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censura, cómic, Edificio Hucha, homosexualidad, Ley Mordaza, Nazario Luque, reivindicar, underground"Sólo quedo yo". Es la respuesta de Nazario Luque, padre del movimiento underground en España, cuando le preguntan qué resiste a día de hoy de la Barcelona de los 80. Entre el humor de Nazario y las risas de los asistentes, cuenta la historia del sevillano que se muda a la capital catalana y se convierte en uno de los que formaban Las Ramblas de Barcelona junto a Ocaña y Camilo, que se expresaban públicamente sin tapujo alguno a favor de la libertad. El dibujante de cómics atienda a Nomepierdoniuna el miércoles 19 de enero en el Edificio Hucha de Castellón antes de ofrecer la charla-coloquio "La vida cotidiana de un dibujante underground" dentro del ciclo De razones y hombres, organizado por la Fundació Caixa Castelló, con una excelente entrada de público.
>¿Qué te llevó a tomar una postura reivindicativa hacia lo normalizado en la sociedad?
Bueno, yo era un homosexual y tenía complejo de culpa por mi educación religiosa; lo había pasado bastante mal y lo primero que se me ocurrió fue reivindicar esta liberación de un homosexual que abandona ese complejo de culpa. El personaje se llama San Reprimonio y prefiere cortarse la polla antes que pecar. Es una de mis obras míticas, no de las mejores dibujadas, pero es tan válida que el Reina Sofía lo compró y lo tiene en su colección permanente. Por otro lado, cuento la liberación de la mujer con historias como la de Purita, que reivindica la dependencia machista, yo hablaba en nombre de ella hasta que pensé que estaba tratando un problema que no era el mío y no podía verlo como una mujer, por eso decidí dejar el problema femenino y centrarme en el masculino, que era el que conocía y podía defender mejor con conocimiento de causa. Esto es lo que me movió, Purita para defender los derechos de la mujer y San Reprimonio los de los homosexuales.
>¿Por qué en formato cómic? ¿Qué te aporta esta forma de relato que no te dan otras formas de expresión como escribir, la fotografía, la pintura o el cine?
Para mi fue el descubrimiento de los 70. Sabía dibujar y escribir, me fabricaba mis guiones y los dibujaba. El cómic me pareció el formato más sencillo para llegar a la gente. Me hubiera gustado el formato cine, pero también tenía sus limitaciones, era mucho más libre con el cómic porque creaba el guión y dibujaba a los personajes con las caracterizaciones que yo quería, no tenía que depender de unos actores determinados. El cine daba más dependencia que el cómic, que era la vía más ideal para llegar a todo el mundo.
>¿Crees que la provocación es la mejor arma para que la reivindicación sea escuchada?
En principio tiene que haber un revulsivo para que la gente se mueva y se despierte. Hay un tipo en internet que se llama ‘Lagarder Activista’ @lagarder81 que es rumano y ha hecho una campaña por toda España removiendo la consciencia de la gente, para que tengan en cuenta que hay personas que duerme en la calle y solamente les importan a las autoridades cuando llega el invierno. Este tío si no se va con una pancarta a una charla de Susana Díaz, Rajoy o Ada Colau y sale en la prensa, no lo ve ni dios.
>Cada vez más la frontera entre ficción y realidad es más difusa, ¿donde situarías el límite entre realidad y ficción en tus cómics?
Siempre me ha gustado introducirme en mis obras. Hay veces en las que se inmiscuye el autor con los personajes y hay otras en las que el autor intenta objetivar y se mantiene alejado para no influir. En mis historias me he inmiscuido mucho, San Reprimonio era yo y Purita era una amiga. Me intercomunico con mis personajes, hacen lo que les digo, podrían revelarse, pero seguirían haciendo lo que yo les digo. En la tercera parte de Anarcoma entro y aconsejo al personaje; es un juego a la vez que distanciamiento porque la gente ve una historieta y no algo real. Presento a los personajes con toques de exageración en forma de hipérbole, para que no sea tan fácil la identificación. El lector no tiene porque sentirse identificado, yo dibujo un sexo con burla e ironía que causa hilaridad y al distanciamiento.
>¿Cómo te afectó la censura?
Había unos límites en España que tenía que rebasar y tuve que publicar en Francia pero allí no tenía validez. Debías rozar lo que si pudiera verse aquí en España y siempre en la cuerda floja para evitar la censura. Si te pasabas, no te publicaban y si no llegabas, te autocensurabas. Fui capoteando el tiempo, primero con los tebeos underground, después con La Piraña Divina que publicamos clandestinamente y ya después vino la etapa de los 80, donde publiqué el álbum de San Reprimonio y las Pirañas, donde la censura sólo se metió con el prólogo que me escribe Terenci Moix y no se mete con las historias que tuve que publicar clandestinamente hace un par de años. Todo había evolucionado mucho y muy rápido, casi me había cogido la delantera. Mi forma de llamar, tras esta evolución, fue crear el personaje Anarcoma que muestra la homosexualidad con plena libertad y sin prejuicios que, podría servir para ver una normalización en la homosexualidad.
>Es una realidad que hay una parte de la sociedad que no termina de abrir los ojos ante ciertos temas, ¿se están creando zombies del sistema?
Uno tiene su criterio para poder decir si o no; no tienes porque seguir unas directrices si no te interesan. Pero también puedes ser una especie de borrego que sigue el camino que le dicen; esto siempre ha pasado y seguirá pasando. Si hay un espíritu crítico y análisis, creo que tienes facilidad para desarrollar un criterio propio y diferentes formas de ver las cosas.
>Si fueras a publicar tus cómics a día de hoy, ¿crees que sería posible?
Hoy en día y cada vez más, la censura está volviendo con más fuerza y tendría muchas más dificultades para publicar. No se te ocurra subir a Facebook algo relacionado con sexo, a mi ya me han cerrado la página un par de veces por poner una foto de mi marido desnudo durmiendo en el sofá. No vamos a mejor y con Trump todo irá a peor. La derecha cada día está más envalentonada con esta situación de la izquierda tan convulsa. Veo bastante difícil hoy en día que cualquier joven pueda publicar una obra tan comprometida como la mía. Pero bueno, hay que buscar los medios.
>¿Qué límites frenan la reivindicación en la actualidad?
En España, llegó el día en el que el sexo era una realidad, sin embargo en la Iglesia no te puedes meter con las vírgenes, tampoco con los Reyes. Hay una serie de tabús que siguen manteniéndose como tal. Con la Ley Mordaza es mucho peor, te pueden encausar por cualquier comentario en la red aunque no tengas intención de provocar y simplemente quieras expresar que algo no te parece correcto. En esta sociedad, de derechas, no me extraña que se produzcan estas cosas y lo que me temo es que vayamos a peor y no a mejor.