ZOO será uno de los platos fuertes de la próxima edición del Feslloch (6-8 julio).

>Recuerdo un Feslloch, el de 2014. Entre el público y los artistas que se subieron al escenario de aquella edición se repetía un patrón: todos portaban una camiseta con el logo y el nombre de ZOO. En este momento poco se conocía de ZOO, tan solo que era el nuevo proyecto del ex Orxata, Panxo, y existía una única referencia, “Estiu”, pero fue el fenómeno viral de esa edición…
En ese Feslloch la canción llevaba rulando 15 días y me fui allí a vender las camisetas para hacer como una especie de crowdfunding del disco. Había visto que el resultado del videoclip fue bueno, y monté una tienda para vender camisetas y poder financiar el disco que saldría después del verano. Esa fue la génesis del proyecto.

>Tú vienes de otros proyectos de sobra conocidos como Orxata Sound System y Riot Propaganda. ¿En qué momento cobra vida ZOO, tu propio proyecto?
Yo ya había pasado por todos esos proyectos y me apetecía hacer algo más personal, más mío. Me preparé tres o cuatro canciones y cuando llegó el verano publiqué “Estiu” con un videoclip, pero sin idea de hacer un disco como tal, simplemente me apetecía sacar esas canciones. Salió “Estiu”, y viendo el resultado me animó mucho a hacer el disco bien.

Principalmente nace de eso, de querer hacer un proyecto más personal. Todos los proyectos por los que había pasado eran proyectos a los que yo me había incorporado, por decirlo de alguna manera, con el proyecto ya hecho, y esto iba a ser algo que empezaba yo de cero.

>Con tu propia seña…
Sí, exacto.

>Escuchando Tempestes Vénen del Sud (2014) y luego viendo el directo, me da la sensación de que ZOO no suena igual.
¿Ah sí? –ríe-.

>Al meter más parte instrumental y la fuerza que adquieren en el directo se palpa de una forma distinta en el escenario, no sé si es resultado del propio crecimiento del disco en los directos…
Sí. El primer disco, a medida que lo íbamos haciendo, fueron saliendo ideas de meter arreglos con instrumentos y tal. Pero lo cierto es que la idea original era que el directo fuera un directo de rap más clásico, un tío cantando, un dj y ya está. ¿Qué pasa? Que luego cuando se acercaban las presentaciones empezamos a meter un par de instrumentos, pero en las presentaciones únicamente; y lo hicimos así. Cuando acabaron las presentaciones dijimos: “¿Y por qué no lo dejamos así ya en el directo?”. Entonces, claro, todos esos ensayos y conciertos fueron enriqueciendo mucho lo que había sido el disco y haciendo que sonara bastante diferente.

>De sacar cuatro temas, a lanzar un largo; de directos bajo el concepto de rap clásico, a añadir instrumentos… ¿Se podría decir que ZOO ha ido creciendo un poco a través del ensayo-error; de alimentaros de la propia experiencia?
Totalmente. Lo de ensayo-error es así, tal y como lo has dicho. Realmente todos los grupos funcionan en base a esto, y nosotros, bajo mi punto de vista, y sin querer ser arrogante, creo que hemos tenido la suerte de tener pocos errores, que tenemos como todos, pero hemos sido un grupo con una trayectoria muy rápida y todo nos ha salido muy bien desde el principio; me refiero a cómo nos ha ido. No es que las canciones de ZOO sean las mejores, ni mucho menos, pero hemos tenido mucha suerte. Aparecimos en un momento muy oportuno, por decirlo de alguna manera, porque Obrint Pas lo había dejado y La Gossa Sorda estaba a punto, Orxata también… Y se veía un hueco que llenamos nosotros.

>¿Cuál sería el balance de estos tres años de ZOO?
Muy bueno. De lo que yo hubiera firmado –ríe- antes de saliera “Estiu”, ni en mis mejores sueños hubiera pensado que nos habría ido como nos ha ido. Ya el primer disco salió muy bien, pero ahora sacando este segundo [Raval (2017)] y que hayamos conseguido mantener esto era lo que nos daba más miedo.

