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Albert Pla dice que estar vivo da miedo

La infancia, la madurez, la soledad, el abandono, la decepción, los remordimientos, la enfermedad, el Ratoncito Pérez, un punto morado en un fondo amarillo, el arte contemporáneo o un helicóptero aplastándote. El 'Miedo', una perfecta simbiosis entre música, montaje audiovisual y la genialidad de Albert Pla. El cantautor murió en el Teatro Principal (27 abril) para mirar a sus miedos. El resto, los miramos a través de él.
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El punto morado sobre el fondo amarillo al que tiene miedo Albert Pla. Foto: Slowphoto.es.

¿Alguien puede tener miedo a un punto morado sobre un fondo amarillo? Albert Pla, sí. Y desde que Miedo pasó por el Teatro Principal de Castellón, creo que todos deberíamos tenérselo. Porque es normal tener miedo a las cosas que desconocemos, ¿y alguien sabe lo que es un punto morado sobre un fondo amarillo? El artista sabadellense nos propone entrar en su cabeza, sentir como propio su imaginario y darnos cuenta de que sus miedos son los míos, y los tuyos.

Con puntos cómicos, nostálgicos, irónicos, reflexivos y hasta terroríficos. Albert Pla se presenta solo en escena, eso sí, acompañado por un sobresaliente montaje audiovisual con imágenes en tres dimensiones, pantallas, hologramas y mapping. Los culpables de esto, el trabajo conjunto entre el estudio Nueveojos y el dúo artístico Mondongo (Juliana Laffitte y Manuel Mendan). Pla también se pone bajo la dirección de Pepe Miravete y se alía con Raül Refree en la música. El resultado es totalmente redondo.

Música, montaje audiovisual y el imaginario de Albert Pla, las claves de 'Miedo' en el Principal. Foto: Slowphoto.es.

Estamos en su cabeza, que en el fondo poco se distingue de la de cualquiera de las personas que llenaron por completo el Principal el pasado 27 de abril; acompañados por una niña (llevada a escena a través de un holograma) vestida con una capa roja que representa a la perfección el rumbo del propio espectáculo: de la inocencia y lo infantil a tintes oscuros. Vestir de forma cándida algo tan terrorífico como la crudeza de la vida.

El miedo infantil que arrastramos hasta el día de hoy (nunca volverás a ver al Ratoncito Pérez de la misma forma), también a la soledad o el miedo a que dejen de querernos, a decepcionar y a la decepción, al abandono, los remordimientos, a dar gritos sin que nadie nos escuche, a lo desconocido (y a lo conocido) e incluso a la enfermedad. Aquellas emociones y sentimientos que se esconden en nuestras cabezas, en esquinas en donde no podemos verlos, haciéndose fuertes, pero que están ahí. Albert Pla nos invita a viajar a través de ellos; bueno, en este caso, de los suyos. Pero también a que conozcamos los nuestros. Un imaginario ingenioso, cruel y hasta anárquico plagado de miedos que Albert Pla explica como nadie: “¿Hasta cuándo estaré vivo?”.

Como ese preciso momento en el que parece que los miedos desaparecen, que, por la razón que sea, se diluyen, pero llega un puto helicóptero que nos aplasta y nos hace pedazos. Normal que ni su madre le aguante ya. Cuando vemos arder el circo. El ascenso y el descenso, el dinero y el poder, la niñez y la madurez, la opresión y los líderes; si hasta el arte contemporáneo puede ser terrorífico. Un susto.

Albert Pla en el Teatro Principal de Castellón destapando más miedos. Foto: Slowphoto.es.

Miedo es una propuesta arriesgada, tanto por su contenido como por el continente del torrente de conceptos que propone Albert Pla y su equipo a través de la estimulación visual y sonora. Todo medido al detalle. Lo cierto es que no se podría considerar una obra de teatro en su totalidad, aunque vemos a un Albert Pla sobresaliente en el papel de actor (¡qué decir de esa madre maldiciendo a su hijo moribundo!), y también en su propio papel, en el de ese Pla genial, capaz de arrancar una carcajada cuando te habla de algo tan desconocido como el miedo. Tampoco estás asistiendo a un concierto, aunque el argumento se teje a partir de las canciones su disco homónimo, a las que da forma con su característico hilo de voz que parece quebrarse en cualquier momento; eso sí, no volverás a escuchar el disco de la misma forma una vez lo hayas visto en escena.

El miedo se difumina con la muerte: “Estar vivo me da miedo, por eso me voy” (“Muerto”). Albert Pla se despide, del público (literalmente, saliendo por la puerta del Principal entre el público) y del miedo. La aparente muerte. ¿Morir para sentirnos vivos? Tal vez simplemente irnos para entender que, cuando nos creemos muertos es cuando podemos respirar y reírnos de lo banal. De los vivos y sus miedos, de nuestra peor versión. Incluso de ese punto morado sobre un fondo amarillo.

Albert Pla en el papel de madre, una de las genialidades de 'Miedo'. Foto: Slowphoto.es.

"Canta, canta, no dejes de cantar; si dejas de cantar, te morirás"*

*Canto que repite una y otra vez la 'niña' que acompaña a Albert Pla en su 'Miedo'.

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