Sergio Salvi (Nápoles, 1982) y Sandra Delaporte (Madrid, 1994) forman la dupla de pop electrónico Delaporte.

Son las 18:00. Sandra Delaporte y Sergio Salvi o, lo que es lo mismo, Delaporte, han aterrizado hace pocos minutos en Madrid. Esperando su llamada, después de haber pasado diez días en México. Al teléfono, Sergio. Músico y productor de la otra mitad de este dúo de electrónica que ha sabido hacerse un hueco más que merecido en la escena a base de su singularidad y de conectar con el público y ponerlo a bailar. Convierten en una fiesta cada escenario; con canciones que ganan aún más potencia en directo y con una complicidad que se contagia.

Lo más próximo, su paso por el SanSan Festival el sábado 8 de abril en Benicàssim (puedes echarle un vistazo a la guía del festival en este enlace). Hablamos con Sergio sobre la experiencia en México, sobre los inicios y procesos creativos, entre otras muchas cosas.

>Recién aterrizados de México, ¿cómo ha sido para vosotros cruzar el charco por primera vez en este año?
Pues la verdad, cada vez mejor. A México es la cuarta vez que vamos, primera vez este año, pero llevamos ya cuatro veces yendo. Hasta ahora siempre hemos ido por promos, para empezar a darnos a conocer. Esta última ha sido la primera vez que hemos tocado en un festival y nos hemos estrenado con uno súper tocho de allí que se llama Al Norte, en Monterrey. Ha habido de todo; también nos ha dado tiempo a conocer a otros artistas, incluso a preparar alguna colaboración. No sabemos todavía cuándo saldrán, pero han salido temas estando allí. También mucho turismo.

Sergio Salvi.

>Podríamos decir que "Un jardín" marcó un punto importante y os empezó a poner en el punto de mira. Desde entonces, habéis tocado en un buen número de ciudades de España e incluso fuera del país, y con gran acogida. ¿Cómo ha sido para vosotros el ascenso?
Desde dentro no te das cuenta casi. "Un jardín" fue el primer boom, y ahí ya te das más cuenta, porque fue un escalón más alto. Pero luego, ha sido un continuum, un poco a poco... Sin darte cuenta. De repente, haces La Riviera y la llenas, haces otra y también la llenas... Y ahí es cuando te planteas hacer otra más. En cada pequeño paso, ya estás pensando en el paso siguiente y que sea un poquito más grande.

>Todxs ubicamos vuestros inicios en una esfera más alternativa, de experimentación, de cosas nuevas que no estaban ocurriendo en España. ¿Cómo fueron esos inicios?
Pues la verdad, lo pienso bastante últimamente, porque ahora en Madrid, y en España en general, hay una escena muy guapa de gente que está experimentando, creciendo y haciendo cosas muy chulas. En la pandemia, ha nacido toda una escena de chavales que hacen cosas super interesantes, súper frescas. Y son muchos, entonces crecen mucho más rápido porque ahora sí hay una escena. Cuando empezamos nosotros con esto no había casi nadie, y eso era un desafío. No sabíamos, no teníamos casi referentes en España, y tuvimos que abrir muchos caminos. Pero también fue bonito eso.

>Decías que no teníais referentes en España, ¿en qué os inspirasteis musicalmente?
En su momento, alzamos mucho la mirada al otro lado del charco. Fue justamente una cantante mexicana la que nos inspiró a la hora de empezar a escribir en castellano, porque nuestros primerísimos temas eran en inglés, justamente porque toda la referencia era en inglés, y fue con Ximena Sariñana con quien pensamos: "Mira que bonito le suena el castellano". El castellano de España nos sonaba muy duro para el tipo de música que hacemos y muchas de las influencias del principio eran anglosajonas, sobre todo de electrónica de matriz inglesa. En la actualidad, sigue habiendo un montón de influencias de la electrónica inglesa en nuestra música. Francesa también. Ahora estamos mirando a Berlín y a ese techno alemán, pero en este momento, sí que hay muchas cosas que nos encantan y nos inspiran también de la escena de aquí.

>¿Y más allá de las musicales? ¿De qué otras disciplinas artísticas o campos culturales nutrís vuestro trabajo?
Yo, personalmente, me inspiro mucho del cine. Me encanta el cine y las series y me gusta mucho el empleo de la música en las artes visuales. Me encantan los recursos sonoros que se usan para subrayar momentos de tensión, momentos de entusiasmo o de amor. El proceso de pensar y de elegir el acorde que acompañará a una escena en la que aparece una pareja que se da la mano por primera vez, o el primer beso o que se despidan para siempre. Todo este tipo de cosas. Fijarse en esos detalles luego se queda y ayuda a la hora de componer y de arreglar.

>¿En qué película crees que funcionaria vuestra música como banda sonora? ¿De qué género crees que sería?
Me encantaría ver lo nuevo que estamos haciendo, que va a salir a partir de este año, en una película de cyberpunk, como el clásico Brazil (Terry Gilliam, 1985). Una historia distópica, con una visión de futuro posible, pero no demasiado oscura. Que haya luz, que haya posibilidad.

