Pleasant Drams, en la sala Platzhirsch de Leipzig.

Antes de marchar para Leipzig tenemos tiempo para que nuestro amigo Vicent Gisbert nos haga de guía turístico por su barrio berlinés. Él es un viejo conocido de la escena castellonense, DJ durante muchos años en el Raspa Bar. Ahora vive aquí e intenta ganarse la vida con lo que más le gusta, la videodanza. Mucha suerte y muchas gracias, Vicent y Lisa, por vuestra hospitalidad.

El viaje es corto, en un par de horas estamos en Leipzig, y allí nos reciben sus anchísimas avenidas y edificios bajos.

El local donde actuamos hoy es el Platzhirsch, que según intentan explicarnos entre Johannes y Moritz, en castellano viene a significar algo así como “el líder de la manada". Es un sitio menudo pero con mucho encanto, como todos los que hemos visto por aquí. Hacemos una prueba rápida en la línea del primer concierto, sonido muy bajo para un espacio hoy realmente pequeño.

Mientras Marcus, el dueño, nos prepara una cena exquisita que viene servida en un lámina de tronco de pino, llena de productos típicos (quesos, embutidos y verduras crudas) acompañado de pan y salsas variadas, una verdadera exquisitez a la que realmente no estamos acostumbrados.

Empieza a llegar la gente y empiezan nuestros compañeros de fatiga. Hoy Johannes está mucho mejor, prácticamente recuperado de su resfriado.

Buen sonido en nuestro concierto, en el que los tiempos más lentos -como "Si vols" o "Malson"- quedan casi susurrados dadas las dimensiones del local. Por primera vez en la gira los Kings se suben con nosotros al escenario. Presentamos "Próxima parada" con Johannes al ukelele y Moritz a la armónica. Unido al ya habitual reparto de instrumentos entre el público, hace un cierre redondo.

Aquí en Alemania cada local decide si se puede fumar o no. Hoy toca permiso. Nos vamos al piso franco facilitado por la sala con la ropa oliendo a tabaco. Qué recuerdos.

Que paséis un buen día de Pascua.