Música

Natos y Waor. Ruina y rap en Zeppelin

Su rap y sus rimas son un tanto complicadas de digerir por el público general... Hasta que entiendes todo lo que se esconde detrás de la chulería y las 'sobradas' de estos dos mc's madrileños. Natos y Waor demostraron el pasado sábado en la sala Zeppelin de Castellón cómo suena la ruina de su 'Caja negra' en directo y por qué son los hijos de la ruina. Mientras otros celebraban un romántico San Valentín o un animado Carnaval, ellos abrieron y cosieron una vez más sus heridas. Sin censura, sin que les importe lo mucho o poco que pueda decir el resto. Así son Natos y Waor.
  
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Natos y Waor pisaron por primera vez Castellón el pasado sábado.

“Soy un canalla, pero eso lo sabes”, y lo sabíamos. Con el tema “Paranoia” pisaban un escenario castellonense por primera vez Gonzalo y Fernando o, lo que es lo mismo, Natos y Waor, junto a Dj Saik; sin olvidar tampoco a los locales Malditos Bastardos, encargados de empezar a calentar la sala. Durante los dos últimos años se han ganado el puesto de ser los abanderados de todos aquellos hijos de la ruina, los mismos que les acompañaron el sábado 14 de enero en una sala Zeppelin que sonó cruda, a calle. Aquí ni San Valentín, ni Carnaval.

Confirmaron que lo que más arrastra de estos madrileños y de su forma de hacer rap es la facilidad que tienen para describir y meterse en la parte más oscura de esa ruina que representan a través de su música. Describir y entender el puto desorden (“Recuperando el tiempo perdido”) del que hablan. Aunque esa noche, probablemente, algunos lo entendieron mejor que otros –que dicen que la edad es un grado-.

Waor.

Con Natos y Waor no vale quedarse en lo primero que ves o crees ver, has de leer… Justo detrás de todos esos cubatas, litronas, cigarros, sexo y fines de semana de cuatro días de los que hablan sus rimas. Algo más que simple chulería de barrio –que también-, tan sólo una respuesta a esa destrucción que les rodea. Sacando probablemente la parte más destructiva de cada uno, su ruina. Porque seguro que el sábado sonrieron también por estar contentos (“Paranoia”). Se suben al escenario, y como con su música, mostraron la suciedad y las heridas. Arañaron.

Sus letras y la manera en la que les dan forma, les ha convertido en 'los hijos de la ruina'.

Sonó Caja Negra, largo que les ha servido para dar ese paso definitivo que ha hecho que estos mc’s se hayan convertido en una opción hip hop a la que merece la pena prestar atención. Pero tampoco faltó Catarsis (cerrando el concierto con versión adaptada de “Como la cocaína”) ni Hijos de la ruina (“Hija de puta”, “Medias tintas”…), ni su reciente Barras Bravas (“Cábalas”, “5 estrellas”, “Miedo y asco” y “Karma”) o la exitosa colaboración con Costa (“Demonios y bares de viejos”). También representaron el germen de todo lo que son, subiendo al escenario el alma Gadafi Click y Poly Diaz Army. Por hacer, hasta adelantaron a capelas de cómo sonará lo próximo de Natos y Waor, pero hicieron prometer que no diríamos nada...

Sobre un escenario son como una sola persona. Canallas y con –mucho- morro. Su rap es como bajarse al parque. Y parece que, una vez más, han quemado la ciudad y vuelven al pueblo (“Maquiavelo”).

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