Igual que te puede gustar Morrissey siendo omnívoro, también puedes disfrutar del FIB si has quitado de tu dieta musical los himnos de festival o el britpop de los 90. Eso sí, cada vez cuesta más. Las dos cosas. El Festival Internacional de Benicàssim arrancó el jueves muy titubeante, sin apenas público al igual que el viernes hasta que cayó el sol, pero ha mantenido el gancho en el ‘prime time’ con Florence + The Machine, Crystal Fighters , The Prodigy y Noel Gallagher’s High Flying Birds cuando tiró de Oasis. Los franceses Moodoïd sorprendieron el viernes con su original mezcla de estilos y las bandas españolas –casi todas de día-, de lo mejor del festival por ahora. (Comentarios 1)

El FIB presenta en Madrid las 10 primeras confirmaciones del cartel para su 21ª edición, que se celebrará del 16 al 19 de julio en Benicàssim, con el objetivo de abrir una “nueva etapa” tras la pérdida de público y de identidad sufrida en los últimos años. Entre los nombres de postín, Portishead, Public Enemy, The Prodigy, Florence + The Machine, Noel Gallagher’s High Flying Birds, Bastille y Los Planetas. El director del festival, Melvin Benn, anuncia nuevos espacios en el recinto, como ‘Trenchtown’, con una especie de pueblo jamaicano, espectáculos de "animación y humor" y "charangas".

El FIB anuncia una segunda tanda de bandas para su vigésimo primera edición. Destacan Stromae, Kaiser Chiefs, Jamie T, Hudson Taylor y Mark Ronson. En cuanto a bandas nacionales, se incorporan Hudson Taylorm, Beach Beach y Nunatak. Ni rastro de los golpes de efecto que se barruntaban en algunos medios para un cartel en el que siguen destacando Portishead, Public Enemy, The Prodigy y Florence + The Machine.

El FIB Art, el FIB Cinema y los primeros conciertos en el escenario VillaCamp, con Stanley Brinks, Tórtel y los castellonenses Montefuji ponen en marcha la decimoctava edición del Festival Internacional de Benicàssim, que llega con Bob Dylan, The Stone Roses, New Order, Florence + The Machine, At the Drive-In y Noel Gallagher y Robyn Hitchcock como cabezas de cartel, pero también un montón de alicientes medioescondidos. Desde hoy, Benicàssim, vuelve a tener otro color.