Por teléfono, Ana Morgade es igual que en televisión. Razona rápido y habla de manera veloz. Se nota que está habituada a los mecanismos de la improvisación, donde el margen para responder es muy corto ante situaciones no preparadas. Entiende la improvisación como la vida ("tampoco sabes qué te espera") y a ella ha dedicado la mayor parte de su carrera profesional. Esta madrileña a quien se puede ver en televisión en programas como Zapeando (La Sexta), El hormiguero (Antena 3) y El club de la comedia (La Sexta), y que ha ido creciendo al lado de referentes del entretenimiento como Andreu Buenafuente o Pablo Motos, es la estrella mediática de la segunda edición del FIVO (Festival de Improvisació Vila d'Onda), que se desarrolla en varios espacios de la localidad de La Plana Baixa entre el 10 y 23 de septiembre. En concreto, actuará con la compañía Jamming el viernes 14 a las 22:00 en el Teatro Mónaco (entradas a 7 euros, 5 € para los empadronados en Onda). Antes de comenzar su jornada en Zapeando, la polifacética actriz madrileña, siempre con el humor como bandera, atiende a Nomepierdoniuna.
>Eres la estrella mediática de esta segunda edición del FIVO. Actuarás con la compañía madrileña Jamming el viernes 14 de septiembre en el Teatro Mónaco de Onda (22:00) en el espectáculo Jamming show. Sin embargo, mirando en la web de la compañía, veo que te anuncian en algunos espectáculos como "artista invitada". ¿Cuál es tu relación con Jamming?
He estado trabajando con Jamming casi quince años. Incluso he sido profesora de improvisación de algunos de los que trabajan en la compañía. Tengo muy buena relación con ellos; son compañeros y amigos. Así que cuando me llaman para un espectáculo, yo estoy encantada de participar.
>Y antes de Jamming, creo que estuviste en otras compañías de improvisación de Madrid. O sea, que llevas toda la vida improvisando en escena. ¿Cómo se te ocurrió empezar a formarte en este terreno y no en el de teatro de texto?
Mi primera experiencia como espectadora fue Madrid cuando tenía 17 años. Vi un match de improvisación España-Argentina, que ganó Argentina, y me gustó tanto que decidí empezar a recibir clases en el Teatro Asura. Y así llevo más de veinte años ya. También me formé con Cristina Rota en el teatro de texto, pero eso llegó después.
>¿Qué es lo que más te atrae de la improvisación?
Ese miedo a quedar mal, ese vértigo que hace que te suba la adrenalina. Has de entrenar, trabajar mucho, para estar a la altura que el público espera, de manera que salga del espectáculo con la sensación de que ha valido la pena pagar por estar allí y no con ganas de que le devuelvan el dinero.
>A mí me parece muy arriesgado ponerte delante del público, sin guion escrito, y que el espectáculo se desarrolle según lo que te vaya diciendo el público.
Bueno, es como la vida. No sabes lo que te espera y cuando llega, has de hacerle frente. No hay mucha diferencia. En un partido de fútbol tampoco sabes qué va a ocurrir.
>Que os va la marcha, el susto, vamos, porque en un partido de fútbol sabes que no te va a llegar uno con una pértiga para hacer un salto, por ejemplo. En estos espectáculos, sin embargo, no tienes ni idea de qué te van a proponer desde la platea o el anfiteatro.
El susto, el temor a no hacerlo bien, está bien. Pero es lo que te digo, nos gusta sentir esa adrenalina que provoca, aunque has de estar relajado para no quedarte bloqueado. Hay técnicas, la escucha y el rebote... Pero al trabajar en grupo la dificultad es mayor, ya que ha de existir una coordinación entre todos.
>Estoy dando por supuesto que en el Jamming Show vais desarrollando ideas que os transmite el público. Pero, ¿cuál es su estructura?
Ah, no, no. Eso no te lo voy a decir. Hay que ir y verlo. El espectador ha de tener en cuenta que aunque acuda otra vez a ver este show, no verá lo mismo; son todos diferentes entre sí. Es una de las gracias de la improvisación. Lo que se verá en el FIVO no se podrá ver en ningún otro sitio. Dentro de ese teatro se quedará.
>En comparación con el teatro de texto, el de improvisación es bastante reciente (finales del siglo XIX; aunque ya existe constancia en la Italia del XVI). Y aunque hay unas cuantas compañías españolas dedicadas a la improvisación -a Onda vendrán veinte- y bastantes festivales, he observado que la mayoría de estos eventos tienen aún una vida muy corta, como el FIVO, que nació el año pasado. ¿Significa eso que es un movimiento que está creciendo justamente ahora en España?
Hay muchas compañías, y cada vez más. Eso ayuda a que el nivel aumente, ya que te encuentras con una mayor competencia y has de estar a la altura. Por ello hay cada vez más festivales, más programaciones. La improvisación es algo que gusta en países de habla hispana. México y Argentina son referentes en ese sentido.
>¿Qué tienen México y Argentina más que España en este campo? ¿Más labia?
No. Hay mayor tradición. Pero labia, no. A labia no nos gana nadie.
>¿Un improvisador nace o se hace?
Se hace, se hace. Hay que entrenarlo.
>Al trabajar en televisión, es normal que la gente te conozca más por tu trabajo en la pequeña pantalla que por tu larga actividad teatral, aunque en la tele llevas desde 2007, o sea, acumulas bastante experiencia. Pero es que, además, has trabajado y trabajas con referentes del entretenimiento, como Andreu Buenafuente o Pablo Motos, por ejemplo. En el caso de Buenafuente, que fue el programa que multiplicó tu fama, ¿cómo llegaste a él, por elección directa, por casting...?
