Cine

La ‘imparable’ espera de la cartelera a la llegada del mago

Este fin de semana llegan a Castellón hasta seis estrenos, de los que destacamos tres, por hacerlo en todas las salas, por su importancia o por su interés: las norteamericanas 'Imparable' y 'Los otros dos' y la española 'Bon Appétit'. Aunque lo que realmente caracteriza a la cartelera ahora mismo es que cuenta los días que quedan para el arrollador estreno de 'Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 1)' el próximo viernes.
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Ya lo avisamos la semana pasada. Temporada de discreción alarmante en las carteleras españolas como impasse de la arrolladora llegada, la próxima semana, de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 1). Este viernes llegan a Castellón hasta seis estrenos distintos, pero sólo dos lo hacen en todas las salas, como los dos títulos más importantes de la semana: Imparable y Los otros dos. Los restantes cuatro —Scott Pilgrim contra el mundo, Tamara Drewe, Bon Appétit y Cruzando el límite— se reparten las pantallas de Castellón y por ello vamos a profundizar únicamente en los dos primeros.

Antes, como siempre, informaros de que Los ojos de Julia sigue siendo número uno en taquilla, convirtiéndose definitivamente en el estreno español más importante del año. Agnosia, por su parte, no ha funcionado del todo bien, mientras que, de los estrenos de la semana pasada, Salidos de cuentas y Caza a la espía se han encaramado al segundo y tercer puesto de la taquilla. Números flojos, de todas maneras, en su conjunto, acordes con un momento de transición en la cartelera que va a ser pulverizado la semana próxima con la esperadísima Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 1), de la que ya hablaremos en siete días pero que ya avanzamos que se ha convertido en la película que más entradas anticipadas ha logrado vender en lo que va de año.

Con ello, dándoles apenas una cruda semana “real” de vida hasta la llegada del joven mago, los estrenos de este fin de semana empiezan con Imparable, la nueva película de Tony Scott. Se trata de una cinta de acción que mezcla dos subgéneros emblemáticos del cine palomitero hollywoodiense: las buddy movies —películas “de colegas” en cuyo paradigma situaríamos, por ejemplo, desde las chuscas producciones de Bud Spencer y Terence Hill hasta la magnífica Dos hombres y un destino— y las películas sobre catástrofes —Deep Impact, Un pueblo llamado Dante Speak, Volcano, Twister, El coloso en llamas…—. La película nos sitúa en esa ya fácilmente detectable mecánica del héroe anónimo, del sacrificio de un tipo normal y corriente por la salvación de una serie de personas amenazadas como trasunto de la humanidad en su conjunto—aunque normalmente sólo afecta a los Estados Unidos de América…—. En esta ocasión es un tren descarrilado que viaja descontrolado y, vaya casualidad, con todos los vagones de cargamento llenos de productos tóxicos que no hacen sino poner a más gente aún en peligro en caso de colisión, pues su explosión multiplicaría los daños en la zona.

Como se dice en uno de esos momentos tan artificiosamente trágicos como indudablemente efectivos de este tipo de cine: "no se trata de un tren sino de un misil del tamaño del edificio Chrysler", que vendría a ser como el remedo de aquella "es un meteorito del tamaño de Texas" que oímos en Armageddon. Así, la película cuenta con todos los elementos necesarios para hacer de su visionado una experiencia a contrarreloj, frenética y trepidante. Un vehículo de transporte sin control que amenaza con la vida de muchos inocentes y que sólo con el valor y pericia de dos héroes anónimos podrá ser detenido… remite de manera inequívoca a otra película tremendamente paradigmática: intercambiemos tren por autobús y nos sale, sí, efectivamente: Speed. Entonces eran Sandra Bullock y Keanu Reeves, aquí son ahora, en el papel de dos maquinistas, uno veterano y uno joven, Denzel Washington y Chris Pine, a quien recientemente hemos visto en la película de terror Infectados o como el capitán Kirk en la Star Trek de J.J. Abrams.

Con ésta estamos ante la quinta de las colaboraciones entre el cineasta Tony Scott y el actor Denzel Washington, tras Marea Roja (1995), El fuego de la venganza (2004), Déjà Vu (2006) y la última Asalto al tren Pelham 123 (2009), una prolífica sociedad que consigue dotar a los personajes de Washington de credibilidad y empaque suficiente cuando se trata evidentemente de filmes que no pueden “perder” demasiado el tiempo en algo que no sean fuegos artificiales y tensión narrativa. El caso es que el hermanísimo Scott —siempre a la sombra del mayor, Ridley, toda vez que él ha conseguido una mayor coherencia, identidad y éxito en su filmografía, Alien, Blade Runner y Gladiator aparte— sabe muy bien de qué va esto y arma su lenguaje visual con esa orgía estética compuesta por una cantidad ingente de planos, reencuadres, multipantallas, montajes alternados y ritmo endiablado para dejar al espectador absolutamente exhausto. Imparable no tiene nada más de lo que apunta tener, pero en cambio cumple exactamente con todo lo que promete, lo que en los tiempos que corren, es un mérito incontestable.

