'Per la voreta de la deriva' representa un éxodo con un toque muy surrealista y concienciado en la sala de pintura de José Antonio Antolí. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Las risas, la sorpresa y la emoción. También el surrealismo, la nostalgia y dosis de conciencia. La segunda edición de la Fira de Teatre Breu de Castelló La Ravalera vuelve a conseguir aglutinar distintas vivencias a través del microteatro. Una segunda edición que redescubre nuevos espacios desconocidos de la ciudad, de esos que cruzamos diariamente sin saber exactamente qué se encuentra en su interior. Además, esta segunda edición cierra su primer fin de semana (15, 16 y 17 de abril) con un gran éxito de convocatoria en cada una de las sesiones. Pero aún hay otra oportunidad para conocer (o repetir) qué esconde esta Fira de Teatre Breu, será los próximos 22, 23 y 24 de abril; los pases del viernes y sábado comenzarán a partir de las 20.00 y el del domingo a las 18.00. El precio de la entrada para una única pieza es de 3 euros y de 12 euros para el itinerario completo de las cinco obras; se pueden adquirir en la Librería Babel o, durante el evento, en la plaza María Agustina.

Merece la pena invertir el tiempo en recorrer alguno de los diferentes itinerarios que propone la Fira y, así, ver de qué manera cada historia acaba, de una forma u otra, enganchando. Exprimen el concepto de microteatro, es decir, obras que no superan los quince o veinte minutos de duración y que esconden una gran intensidad. Pero este no es el único atractivo de la obra, ya que lo que verdaderamente le da el valor añadido es la manera en la que espacio y obra terminan perfectamente unidos, hechos el uno para el otro (casi como en la historia de la compañía Etèria, Fins que deixa de ser normal).

La antigua vaquería despierta con La Ravalera. Foto: Carme Ripollès (ACF).

La Fira de Teatre Breu La Ravalera ha conseguido que se pueda percibir cada espacio con otros ojos. Tanto, que incluso parecía que aquella sala de pintura de hierro forjado del artista castellonense José Antonio Antolín (c/ San José, 31) era una auténtica nave con un rumbo aleatorio en la que es posible reflexionar sobre cómo y hacía dónde ir cuando no tienes a dónde ir, gracias a la propuesta de las compañías Contrahecho y Triangle Teatre con Per la voreta de la deriva; una incisiva propuesta que pone sobre la mesa un tema tan actual como el éxodo.

También parecía que aquella nada típica pareja que se acababa de comprometer llevaba cierto tiempo habitando aquella casa de labradores del Raval de Sant Félix (c/ San José, 13). Aunque con Fins que deixa de ser normal de Etèria, no es esta casa típica del siglo XX la única que esconde algún que otro secreto… Como el de las dos mujeres que aún esperan en el patio del Convento de las Monjas Capuchinas (c/ Núñez de Arce, 11), una espera demasiado largo e incluso se podría decir que eterna… Es la propuesta de la compañía Comboi Teatre con L’espera.

La casa de los labradores del Raval se convierte en el escenario de 'Fins que deixa de ser normal' (cía. Etèria). Foto: Ángel Sánchez (ACF).

La Fira de Teatre Breu La Ravalera también consigue revivir espacios ya desaparecidos y que han formado parte importante de la historia del a ciudad, como es el caso de la antigua vaquería (c/ Antonio Maura, 5) que queda inmersa en la magia de la propuesta de La Ravalera con Porta’ls llet als veïns. Y, es que, no es el espacio el único que está lleno de historia de Castellón en este caso, porque esta vaquería esconde una preciosa y tierna leyenda relacionada con la casa contigua.

Y, de espacios desconocidos, a otros que están llenos de actividad día a día y que pasan desapercibidos entre la rutina, como ocurre con el patio interior de la Casa de los Caracoles (c/ Mayor, 78). Coloms de Teatre de Caixó consigue a base de carcajadas que entendamos en qué piensan las palomas, cansadas de comer migas del suelo… ¿Nos habremos convertido en palomas?

Marc Escrig y Jordi Collado (cía. Teatre de Caixò) se convierten en 'Coloms'. Foto: Carme Ripollès (ACF).