>Viendo la gira del primer disco, ¿cómo habéis podido sacar tiempo para este segundo? ¿Os pedía el cuerpo canciones nuevas?
El año pasado programamos la gira hasta agosto para poder hacer el disco en las condiciones adecuadas. Queríamos tener tiempo y no tener conciertos, porque eso te distrae mucho luego y dificulta el proceso creativo, poder escribir, componer y darle vueltas a las canciones. Paramos en agosto y hasta marzo que salió el disco no hicimos ningún concierto.

>100% en la creación del disco…
Sí, 100% creación. Eso es lo que ha posibilitado todo.

>¿Y cómo es el proceso creativo, cómo toma forma? Porque no podríamos encasillar a ZOO en una propuesta puramente rap ni tampoco en la electrónica. No tiene etiquetas como tal, y acaba siendo un rap que te hace bailar. Y además en Raval se percibe más influencia de la electrónica e incluso drum’n’bass.
La verdad es que nunca ha sido un proceso premeditado, ha ido saliendo. El propio disco nos iba pidiendo las canciones, y así ha sido como hemos buscado el equilibrio al conjunto del disco para que hubiese de todo. Sí que teníamos muchas ganas de consolidar la idea de que somos un grupo de directo, entonces por eso tiene más electrónica, que comentas tú, y queríamos enfocarlo mucho a los directos, ya que hacemos, o intentamos hacer, música para que la gente baile.

>¿Por qué Raval como nombre del disco?
Nos salió primero un verso que contenía esa palabra: “El Raval de la historia”. Lo de “la historia” nos parecía muy manido y nos quedamos con lo de Raval. Luego también porque un miembro del grupo tiene un vínculo muy especial con la casa en la que él se crío de pequeño que la llamaban el Raval. Por todo eso y por el propio concepto de Raval, a nivel de significado, lo que significan los ravales a nivel histórico. Nos pareció una palabra muy… seductora –ríe-.

>En varias entrevistas describes el nombre de ZOO, además de estar relacionado con un proyecto anterior, como una referencia a que somos como animales enjaulados. ¿Se ha convertido la música en la forma de salir de esa jaula?
La música es una vía de escape, sin duda. A mí personalmente sí que me ayuda a salir de mi propia jaula, sobre todo la jaula más subjetiva, la más personal. Además creo que la música antropológicamente siempre ha tenido esa función, de evasión, celebración, ritual… Y todo eso, de alguna manera supone, poniéndome un poco filosófico –ríe-, salir de la jaula. Salir de cualquier jaula, la personal y la mental, pero también la jaula estructural u objetiva que tenemos con este sistema del que somos víctimas. Con la música tampoco es que se vaya a romper mucho, pero nos ayuda a llevarlo mejor.

>El 16 de junio estuvisteis en Moratalaz (Madrid) dando un concierto. Tras el concierto, José Antonio González de la Rosa, miembro del Partido Popular, describía vuestro concierto como “una provocación”. ¿Por qué el uso del valenciano sigue considerándose una provocación?
Porque hay una mentalidad colonial en España, una mentalidad imperial, por decirlo así, según la cual, cualquier cultura o modo de expresión que no sea la del imperio, dentro de España, es considerada secundaria. Porque si viene un grupo a cantar en inglés se saca la alfombra roja, pero si viene un grupo a cantar en euskera, en gallego, en bable o en catalán… Entonces no.

>La jaula…
Eso responde a una mentalidad muy extendida en el estado español entre la gente de derechas; pero también con cierto arraigo en alguna gente de izquierdas, hay que decirlo. Pero sobre todo en la gente de la derecha, que más que una jaula es una caverna directamente –ríe-. En fin… Hay que lidiar con ello. Para nosotros no ha sido un plato de buen gusto, porque nosotros intentamos hacer música y ya está, no somos políticos y todo esto en verdad ha sido una historia que se ha hecho para utilizarlo como arma arrojadiza contra el gobierno del cambio que hay en Madrid. Y nos han puesto a nosotros en medio de esa guerra, que ha sido un poco una papeleta, pero agradecidos porque nos han hecho muy buena promoción [durante el concierto ZOO sacó un cartel en el que se podía leer: “Inda gracias por la promo”], y no nos han cobrado nada por hacérnosla.

