Cine

La cartelera se pone “biutiful” para recibir el puente festivo

Los cines empiezan a programar películas que huelen a Oscar para el puente más cinéfilo del año, empezando por 'Biutiful', una historia impactante, compleja, inflamable y ahuyentadora, destinada a quienes pueden reparar en la “belleza” de las cosas de la vida que aparentemente no la tienen, de ver la luz en la oscuridad. Un peliculón de Alejandro González Iñárritu que cuenta con un inspiradísimo Javier Bardem.
  
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Los del puente de la Constitución suelen ser históricamente los días del año que mayor número de espectadores reúnen en las salas de cine. Tratándose de fechas festivas en las que el tiempo no siempre acompaña —al contrario que en verano— los ingresos en taquilla suelen ser elevados, y eso lo saben muy bien las distribuidoras cinematográficas. Además, este año se da la posibilidad de que para muchos se trate de un fin de semana de 6 días, por lo que las cifras pueden ser verdaderamente astronómicas. Por eso parece que diciembre remonta el vuelo en la oferta de cine y ya van a ir entrando películas que huelen a Oscar. A propósito, que la próxima gala de los Oscar, que tendrá lugar el 27 de Febrero en el Kodak Theatre de Los Angeles ya tiene pareja presentadora: Anne Hathaway y James Franco. Sorprende que la Academia haya optado por una pareja de jóvenes talentos y no por el recurso del cómico o cara televisiva de siempre. A todos nosotros Anne Hathaway ya nos encandiló cuando se marcó el número musical de apertura con Hugh Jackman en 2009… fantástico. Y al hilo, en nuestros premios homólogos, también hay fecha y presentador para los Goya: será el 13 de Febrero en el Teatro Real, y volverá a ser Andreu Buenafuente el maestro de ceremonias —no en vano la última gala que presentó fue la más vista de la historia de los galardones—.

Centrándonos ya en la cartelera, y en un escenario en el que Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (parte 1) sigue inflexible en la primera plaza —nada noticioso, por otra parte— destacamos desde aquí el estreno más interesante de la semana, ése al que nos referíamos con que huele a Oscar: Biutiful. La película es la cuarta de la filmografía del mexicano Alejandro González Iñárritu y es la primera de todas ellas en las que el libreto no lo firma su inseparable Guillermo Arriaga —sí, en cambio, tenemos música de Gustavo Santaolalla y fotografía de Rodrigo Prieto—. Quizá por ello estamos ante la primera película del director que se estructura de forma lineal —con prólogo y epílogo que le aportan cierta circularidad—, con un solo personaje y una sola historia que centra todo el metraje y que sucede en un único lugar. Todo esto es novedoso porque tanto Amores Perros, como 21 gramos como Babel eran películas terriblemente fragmentadas y con una narración hilvanada en forma de rompecabezas con personajes e historias que, de un modo u otro, se interconectaban.

Aquí todas las secuencias del filme las corona un inspiradísimo y desgarrador Javier Bardem, que ganó por su interpretación el premio al mejor Actor en Cannes. Bardem es Uxbal, un solitario hombre con una existencia miserable, que malvive en las calles del barrio del Raval de una Barcelona invisible para demasiados —sí, Barcelona como telón de fondo de tragedia y desamparo, esto no es Vicky, Cristina Barcelona—, explotando a inmigrantes, metido en las mafias y en el tráfico de drogas. Divorciado de su mujer, que tiene un trauma bipolar, ha perdido la custodia de sus dos hijos y la relación con su propio padre es prácticamente inexistente. La travesía de Uxbal es sombría en medio de la luz de cada día, una luz tan claustrofóbica como el ahogo de su existencia.

Pero Uxbal tiene un don muy especial, quizá otorgado por su concomitancia con los márgenes de la vida y la muerte: ve a espíritus, fantasmas con los que puede conversar. Su devenir se verá marcado por el diagnóstico de un cáncer terminal que le va a obligar a enfrentarse a sí mismo, a buscar redención, a salvarse a sí mismo y a los suyos, a todo aquello que la muerte que le ronda le dé tiempo a guarecer. La historia de Uxbal, la interpretación de Bardem, la película de Iñárritu, es un claroscuro del dolor, impactante, compleja, inflamable y ahuyentadora cual naftalina, pero como reza su título, va destinada a quienes pueden reparar en la “belleza” de las cosas de la vida que aparentemente no la tienen, de ver la luz en la oscuridad.