Pues, mira, tanto en el caso de Andreu Buenafuente como de Pablo Motos, me llamaron ellos directamente por teléfono. Imagínate cómo te sientes cuando te llaman, y encima ellos, sin intermediarios. Piensas que es una broma. "¿A mí, me están llamando a mí, en serio?".
>¿Sabes los motivos por los que te escogió Buenafuente? Te pregunto más por este caso que por el de Pablo Motos porque cuando llegaste a su programa de La Sexta (2009) no tenías aún la popularidad que sí acumulabas ya en 2015 cuando te incorporaste a El hormiguero de Antena 3.
En todos los casos ha sido por lo que conocían de mí a través de otros programas de televisión. Cuando me incorporé a Buenafuente ya llevaba dos años en diferentes programas, principalmente en Estas no son las noticias, junto a Quequé. Esos trabajos hicieron que se fijasen en mí.
>¿Cómo es trabajar con referentes del entretenimiento televisivo como Buenafuente o Pablo Motos?
(risas) ¿Tú que crees?
>No lo sé. No he pasado por esas experiencias.
¿No te lo imaginas? (risas) Son divertidísimos y están locos. Trabajas muy a gusto con ellos.
>Ahora te vemos cada día en Zapeando, sigues con El Hormiguero, te hemos visto en la serie Cuerpo de élite y no te alejas del teatro, ya sea en grupo o en solitario, como hiciste con Morgadeces. ¿Cuál es tu formato preferido?
Realmente me siento a gusto con todos. Son diferentes y cada uno de ellos me atrae. No sé elegir entre uno u otro.
>Quienes alternan el teatro con la televisión acostumbran a responder que el primero, por el contacto con el público, porque cada función, en realidad, es diferente, porque no hay segundas tomas...
Sí, pero en la tele también pasan cosas muy sorprendentes, que solo puedes ver allí. El otro día me encontré con unos mariachis que iban por los pasillos para intervenir en El intermedio de El Gran Wyoming. Ves coches explotando en el plató... cosas que no te esperas y que ocurren.
>¿Algún otro proyecto teatral en solitario?
El pasado año surgió algo, pero ya se verá.
>No me olvido de El Club de la Comedia, donde tomaste el relevo de Alexandra Jiménez, quien a su vez había sustituido a Eva Hache, a quien creo que admiras.
Eva Hache es un referente en el mundo del humor. Es una de las mejores cómicas. Creo que hay un antes y un después de Eva Hache. Además, es la única mujer que ha conducido un late night diario en una cadena nacional (Noche hache en Cuatro)... y han pasado ya diez años. Ninguna otra mujer ha tenido esa oportunidad desde entonces.
>Sin embargo, parece que en cuanto a presencia de mujeres en televisión se ha avanzado un poquito, aunque la distancia entre hombres y mujeres en programas de humor es muy grande. En Zapeando, por ejemplo, sois tres y tres.
Se habla mucho de la igualdad, de la apuesta por las mujeres, pero luego ves las imágenes de esas empresas que hablan de esa apuesta y la gran parte de los que aparecen son hombres.
>¿Alguna solución para este tema?
En mi caso, trabajo donde me llaman, no puedo tomar esas decisiones. Pero espero que se vaya valorando más el trabajo de las mujeres y sí exista esa igualdad.
>¿Existe un humor masculino y un humor femenino?
Creo que, como el culo, cada persona tiene un humor, el suyo. Has de trabajar para que lo que ofreces coincida con el sentido del humor de un sector, y si puede ser amplio y llenar teatros, mejor para tu espectáculo.
>No recuerdo que hayas venido a actuar por Castellón.
He actuado con una compañía, pero hace muchos años. Igual 14 años. En solitario no he actuado. Sí en Valencia, en La Rambleta, con Morgadeces.
>¿Guardas algún vínculo con Castellón?
Si te refieres a familiares, no. Aunque no descarto tenerlos en un futuro, porque voy a ir dispuesta a ligar (risas).
>El viernes estaréis en Onda actuando, en parte, para gente que no ha asistido nunca antes a espectáculos de improvisación. No sé, igual alguien tiene dudas y no quiera ir porque vais sin guion e igual os pillan a contrapié y no sabéis por dónde salir. Convénceles para que vayan a veros.
Que tengan claro que van a flipar. El público no sabe qué va a pasar, pero es que nosotros tampoco lo sabemos. Y eso es maravilloso. Normalmente el público acude a un teatro para disfrutar con lo que unos actores tienen previsto ofrecerles, ya se lo dan hecho. Pero aquí no. En este caso el espectáculo dependerá de quienes estén allí para vernos. Nadie sabe qué va a ocurrir en el teatro este viernes por la noche, pero les aseguro que nadie saldrá defraudado, con la sensación de que le han robado el dinero. Y así ocurrirá con todos los espectáculos. Animo a la gente a acudir al FIVO porque en realidad nadie sabe qué verá.
>Eres buena promocionando, Ana. Por cierto, hablas muy rápido, se nota que razonas deprisa y que te expresas al mismo ritmo, el ritmo de quien no deja de hacer cosas.
¿Ah, sí? Pues te juro que me estaba esforzando por no hablar rápido. Me gustaría hacer aún más cosas, pero tampoco me quejo. Ahora te dejo, que tenemos reunión para preparar el programa del día de Zapeando. Ya sabes, el directo. Bueno, te dejo, que tengo prisa, me están llamando ya. Os espero en Onda.