Rauelsson cerró el pasado domingo en el Auditori de Castellón su primera gira española con un concierto emotivo y trufado de calidad. Con naturalidad y aplomo a pesar de los nervios -aquello estaba plagado de familiares y amigos-, las canciones del compositor castellonense volvieron a calarnos hasta el tuétano. Discurriendo como un riachuelo, fueron llenando de hojarasca y relente la Sala de Cámara, hasta llegar a crear una atmósfera casi onírica. Raúl Pastor, el psicólogo que está detrás de este estimulante proyecto, disfrutó sobre el escenario. También su banda, llegada desde Portland, que tiene la gran virtud de hacer que todo parezca espontáneo y sencillo. Y eso contagió al público, más bien escaso, pero entregado a la causa. La silenciosa causa del mejor hacedor de canciones pop de esta ciudad en este momento.
Dada la delicadeza de sus canciones, gran parte de responsabilidad en que el concierto de Rauelsson fuera una delicia la tuvo el sonido. Fue perfecto. Y eso cabe atribuírselo, además de al perfeccionismo del propio Raúl Pastor, a la mano sabia de Juan Carlos Tomás. Los conciertos eléctricos no suelen sonar bien en esta sala del Auditori, concebida para música de cámara en acústico. Y los que mejor lo han hecho siempre han tenido un común denominador: detrás de la mesa estaba Juanki, quien también ha colaborado en la producción de sus discos (o Enrique Ara, como el sábado con Anni B Sweet).
El otro factor que propició una actuación tan redonda fue que el grupo viniera perfectamente engrasado: llevaba ocho días tocando en directo sin parar para presentar La espera, la siembra y la cosecha, (Hush Records/Green Ufos, 2010). Desde el estreno oficioso, en un gig in a flat organizado por nomepierdoniuna.net, pasando por su exitosa actuación en la sala Apolo de Barcelona con She & Him, el acústico en el programa Disco Grande de Radio 3 con Laura Gibson y hasta su directo en la sala Clamores de Madrid, sin contar su participación -esta vez con el Grup d’Autoajuda-en el festival CinemasCore para poner la banda sonora del documental From River to Sea. Llevaban el repertorio bien rodadito y eso se notó un montón.
Y también hay que insistir en la banda y su perfecta compenetración. Al piano Laurel Simmons, MayMay, quien abrió el concierto de forma brillante con sus nuevas canciones; a la guitarra Nicholas Marshall (Sabertooth); a la batería Matt Berger (Musee Mecanique), al violín Anna Schott y al contrabajo Dave Leavitt. Llevados por un Raúl Pastor en estado de gracia, que sabe transmitir la compleja sencillez de sus canciones, escogiéndolas con mucho tino, para ofrecer su versión más digerible. "Debutantes" y "Lápices sin punta", de La espera, la siembra y la cosecha, y "Tuve que salir de mí" y "Otoño Pacífico", de Tiempo de e.p./Pacífico e.p., articularon un concierto para enmarcar.
Después sorprendió el concierto de Abraham Boba, un tipo con aspecto de científico trasnochado, una voz que recuerda mucho a la de Luis Eduardo Aute y un cancionero sólido, pétreo, hecho de excelentes letras, divertidísimas algunas, y melodías algo lineales, pero penetrantes. Le acompañaba una banda de aúpa, con el mismo bajista que se trajo Anni B Sweet el día anterior al Auditori, Chumi, aunque el propio cantautor madrileño echó en falta a Santi Campos (Amigos Imaginarios) en la guitarra, por lo que le dedicó una canción.
ustedes que lo saben todo, a que hora es hoy el concierto de TEA en el terra?
Está en la agenda de la derecha: a las 23.30.