“Empecé a leer Africanus recomendada por la chica de la biblioteca y, cuando lo empecé, en verdad que no pude soltarlo…. Es un imán, realmente maravilloso, no solamente este, sino en realidad todos los que hasta ahora he leído de él. (...) Me parece que sabe conjuntar tanto lo histórico como la intriga. Un lenguaje estupendo para gente como yo, sin tantos estudios pero que le gusta la lectura. Los personajes son geniales y te hace prácticamente meterte dentro del libro sin esfuerzo alguno”.
Este testimonio de Lourdes Alegre, una lectora que dejó su comentario en el post de Nomepierdoniuna donde reseñábamos el lanzamiento de Circo Máximo en otoño de 2013, resume muy bien el fenómeno Santiago Posteguillo, que anoche fue premiado con el Premio Planeta 2018 por Yo, Julia, una novela que recrea la vida de la emperatriz romana Julia Domna. El jurado integrado por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Belén López decidió otorgarle el mediático premio dotado con 601.000 euros, se entiende que como colofón a su sólida carrera de superventas en esa misma editorial. Por el campus de la Facultad de Humanas de la Universitat Jaume I de Castellón, a partir de ahora, circulará un flamante Premio Planeta.
Santiago Posteguillo (Valencia, 1967), profesor de Literatura Inglesa del siglo XIX en la UJI, no publicó su primera novela hasta los 39 años. Fue Africanus (Ediciones B, 2006), el libro con el que empezó a labrar, página a página, una fulgurante trayectoria de éxito, componiendo dos trilogías históricas, la protagonizada por Escipión el Africano y la del emperador Trajano a partir de 2011, que en total vendieron más de un millón de ejemplares en todo el mundo. La clave, convertir la historia en literatura basándose en una concienzuda documentación, combinando múltiples escenarios, personajes bien construidos y una estructura y una narración muy cuidadas.
Según la prensa especializada, todas las apuestas del Planeta apuntaba este año a que, tras la victoria de Javier Sierra en 2017 con un peñazo llamado El fuego invisible, la ganadora sería una mujer. Y, de hecho, las tramas y las protagonistas de las 10 novelas finalistas tenían un marcado carácter femenino, en la línea del contexto internacional #MeToo. Incluso un miembro del jurado había asegurado en la víspera, para despistar, que la ganadora sería “guapísima, política y ciudadana modelo”. Se refería, en realidad, a la emperatriz Julia Domna, el personaje protagonista de la novela de Posteguillo, que además combina como pocos autores el rigor y la popularidad, el éxito en las librerías y los portales de internet con el respeto de la crítica literaria.
El autor valenciano hace un guiño en el título al mítico Yo, Claudio de Robert Graves, aunque Julia no es la esposa de Augusto, protagonista del libro del novelista inglés, sino de Séptimo Severo, conocido por su decisión para tomar las armas para acabar con sus rivales políticos con el objetivo de alcanzar el trono de emperador. Julia Domma (170-217) se caracterizó por combinar su influencia política sobre su marido y el amor por las artes y la filosofía. “Creo que mis personajes femeninos han ido ganando en importancia; si antes no ha sido así es por culpa de mis fuentes históricas, que son todos hombres”, ha afirmado Posteguillo.
La polifacética actriz y periodista Ayanta Barilli, hija del escritor Fernando Sánchez Dragó, quedó finalista con Un mar violeta oscuro, una historia sobre tres generaciones de mujeres y su debut como novelista. A la gala del premio, celebrada el lunes 15 en el Palau de Congressos de Catalunya, asistieron el ministro de Cultura, José Guirao, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sin representación de la Generalitat de Cataluña por primera vez en su historia.