Música

His Majesty the King: “Compusimos el disco enrabietados con todo; tenemos muchas ganas de presentarlo en el Four Seasons de Castellón”

Entrevistamos a Nacho Montero, el 50% de His Majesty the King, de cara a su concierto del sábado 23 de noviembre en la Fiesta de 5º aniversario de Nomepierdoniuna. Nos habla de la energía e inmediatez con que se grabó el disco que presentarán en la sala Four Seasons, que marcará el inicio de su gira de otoño-invierno. De sus influencias, de su trayectoria, de sus planes… también de su estimado Tanned Tin. Y, como uno de los responsables de Holy Cuervo (sello, tienda y promotora de Malasaña), reflexiona sobre la complicada situación que vive la escena de Madrid.
  
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His Majesty the King marcará junto a Sutja Gutiérrez los momentos de más cera guitarrera el sábado 23 de noviembre en la Fiesta de quinto aniversario de Nomepierdoniuna. Conversamos telefónicamente con el batería de la banda madrileña, Nacho Montero, quien también habla por boca de la otra mitad, la cantante y guitarrista Clara Sánchez-Puga. Un dúo bien compenetrado que, como se puede apreciar en la conversación, promete un directo lleno de emociones. La cita, el sábado 23 en la sala Four Seasons de Castellón a partir de las 19.00. Las entradas cuestan sólo 7 euros y puedes adquirirlas online, en Spoonful o en la propia sala.

>¿”Convertir el miedo en chulería” (frase con la que empieza el último disco de His Majesty the King) es una forma de hablar o va en el ADN de una banda de Malasaña?
La letra de “Imbécil” coincidió en una época bastante rabiosa en la que Clara escribió esa canción y la verdad es que en este disco parece que estamos enfadados, por eso ha salido con ese tono. Se nota incluso en la música, comparado con el otro disco.

>¿Enfadados con qué?
Enrabietados con todo. Cuando compusimos los temas, en 2012, fue un momento de muchos cambios personales de los dos, incluidos cambios de casa y de trabajo, y eso se ha quedado reflejado en el disco.

>¿Y puede que Manuel Cabezalí (Habalina) también le haya pillado el punto a esa rabia en la producción?
Sí, desde luego. Lo conocemos de hace mucho tiempo, lo consideramos un colega. Fue siempre la primera opción para grabar el disco. Hablamos con él y lo pilló a la primera. Lo bueno que tiene Manuel es que, en cierta medida, tú te olvidas de cómo va a sonar el disco y te hace sentir muy cómodo en el estudio, que es lo mejor que te puede pasar, dejando en manos del productor el resto. Además, a nivel musical coincidimos mucho y confiábamos mucho en él. Estamos muy contentos del resultado final. Todas las canciones están grabadas en directo, como en el local; hay muchas primeras y segundas tomas.

>Eso se nota, suena muy inmediato y espontáneo…
A nosotros también nos lo parece; grabar juntos en directo en una sala de estudio como si fuera un ensayo ha sido todo un acierto. Yo siempre intento ser muy pulcro y quiero evitar todas las incorrecciones, pero cuando el resultado final queda tan bien eso te deja de preocupar.

>¿El cambio de idioma al castellano en canciones como “Imbécil”, “No”, “Pollo”… es algo que marca una tendencia de futuro?
No es algo que nos hayamos propuesto. Todo empezó con la canción de “Imbécil”, que abre el disco. A Clara le apetecía hacerla en castellano, porque creía que iba a expresar mucho mejor lo que quería decir. Aunque los cambios de idioma a veces son difíciles, nos sonó muy bien a los dos. Pero después hemos vuelto a componer canciones en inglés, así que no sabemos qué vamos a hacer en el futuro.

>¿Cómo llenan un escenario sólo dos personas, con guitarra y batería?
Desde que grabamos el primero disco estuvimos muy pendientes de cómo podíamos sonar más grandes en directo, porque teníamos claro que queríamos seguir adelante como dúo. En la parte musical nos ayudó mucho Javier Ferrás porque, al grabar el primer EP y el primer disco, con él construimos el sonido. Nos aconsejó una serie de amplis, de manera que la guitarra va con un ampli de guitarra y otro de bajo, con los efectos sólo por un lado, engordando mucho el sonido. Y el otro tema es la puesta en escena: solemos colocarnos los dos adelante y encarados; nosotros nos sentimos como en el local de ensayo, el público nos ve en el mismo nivel y es todo muy cercano. Aunque en festivales como el Primavera Sound tuve que tocar la batería sobre una tarima, a más de 8 metros de Clara… esa distancia corta es muy importante.