>No os fiéis, a ver si os va a llegar una factura por la promo…
Bueno, esta gente suele hacerlo sin factura.

>Es curioso porque giráis por toda España. Yo misma os he visto en dos ediciones del Viña Rock, ante un público que viene de todas partes. Además en vuestro primer concierto en Viña Rock reventasteis el escenario secundario y en la siguiente edición os pasaron a uno de los escenarios principales, y lo volvisteis a hacer. El público ha demostrado que la lengua no es lo importante, no les provoca…
Por supuesto que no lo es. Hay muchísimas artes, como la danza, que no contienen ninguna palabra y se pueden disfrutar igual. Yo he disfrutado toda mi vida con The Beatles. Es una cosa de sentido común, excepto para quienes hablar en valenciano es una provocación.

>Llevas varios años formando parte de la escena de la música en valenciano, ¿qué diagnóstico harías de ella en este momento? No la música en valenciano como un género, que es la etiqueta que se suele utilizar erróneamente...
Claro, claro; de la escena musical hecha en valenciano. Su salud es súper buena y muy diversa estilísticamente, que esto es una cosa que creo que hay que celebrar. Dentro de la música hecha en valenciano hay grupos muy notables en estilos muy diversos. Posiblemente ahora los grupos que más trascendencia están teniendo, como pueden ser Smoking Souls, Gener, Senior, El Diluvi, Auxili, Aspencat o nosotros, somos grupos que, bajo mi punto de vista, estilísticamente no nos parecemos en nada. Y esto es algo de lo que debemos alegrarnos y, por supuesto, sabiendo que hay muchísimas cosas que mejorar a nivel de escena. Poco a poco, es una escena joven y lo que se ha conseguido y, sobre todo, en el contexto en el que se ha conseguido, es para quitarse el sombrero.

>Ya ha mostrado todas las caras que tiene…
Está con una mayoría de edad –ríe-. La gente está perdiendo el miedo a hacer estilos diferentes y a hacer lo que les da la gana. Y esto es de puta madre.

>Hablando de música hecha en valenciano, el 8 de julio estaréis en el Feslloch, una de las citas referentes y que cumple 11 ediciones. ¿Cómo vivís el festival?
Hemos ido toda la vida. Vivimos el Feslloch como un festival muy familiar, en el sentido en el que nos encontramos con mucha de nuestra gente y con la que coincidimos durante el año y compartimos historias no solo musicales, sino políticas y culturales. Lo vivimos como un encuentro con nuestra gente promovido por Escola Valenciana, que son uno de los principales agentes del cambio socio-cultural en el País Valencià en los últimos años. Lo vivimos súper bien… Lo que no vivimos tan bien son los días de después con la resaca –ríe-.

>No será la primera vez que os veamos sobre el escenario del Feslloch. ¿Cómo estáis preparando los directos con la gira de Raval?
Están muy enfocados a moverse y a bailar. Empezamos con lo más tranquilo y, a partir de ahí, a hacer aerobic todo el mundo –ríe-. Hemos combinando los dos discos, cogiendo lo más relevante del primero y dándole caña al segundo. Tampoco quiero decir mucho más porque prefiero que lo veáis y saquéis vuestras conclusiones.

>Lo haremos. Pero, por el momento, ¿qué respuesta estáis recibiendo de Raval?
Muy buena. La verdad es que muy bien, el público cojonudo y muy contentos. Mucho mejor de lo que hubiéramos esperado.

>¿Y cómo vais a afrontar la gira?
Hasta finales de noviembre no paramos. Vamos a tocar por Països Catalans principalmente, pero también con bastantes salidas a Galicia, Euskal Herria y al estado español durante el verano. En agosto estamos en Budapest, en el Sziget Festival, y tenemos alguna posibilidad en noviembre de hacer algo en Polonia, que todavía está por concretar. Por lo demás, trabajar aquí este año, tenemos todos los fines de semana ocupados con dos o tres conciertos y muy contentos.