'Operetta' es una obra coral en la que participan más de 20 actores. Foto: Toni León.
El Teatro Municipal de Benicàssim acoge a partir del 11 de julio la 21ª edición del Festival de Teatro con Buen Humor. Con obras interpretadas por compañías de largo recorrido como Cor de Teatre o Yllana e interpretaciones individuales como la de Avda Eisenberg o Pepín Tré, el ciclo teatral reúne diferentes tendencias de la escena cómica en una programación que abarcará todo el período estival. Los precios variarán entre los 6 y los 12 euros. En la edición de 2013, la escena de Benicàssim recibió a artistas como Alberto San Juan o Juan Echenove y María Galiana.
Música a capela, disfraces y humor a raudales. El espectáculo Operetta renueva el concepto de ópera clásica. Para ello, versiona las obras más populares de compositores como Verdi, Mozart o Wagner en un montaje desnudo basado en la fuerza expresiva de los 24 intérpretes que actúan en ella.
Las tramas se multiplican y fluctúan por diferentes situaciones. Los gags gestuales se alternan: desde una carrera ciclista hasta músicos que utilizan su propio cuerpo como instrumento. Dirigida por Jordi Purtí e interpretada por la compañía Cor de Teatre, Operetta ha ganado el Premi Butaca al Millor Espectacle Familiar de la 27ª edición de Premis de Teatre de Catalunya y ha quedado finalista en la categoría Espectáculo Revelación de la 15ª edición de los Premios Max.
Se presenta bajo el sello del grupo teatral Cor de Teatre, compañía caracterizada por la sátira que envuelve sus obras corales. Creada a finales de los 90, ha conseguido popularizar un tipo de espectáculo que combina la fuerza visual de sus coreografías corales con la ausencia de música instrumental.
El propio Pepín Tré describe el espectáculo como un 'musical hirsuto de ambiente precolombino en el que la oruga canora toma un protagonismo seis veces superior a su tamaño.' Una explicación acorde al estilo verborreico que pasea el cómico por los escenarios de toda España y que en esta ocasión le coloca ante surrealistas reflexiones sobre metafísica, cultura, arte o ciencia.
En El cadáver inocente, Pepín Tré recrea el catalogado humor del absurdo. Desarrolla su obra a medio camino entre la música y el humor. El resultado es una fusión extraña, mezcla de monólogo y puro concierto.
Sin duda, se trata de un montaje creado a raíz de la experiencia del actor, que alcanza más de 40 años activo en la escena artística. En el terreno musical, compuso canciones para Fórmula V durante los años 70 y ha grabado dos discos: Verdades como puños y 18 boleros chulos. Como actor, ha intervenido en películas como Año Mariano, El rey de la granja o Torapia.
Kulunka Teatro presenta en Benicàssim la obra André y Dorine, que utiliza el aburrimiento cotidiano y la enfermedad como contraste para mostrar el estilo de vida de una pareja de ancianos. El mutismo de ambos personajes y su exageración gestual imbuyen al espectador en un clima de empatía y cercanía con el hilo argumental.
La evolución de su relación a partir del alzheimer marca el ritmo de una obra que ha recorrido en tres años más de 20 países. Cuenta con la dirección de Iñaki Rekarte y la supervisión musical de Yayo Cáceres, director de la compañía teatral Ronlalá.
La máscara es el principal distintivo de André y Dorine. Foto: Kulunka Teatro.
El propio nombre de la obra remite a la parodia. Bajo la óptica de un ciudadano anónimo, The Gagfather muestra las miserias y entresijos de los bajos fondos de una ciudad también anónima. La premisa que guía la historia es sencilla: un grupo de policías debe atrapar a cuatro gángsters despiadados en una sucesión de escenas que presentará ante el público personajes tan disparatados como audaces.
La compañía que firma el espectáculo es Yllana, que cuenta con 23 años de experiencia en los que ha desarrollado otras tantas producciones teatrales, como 666 (1998), Los Mejores Skecthes de Monty Phyton (2004) o The Hole (2011). Durante los últimos años ha participado también en proyectos audiovisuales e iniciativas enmarcadas en el campo de las artes escénicas.
Avner Eisenberg domina distintas disciplinas. Acróbata, malabarista, mago o la más tradicional faceta de payaso son los distintos roles que es capaz de asimilar durante Excepciones a la gravedad. El método es efectivo: Eisenberg se vale de su hipertrofiada capacidad gestual para interpretar todo tipo de situaciones cotidianas desde una perspectiva cómica y puntillosa.
El cómico norteamericano, apodado Avner el excéntrico, cierra la programación del Festival de Teatro con Buen Humor a golpe de gags que refieren a maestros de la interpretación como Charles Chaplin o Buster Keaton, situaciones que involucran al propio público desde el humor más primitivo.