>Una sala como el Four Seasons de Castellón os vendrá al pelo pues, ¿no?
Sí, el Four Seasons es el tipo de sala donde mejor nos sentimos, es nuestro hábitat natural, para tener al público cerca. Los grandes escenarios no son para nosotros de momento.

>El hecho de ser dúo chico-chica y algunas imágenes promocionales de vuestros inicios hacen que os hayan comparado con The White Stripes. ¿Es un estereotipo? ¿Os molesta? ¿Cuál es la comparación que más os ha sorprendido?
No nos molesta para nada, porque Jack White ha sido todo un referente para nosotros, en todo lo que ha hecho, y nuestro sueño sería grabar en su estudio. Pero a nivel musical no acabamos de ver el parecido; me imagino que será más por razones estéticas. De hecho, realmente nosotros no empezamos como dúo, sino que Clara tenía unas canciones por su cuenta y después le empezamos a dar forma entre los dos. La comparación más extraña fue con B-52’s; esa sí que no la pillo de ninguna manera.

>¿Cómo fue la gira por Francia, Portugal y Canadá en 2012?
En general, el año pasado fue cojonudo, porque tocamos muchísimo. La experiencia de viajar fuera a tocar en sitios como al Canadian Music Week, que es como el South by Southwest de Austin, siendo seleccionados por el propio festival estuvo muy bien. Al ser un grupo desconocido para ellos, realmente no tocas ante mucho público, pero viajas, haces callo y eso va muy bien para el grupo. Además, la gente, por ahí fuera, la verdad es que te trata muy bien.

>¿Cómo va la gira de presentación del disco? ¿Cuáles son los planes de futuro?
Ahora justo empezamos la gira de presentación y tenemos muchas ganas. Castellón es la primera fecha de otoño y después tenemos seis o siete conciertos en Barcelona, Segovia, Avilés… Cuando terminemos pararemos una temporada por motivos personales, para retomar los conciertos en verano.

>Tú estás enrolado en Holy Cuervo, sello, agencia de management, tienda y locales de ensayo del barrio madrileño de Malasaña; que también lleva a otros grupazos como Angelus Apatrida o Toundra. ¿Es anterior o posterior a His Majesty the King?
Holy Cuervo nace de la fusión de dos sellos, pero es un proyecto en paralelo a His Majesty the King; no nació para editar nuestros discos si es lo que preguntabas. Somos cinco personas trabajando y, entre otras iniciativas, organizamos el Records Store Day, un festival que funcionó muy bien la pasada primavera…

>¿Estamos hablando de la misma Malasaña en la que cierran salas y locales?
Sí, es complicado, la verdad es que vuelve a haber ambiente pese a las dificultades que pone el Ayuntamiento, los gobiernos, la subida del IVA… Que no son pocas, pero la gente se mueve. Ha habido años de bajón por el agotamiento mental de cómo es Madrid a muchos niveles… Es muy complicado porque la gente tiene menos dinero, pero al mismo tiempo hay una esperanza viva.

>Un hallazgo musical reciente.
Natural Child, un grupo americano mezcla de la Creedence y MC5. Los vi en directo hace tres semanas y me gustaron muchísimo.

>Un disco clásico que consideras poco valorado.
Three Snakes and One Charm de los Black Crowes.

>Un concierto propio y/o ajeno que no olvidarás nunca.
Propio, el que hicimos en el Primavera Sound en 2011 porque fue como el inicio de algo que estaba candente. Y concierto ajeno, ese mismo día la reunión de Pavement. Además, esa noche tuvimos la idea de componer un tema dedicado a Stephen Malkmus (líder de Pavement; se refiere a “Steve”, de su anterior disco, Long Story Short).

>Un sitio donde os gustaría tocar
En Australia y, seguramente, Clara diría que en Londres.

>¿Con qué relacionas musicalmente Castellón?
Nunca hemos tocado allí. De Castellón no tengo muchas referencias… Sólo que he ido varios años al festival Tanned Tin y recuerdo varios conciertos maravillosos, sobre todo uno de The New Year. Ese concierto lo recuerdo muy bien porque aquella noche fue muy gorda, también tocó Come… (se refiere a la edición de 2008). Es un festival que siempre me ha gustado mucho y que he recomendado un montón, desde el primero que fui con aquellos conciertos de Matt Elliot. Allí he visto conciertos determinantes en mi manera de escuchar música.

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