Las mascarillas siguen presentes en muchos de los eventos. Foto: Carme Ripollès (ACF).
31 de marzo de 2019. El último "Magdalena, Vítol!", hasta el momento, gritado en la Plaza Mayor de Castelló. Debería haberle seguido en 2020, si no fuese porque ese año las fiestas se cancelaron pocos días antes de que arrancaran con la llegada del coronavirus. Pero esos días cambiamos la mascletà, la cinta verde y la caña por los rollos de papel higiénico y la incertidumbre. Misma suerte corrió la Magdalena de 2021, aunque parecía que al trasladarse al mes de septiembre (coincidiendo con la firma de la carta fundacional de la ciudad por Jaume I el día 8)... pero tampoco.
Dos años después de aquella primera no-Magdalena y de haber tenido que surfear en unas cuantas olas, parece que las cifras empiezan a estabilizarse (debido, en gran parte, a la vacunación) y -por fin- en 2022 sí estamos teniendo Magdalena (del 19 al 27 de marzo). Eso sí, no sin antes dar pequeños coletazos previos de incertidumbre y de anuncios con programaciones que iban y venían. Pero al final sí. Con cabeza y con ganas de recuperar ese algo que también parecía que perdíamos aquel 2020.
Los mesones y actos como el coso multicolor se han quedado por el camino, pero lo cierto es que esta Magdalena se presentaba con el programa al completo: pirotecnia, carpas, conciertos, Romería, Pregó... Una programación que, como cada año, hemos recopilado en Nomepierdoniuna y que no te la acabas. Hasta que ha llegado la lluvia: cancelaciones, cambios de escenarios o de fecha...
Paraguas, mascarillas y lágrimas de emoción en la lectura del Pregó. Foto: Carme Ripollès (ACF).
Y eso que parecía que no iba a poder con todas esas personas que debajo de la lluvia esperaban con ilusión escuchar la -accidentada- primera mascletà el sábado 19; con maniobras como mover los conciertos de la Plaza Mayor a La Pérgola, pasar algunos actos como la Mostra Folklòrica al mes de mayo, llevar el Pregó en versión reducida a la Plaza Mayor y el infantil al domingo o el adaptarse o morir de sitios como La Cosa Nostra, que trasladó los conciertos del primer sábado al interior, o la "Dragdalena" del Escenario María Agustina refugiándose en Menta el miércoles 23. Pero ni así... Y es que, en el ecuador ya de las fiestas, parece que el tiempo no está acompañando y la programación se ha visto alterada en varias ocasiones. Porque habría parecido una broma si nos dicen que el lunes de Magdalena habríamos alcanzado récords de precipitaciones en Castellón. ¿Dónde habrá quedado ese "hace día de mascetà"?
Pero hay ganas, y se nota en la cantidad de conciertos, pinchadas y saraos varios que se han programado este año y en el esfuerzo por mantenerlos hasta el último momento. También en cómo la gente sigue llenando las calles (en menor número que otros años, eso sí), aunque sea debajo de un paraguas o un chubasquero. Al más puro estilo Cantando bajo la lluvia. Al final esta Magdalena tiene muchos significados, y no solo porque Castelló recupera su semana de fiestas tres años después, sino porque se ha convertido en la excusa para volver a encontrarnos. Para volver a disfrutar de un concierto y de una charla con amigos, aunque la pandemia siga dando coletazos, aunque el contexto cada vez sea más inestable y aunque lleguemos a casa con los pies mojados.