La alternativa que tendremos esta semana como novedad en las salas es Los otros dos, otra película que coquetea también con el subgénero de las buddy movies pero que en este caso se adereza con cine policíaco y, sobre todo, con la comedia absurda de gags. Dirige Adam McKay y protagoniza Will Ferrell, otra sociedad tan prolífica como la que comentábamos de Scott y Washington, pues la pareja tienen en su haber tres comedias más, a saber: El reportero (2004), Pasado de vueltas (2006) y Hermanos por pelotas (2008). Con Los otros dos firman su cuarta colaboración, teniendo en cuenta la perversidad que supone que Ferrell sea el productor de las películas de McKay y que se pueda guardar para sí el papel protagonista. Para esta ocasión parten de una parodia del género policíaco, donde Samuel L. Jackson y Dwayne “The Rock” Johnson son la pareja de “polis” más carismática y admirada de la comisaría. Will Ferrell y Mark Wahlberg son, por su parte, los otros dos, es decir, los polis de poca monta que se limitan prácticamente al papeleo y a sobrevivir a la sombra y soportando sus vilipendios. Sin embargo, los polis encarnados por Jackson y Johnson mueren en acto de servicio y son Ferrell y Wahlberg los que toman su relevo viendo la oportunidad de convertirse en los nuevos héroes de Nueva York. La película funciona como las anteriores de Ferrell y McKay, una sucesión de gags con dispar gracia —más bien menos que más— y la sensación de que la película podría haber dado mucho más de sí o, en su lugar, durar bastante menos para contar lo que cuenta. Numerosos cameos aparte, también intervienen otras caras conocidas como un rematadamente perdido Michael Keaton —qué tiempos aquellos en los que era el Bruce Wayne del Batman de Tim Burton— o la hiperpublicitada esta semana por España Eva Mendes, en el papel de la mujer de Ferrell, una desaprovechada “mujer florero” cuya vis cómica podría haberse exprimido con mayor metraje.

Hablando de metraje, que no se engañe al espectador que, viendo el tráiler, ha podido disfrutar con el tarantiniano “sobramiento” de la pareja de polis negros que forman Jackson y Johnson y cuyo contraste con “los otros dos” parece un filón a explotar, porque el 70% del tiempo que aparecen en la película es, precisamente, todo lo que vemos en el tráiler. Y es que no tenemos que olvidar que todo tráiler es un elemento publicitario al servicio de una película cuyo objetivo no es ser fiel a la misma, sino simplemente hacer que el público pague la entrada. Una vez conseguido eso, ya da igual si, como suele pasar, "lo mejor de la peli ya estaba en el tráiler". Pues da igual, ya nos han hecho pagar, luego tráiler exitoso… Por ello los tráilers los confeccionan empresas de comunicación y no los propios cineastas… Ya hablaremos en alguna ocasión de este tema con más tiempo.

Y, para cerrar, sencillas pinceladas del resto de estrenos:

Scott Pilgrim contra el mundo es una comedia adolescente protagonizada por Michael Cera —el chico que dejó embarazada a Juno y que parece un curioso alter ego de Jesse Eisenberg— que mezcla videojuegos y cómics en una historia de amor mezclada con batallas de las de “CRASH!”, “BOOM!”, “SPLASH!” y demás onomatopeyas que obviamente recogen su disposición formal del discurso con el que la película se emparenta. Una aparente joya indie cuya reiterativa estructura apaga por agotar el conjunto. También tenemos a Tamara Drewe, una comedia de enredo sarcástica basada en el cómic de Posy Simmonds y dirigida por Stephen Frears —director de Las amistades peligrosas, The Queen o la más reciente Chéri—; Cruzando el límite, una película española sobre un adolescente díscolo y problemático que es encerrado en un correccional que parece más bien un centro de tortura y, finalmente, pero quizá la más recomendable: Bon Appétit, dirigida por David Pinillos y protagonizada por Unax Ugalde y Nora Tschirner, un conmovedor y sobrio melodrama romántico que recibió el Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Cine de Málaga, además del de Mejor Guión y Mejor Actor que, a lo largo de distintos enclaves de Europa y con la gastronomía como telón de fondo, narra la historia de dos amigos que se besan y se atreven a cruzar esa delgada línea que separa la amistad del amor y que les cambia la vida para siempre.

Cartelera de cines comerciales de Castellón y Vila-real:

>Cinebox Castellón-La Salera.

>Neocine-Puerto Azahar.

>Sucre Vila-real.

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