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Crónica de un parto 🖖🏼

Llegaban a Veneno Stereo un 28 de abril con nuevo disco, como segundo concierto de presentación del 10º aniversario de Nomepierdoniuna y con el cartel de entradas agotadas. El 'contenerock' de Lagarto Spok explota. Adrián del Barrio (guitarra) nos cuenta cómo vivió la presentación de 'El Disco'.
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Lagarto Spok y 'El Disco' en Veneno Stereo, concierto presentación del #10nmpnu. Foto: Antonio García (@rockmuseumlive).

  • Pepelu, ¿has recontado las entradas?
  • Sí, podemos poner [no sé cuántas] en taquilla.
  • ¿Y las de prensa? Son [tantas].
  • Ah, hostia, las de prensa.
  • Para, para, ya está. Todo vendido. No cabe nadie más.

Nunca había colgado un sold out. Jamás. Lagarto Spok íbamos a arrancar la gira de nuestro primer disco, El Disco (2018), como buenas sardinas en lata, y eso de ahí arriba relata cómo nos topamos con ello, más o menos. A ver, tampoco estábamos llenando la Razzmatazz, pero oye, esta era nuestra querida Veneno Stereo y era todo un logro para nosotros. Llamé a mi madre para decirle que viniera con tiempo; acto reflejo. ¿Toda esa gente ha pagado para vernos? Dicen que los conciertos de presentación parten con ventaja, pero a mí me sigue pareciendo alucinante. Tampoco me quiero regodear en esto: es el primero, es en casa, vienen muchas fechas este año y el próximo, y la carretera es cruda. No sabemos qué pasará, pero bueno, nunca nadie lo supo en nuestra situación.

Tirando de flashback, esa mañana la pasamos enrollando pósters antes de conocer a Koakzion, con quien compartíamos tablas esa tarde. Gente majísima, de Zaragoza, defendiendo un punk a veces más rockero, otras más hardcore y otras más puro. Después, cargada y descargada la furgoneta, montaje y prueba clásicas, al uso, pulgar arriba constante desde el escenario al Toni Porcar técnico de sonido. Qué acogedora que vuelve su sala, el tío.

Adrián del Barrio (guitarra). Foto: Antonio García (@rockmuseumlive).

Todo preparado. Estrenábamos la lona, el disco, los pósters. El rocanrol es esperar, que decía Kutxi Romero. Eso tocaba hasta que abriésemos puertas. "Por eso los roqueros fumamos", que él mismo decía como coletilla. El banner de Nomepierdoniuna nos recordaba la aplastante promoción que habíamos hecho junto a ellos; la gente había estado muy al loro los últimos meses, y eso es presión añadida. Nos sentíamos cargantes ante el calendario, con las publicaciones y comunicaciones ajustadas al milímetro. Y encima, toda persona que pisara la Veneno esa tarde se llevaba nuestro trabajo del último año y pico bajo el brazo, junto a su licencia de espectador crítico. Sí, teníamos bastante presión.

Pero llegó la hora y llegó el público, las caras más y menos conocidas, las preguntas por los nervios y el bolo de Koakzion, ante la sala prácticamente llena. Se merendaron el escenario, sonaban a energía pura, la gente se empezaba a agitar y ellos, como nos dijeron después, estuvieron a gustísimo. Y tras el protocolo del cambio de instrumentos, el tetris en el backstage y en el escenario, las miradas ya se dirigían a nosotros.

Es complicado ser juez y parte en esto, pero mantendré la sobriedad. Estuvimos bien, siendo conscientes de varios fallos y percances del directo: a Pau se le desconfiguró el teclado por simple brujería, Juan partió una baqueta y más historias. Pero ejecutamos bien, en general. Nos habíamos matado a ensayar las últimas semanas para, sobre todo, no pensar en lo que estábamos tocando durante la actuación, y así sentirnos más libres. Por lo que nos han dicho, el sonido fue mucho más que correcto (gracias, Toni), pero lo más importante de todo es que la gente podía cantar un par de canciones, por fin: "Meteorito" y "El viejo Logan". Y claro que las cantaron, a pulmón. Ese es uno de los premios más significativos (¡a ver si en el próximo se saben todo el disco!).

Quisimos honrar al trabajo del álbum tocándolo entero, tal y como está pensado en el orden del CD. Lo único que modificamos fue la versión de "Boogaloo aka Tarántula", que no aparece en el listado de El disco, y un par de guiños verdaderamente emotivos: uno, a mi Reloj de arena digital y otro a los Abortos. Cómo gritaron con aquello de “bebe, llora, bebe otra vez”, por Dios.

Final apoteósico, que se ha convertido en propio y habitual; que nos gusta el ruido por el ruido. Y bueno, el himno de la URSS techno remix, en honor a nuestro mánager Vladimir Putin. Los agradecimientos se nos quedaban cortos, arriba y abajo del escenario. Nos pedían firmas aquí y allá, nos daban la enhorabuena hasta convencernos de que fue un gran concierto. Ahora empieza La gira, y tenemos mucho camino por delante. Tanto que ya hay ideas para el segundo disco, más videoclips a la vista y más sorpresas. Siguiente parada, Valencia, Sala Darkness (25 mayo). Vamos con todo, cuidado.

La primera explosión de Lagarto Spok. Foto: Angie Sánchez.

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