los dos mejores para mi gusto: el de la cantautora norteamericana Simone White y el de los franceses June et Jim. Durante sus seis años de andadura el ciclo ha ido programando con gusto y discreción, muchas veces de la mano del sello Acuarela, trabajándose una parroquia sólida, a veces infiel, pero que se niega a perder la sana costumbre de encontrarse con esos hallazgos musicales de entre semana.

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