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Faltan más de dos meses para el FIB y ya casi no quedan entradas a la venta. Prácticamente ni de días sueltos. Solamente para el jueves (Oasis, Glasvegas, Gang of Four) y el viernes (Kings of Leon, Magazine, The Horrors). Y el cartel se da por cerrado a falta de cuatro o cinco incorporaciones de última hora, entre las que podrían figurar Echo & The Bunnymen. Esas son las dos principales novedades que se desprenden de la presentación de la decimoquinta edición del Festival Internacional de Benicàssim, celebrada este mediodía en el Hotel Bonaire con un solecito de esos que dan ganas de ponerse las chanclas y tumbarse en la playa. Pero ya.
El FIB va muy sobrado. Cumple quince años vendiéndolo todo con un cartel comme ci comme ça, tirando de marca, de trayectoria casi intachable, de apuesta segura por el buenrollismo en torno a la música pop. Y lo hace, por ejemplo, permitiéndose lujos como el de no mencionar ni uno solo de todos sus archiconocidos cabezas de cartel en toda la rueda de prensa. Ya se conocían; los venían deslizando por entregas desde diciembre del año pasado, para ir haciendo ganas. De tal suerte que, en Navidad, los hoteles de Benicàssim ya recibían peticiones de reserva desde las islas británicas.
Y es que las cifras hablan por sí solas. Según explicó uno de los directores, José Luis Morán, el festival de referencia en España meterá en el recinto de la N-340 a 45.000 personas, el 60% de las cuales es público internacional, mayoritariamente (80%) procedente del Reino Unido. Un recinto que volverá a ser ampliado y redistribuido “para mayor comodidad de los asistentes y reducir tiempos de espera en los accesos”, al igual que las zonas de acampada. Además, el FIB Heineken ha recibido el Green'n'Clean Award, galardón concedido por Yourope (The European Festival Association) que premia el esfuerzo del festival por proteger su entorno y sus recursos naturales.
Los políticos, por su parte, pusieron el acento en que el FIB aguanta el tirón de la crisis económica frente al “desplome de otros festivales de la competencia” y en que se ha firmado un nuevo convenio de financiación por el que Benicàssim se asegura ser sede del evento hasta 2011.
En el apartado estrictamente musical, Morán explicó que el FIB ha decidido “hacer un homenaje a la música independiente española con una fuerte presencia en el cartel ante el gran nivel que ha alcanzado en los últimos tiempos”, en una especie de reconciliación, como ya se apuntó por aquí. Y que sólo faltan cuatro o cinco grupos para cerrar el cartel definitivamente, entre los que al parecer podrían entrar si no se estropea a última hora Echo & The Bunnymen.
Con motivo del quince aniversario, el FIB ha editado un documental en tres episodios, cuyo tráiler, en el vídeo de arriba, colgaron ayer en la web del festival.