De la recomendación de la semana pasamos a las películas más palomiteras del finde y empezamos con la que va a desafiar indudablemente la hegemonía en cartelera de Harry Potter. Hablamos de Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba, la tercera entrega de la saga —compuesta por un total de siete— basada en los libros de C.S. Lewis. Lo más noticioso es que llega a España antes que en ningún otro sitio del mundo. La explicación de este, por una vez, hito patrio, es que las dos primeras películas —El león, la bruja y el armario y El príncipe Caspian— no tuvieron el éxito esperado en Estados Unidos y por eso Disney canceló su producción. Cuando parecía que las páginas de Narnia morían sin celuloide que las adaptara, llegó Fox y cogió el testigo. Y es que fuera de las fronteras norteamericanas, y especialmente en España, la saga tiene tirón y eso se va a ver este fin de semana en los cines de Castellón.

Lo que ofrece esta tercera parte es más de lo mismo, esta vez con los dos hermanos menores de la familia Pevensie, Edmund y Lucy que, acompañados del repelente Eustace, volverán a Narnia a través de los mares de un cuadro que traspasan —cual armario de la primera entrega— para ayudar al ahora rey Caspian a luchar contra los siete caballeros que amenazan el reino. Les acompañará el simpático ratón guerrero Reepicheep, y no faltará el magnánimo león hablante Aslan —evidente trasunto del Dios de Narnia, en la innegable vertiente cristiana que impregna los relatos­— ni la bruja blanca interpretada por la siempre solvente Tilda Swinton. Más allá de esto, esa huida de la infancia a territorios de fantasía y aventura escapando de un entorno opresor a través de una ventana imposible —cual Ofelia en El Laberinto del Fauno— que en este caso es la Segunda Guerra Mundial. La película, por cierto, llega en glorioso 3D, por lo que a uno le da que pensar qué ha pasado con los cuentos de aventuras del Érase una vez, una imaginación que dista mucho de llamarse así cuando la mirada de los niños de hoy en día tiene que sentir cómo las espadas de la batalla por Narnia parecen punzarles los ojos.

Batalla, la del 3D en este caso, que Las Crónicas de Narnia deberá librar contra Megamind, otro de los estrenos más interesantes del fin de semana. Película de animación del estudio Dreamworks Animation responsable de las sagas de Shrek o Madagascar. En este caso supone la enésima vuelta de tuerca a las películas de superhéroes, aquí especialmente la historia de Superman. Sería, por no extendernos en demasía, el cruce entre Gru, mi villano favorito y Los Increíbles de Pixar. El problema que tienen todas las películas de animación que no son Pixar —ésta pues incluida— es que serían grandes películas, e incluso algunas obras maestras, si no estuvieran siempre un escalón por debajo del estudio de Lasseter y Jobs, que siempre llegan varios años antes, tanto en las historias como en la capacidad de sorprender técnica y narrativamente. Divertida y muy simpática no obstante, Megamind cuenta la historia de un supervillano —el propio Megamind— que derrota a su superhéroe antagonista —MetroMan­— y se aburre, para lo cual crea su propio superhéroe —Titán—. Sin embargo, el lado oscuro seduce a su nueva creación y Titán se convierte en villano, para lo cual ahora Megamind deberá erigirse en el superhéroe que la ciudad de Metro City y la atractiva reportera Roxanne Ritchi necesitan.

El último estreno de este macropuente festivo es 3 metros sobre el cielo, la película española de la semana —teniendo en cuenta que Biutiful es una coproducción hispanomexicana—, con Mario Casas como reclamo de adolescentes y el libro homónimo, éxito de ventas, de Federico Moccia, como sustento de guión. A Casas le acompaña María Valverde, además de otros rostros en auge como el de Diego Martín —a quien vimos en Pájaros de papel— o la ganadora del Goya a la actriz revelación Nerea Camacho —la inmortal Camino—. Puestos a hacer sumas, 3 metros sobre el cielo sería como si Crepúsculo se encontrara con Grease. Se trata de un drama adolescentoide en que niña buena, pija, inocente, estudiosa, virginal y con futuro —Babi (Valverde)— conoce a chulo, motero, vándalo, macarra y rudo —Hache (Casas)—, quedándose perdidamente enamorada de él y sumergiéndose en una atracción incontenible que no atiende a raciocinios ni lógicas. A partir de ahí todo muy predecible y hasta incluso poco creíble, pero ciertamente esto poco va a valer para desmotivar a un target que estará deseoso por consumir esta nueva —y exitosa comercialmente— estirpe de cine español contemporáneo que no huye ni reniega de crear productos exclusivos dedicados al ­público adolescente que, no nos engañemos, es el gran mercado que hoy en día acude a los cines multisalas anexos a los centros comerciales.

Cartelera de cines comerciales de Castellón y Vila-real:

>Cinebox Castellón-La Salera.

>Neocine-Puerto Azahar.

>Sucre Vila-real.

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