>Delaporte ha sido descrito como un proyecto musical muy visual, con un gran uso de la imagen y la estética en vuestros directos y videoclips. ¿Cómo trabajáis esa parte?
Por muchos años la hemos trabajado con el director Jaime Massieu. Sandra, sobre todo, tenía la mayoría de las ideas de los vídeos y luego las realizábamos con él. Más tarde, cuando tuvimos más dinero, quisimos empezar a probar también con otros directores, teníamos esa inquietud de probar otras cosas y también nos quitamos un poco el peso de pensar en el guión… Aunque tampoco es un peso, porque a Sandra, las imágenes y las ideas, le vienen a medida que componemos el tema. Cuando curramos con un director, ya le damos todo un planteamiento de ideas; a veces, quizás, deberíamos antes escuchar cuál sería la idea del director...

> En vuestro último trabajo, Titanas (2021), colaboráis con otras artistas como Zahara o Rozalen, ¿cómo surgen estas sinergias?
Pues la idea era hacer un proyecto junto con otras mujeres de la industria. Al principio pensábamos en un concierto, pero luego, con la pandemia, pensamos en la oportunidad de hacer un álbum como Titanas. Ya no podíamos girar, era 1 año en el que estábamos parados y no se podía hacer conciertos; acabábamos de sacar el disco Las Montañas (2020) y no podíamos presentarlo, y dijimos: "Bueno, pues vamos a darle una vuelta al disco y vamos a inventarnos esta idea". Cogimos las canciones y les dimos un arreglo más orgánico para esas Titanas, y la experiencia fue increíble. Cada vez que colaboramos con alguien siempre nos llevamos algo bueno, es muy enriquecedor.

>¿Cuál es tu colaboración soñada?
Depende mucho del momento... Soñando muchísimo, Burial. Un productor inglés, que a mí me ha influenciado un montón, pero no hace ni directos, es inalcanzable. Creo que la única colaboración que tiene es con Thom Yorke.

>En vuestros directos la energía que transmitís es impresionante. ¿Cómo os preparáis antes de salir al escenario? ¿Tenéis alguna especie de manía o ritual?
Últimamente, antes de subir al escenario Sandra se queda un rato meditando. Pero lo que no puede nunca faltar es un fuerte abrazo y recordarnos que todo esto lo hacemos para divertirnos, estén 5 personas o 5.000. Que lo vamos a pasar bien.

Delaporte en el FeCStival 2019. Foto: Cristian Lorente.

>¿Cuál es tu canción favorita para tocar en directo?
Varía con el tiempo. Hay temas que eran mis favoritos, pero luego, después de tanto tocarlos… Ahora me gusta mucho en directo "Droga dura", la alargamos con todo un puente instrumental y me divierte un montón porque, aunque no es mi instrumento habitual, toco la guitarra. Me encanta poder salir de la mesa donde tenemos todos los cacharros, poderme acercar más al público, poder bailar y moverme más. La guitarra me da esa libertad.

>En muchos directos, una simple mirada de Sandra puede hacer que cambies el ritmo. Es una complicidad que se transmite al público ¿La conexión fue instantánea o ha sido cuestión de los años?
Hubo una conexión instantánea, sobre todo al nivel de lo que queríamos hacer y de gustos, pero todo ese lenguaje del directo, se trabaja y se ensaya mucho. Cada vez que hacemos una gira nos preparamos, montamos todo en una casa, normalmente en mi casa, otras veces en una casa en el norte, y nos quedamos una semana ensayando, improvisando y afinando un poco ese lenguaje. Y ahora que estamos a cuarteto queremos empezar a hacer lo mismo los cuatro y que ese lenguaje no sea solo de Sandra y mío, sino que sea un lenguaje de cuarteto. Que entre los cuatros tengamos esa capacidad de improvisar, cambiar el ritmo, hacer una tensión y resolver. Para divertirnos más, al final.

>"Se va", entre muchas otras canciones vuestras, referencia a ese "Dance the tears away" que se lee en vuestras camisetas; algo así como un me abro de par en par, lloro la herida, y lo dejo atrás con tecnho. Debe ser un proceso de creación colosal...
Sí. Particularmente "Se va" nació improvisando las primeras melodías, pero fue un proceso largo... El boceto nació mientras hacíamos Como Anoche (2019) y nos parecía que no tenía nada que ver con lo que estábamos haciendo, así que la dejamos aparcada. La retomamos cuando empezamos a componer los temas de Las Montañas y  se nos ocurrió seguir a partir de una versión de Inti Illimani de un tema muy bonito de Victor Jara: "La partida". Sandra me enseñó esa versión tan bonita y yo me acordé de esa melodía que habíamos hecho, y le dije: "¿Qué te parece si hacemos algo así, con esa melodía que hicimos hace 2 años?". Y lo llevamos más a nuestro terreno. Y sí, la verdad es que es de mis temas favoritos.

>¿Hay alguna canción en particular con la que te sientas más conectado ahora mismo?
"Se va" es con la que más conectado me siento. "Clap clap" y "Las montañas", también.

>Y por último, sobre vuestro futuro más inmediato. El sábado abrís la temporada de festivales con el SanSan...
Nos apetece un montón. La última vez que estuvimos en el SanSan fue increíble. Hemos vuelto muy cargados de México. Además, allí hemos estado en dúo y hemos echado de menos el cuarteto, así que nos apetece un montón abrir la temporada juntos.