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Las salas de conciertos negocian programar directos con barra... pero La Burbuja y Anvil ya no abrirán

Abrir únicamente para conciertos, con el correspondiente margen horario anterior y posterior, cobro de entrada, servicio de barra y medidas higiénicas (reducción del aforo, sillas, gel, mascarilla...) en espacios hasta la fecha libres de contagios de coronavirus. Son los argumentos que los propietarios de las salas de conciertos exponen a la Generalitat Valenciana para conseguir el permiso que les permita retomar su actividad de música en vivo dentro de las actuales medidas restrictivas que en principio finalizan el 30 de septiembre. Cultura lo acepta. Pero no hay acuerdo respecto al servicio de bebidas. Sanitat no admite su venta. Con ese veto a la barra, las salas no ven viable económicamente ofrecer conciertos, con el añadido de la reducción del aforo obligatoria. Y prolongar durante más tiempo la imposibilidad de programar pone en serias dudas la continuidad de negocios de este sector.

En Castelló, La Burbuja y Anvil ya han tomado la determinación de no volver a abrir sus puertas -"prácticamente lo tenemos decidido al 100%", coinciden ambas salas-, lo mismo que el ya anunciado adiós de Opal unas semanas atrás. Estas tres bajas dejan el panorama de Castelló con solo dos salas con licencia de conciertos que de manera semanal programan solistas y bandas de temas propios: Terra y Because. Zeppelin, Menta, Candilejas, Abyssmo y Jaleo también entran en este apartado de posibles opciones de directos recurrentes, aunque hasta la fecha han optado por fechas puntuales en el calendario.

Asociaciones como En Viu!, con Luis Óscar García como rostro visible en Castelló, y la recién creada ON! Castellón, con Álex Bachero, participan durante estos días en reuniones con Cultura y Sanitat de la Generalitat Valenciana. Su objetivo es recalcar que en espacios dedicados a la cultura no se han registrado contagios. A partir de ahí, conseguir un permiso para programar espectáculos musicales dentro de la actual prórroga dictada por la Generalitat que impide hasta final de septiembre la apertura de discotecas, salas de baile, karaoke y bares de copas (con y sin conciertos). Una prohibición que en cuanto a actuaciones musicales también afecta a locales de hostelería, que podían programar con permiso especial hasta ocho veces al año, al no tratarse de la actividad normal recogida en su licencia de comercio.

Álex Bachero, del pub Terra, dentro de la campaña colectiva que ha puesto en marcha ON! Castellón para reivindicar la situación de los locales de ocio.

Y desde la Generalitat se está de acuerdo... pero siempre que no se vendan bebidas. Los propietarios de las salas insisten en que sin servicio de barra no es posible ofrecer conciertos. Álex Bachero, propietario del pub Terra, comenta que "el dinero recaudado en la taquilla se destina a pagar al grupo. Sin los ingresos de barra y con la reducción del aforo es imposible que pueda realizar directos. Desde Cultura se nos transmitió que podríamos realizar actividad normal. Y "actividad normal" para una sala incluye la venta de bebidas, pero Sanitat no lo acepta": En cualquier caso, subraya que incluso consiguiendo el permiso, solo podrían abrir las puertas para la celebración de los conciertos; el resto de la actividad está interrumpida hasta, al menos, el 30 de septiembre, por orden gubernativa. Por este motivo, algunos establecimientos no han vuelto a abrir sus puertas desde el mes de marzo, y los que lo han hecho durante el verano tienen que cerrarlas de nuevo.

La prohibición decretada por el gobierno autonómico responde al intento de rebajar las cifras de contagio por el coronavirus y cuyo período inicial (18 de agosto-8 de septiembre) se ha extendido en una segunda fase al comprobar que la transmisión sigue en aumento. Sí es posible realizar conciertos en espacios abiertos, siempre que se consiga el correspondiente permiso de Sanitat.

La Burbuja y Anvil ya no abrirán sus puertas

El temor de las salas de conciertos era que la actual pandemia supusiese la puntilla para unos negocios siempre envueltos en un complicado panorama de continuidad. Y así está ocurriendo. La Burbuja y Anvil no volverán a abrir sus puertas cuando legalmente tengan la posibilidad de hacerlo. En marzo mantenían la esperanza de que la situación fuese mejor después del verano, pero al no ser así y no tener nada clara la perspectiva de futuro, han tomado la decisión de poner final a sus respectivas andaduras.

La Burbuja ya llevaba algunas temporadas planteándose su futuro con la llegada del verano. Las cifras de asistencia no invitaban al optimismo, pero seguía adelante con la esperanza de una recuperación. Sin embargo, la pandemia ha dibujado un panorama todavía más negro. En marzo miraban hacia el otoño para tratar de reemprender su actividad, con las lógicas reservas que provocaba la expansión de la covid-19. Un futuro lleno de dudas, según comentaba Nacho Fandos en Nomepierdoniuna. El paso de los meses no ha hecho más que complicar la situación, por lo que han decidido el cierre de la sala de conciertos. Eso sí, La Burbuja seguirá funcionando en cuanto a alquiler de locales de ensayo, que ocupan la parte superior del edificio.

Nacho Fandos y José Marcos Roig pusieron en marcha La Burbuja el 1 de noviembre de 2014. Con su capacidad para 250 personas era en la actualidad la sala con programación musical continua más grande de Castelló. Nacho comenta que "en nuestro sector estamos jodidos, ya que se ha puesto en el mismo saco el ocio de relaciones sociales y el de las actividades culturales, que es lo que hacemos las salas de conciertos, donde no ha habido ningún problema de contagios".

Interior de Anvil.

La historia de Anvil ha sido muy corta. El 31 de octubre de 2019 subió la persiana metálica -en el local que ocupó durante una década Veneno Stereo- y el 13 de marzo de este 2020 se vio obligado a cerrarlas por la expansión del virus. Apenas cinco meses de actividad. Una situación insostenible para sus jóvenes propietarios -Yanko Fernández y Jennifer Heredia-, sin poder tener ingresos y al mismo tiempo haciendo frente a gastos derivados de la puesta en marcha de su negocio, y ahora con la inseguridad de saber cuándo podrían reemprender la actividad. "Teníamos programados algunos conciertos, como de Mujeres, Cariño y Axolotes Mexicanos, pero nuestro local es pequeño y si hemos de reducir el aforo es casi imposible, y más si no podemos vender bebidas. Sin ayudas no es factible que podamos seguir y, salvo que lleguen de algún modo, lo más probable es que no sigamos. Tenemos la posibilidad de optar a la subvención del Ayuntamiento para salas de conciertos, pero tenemos prácticamente decidido que no lo haremos", comenta Yanko

Por su parte, Opal había preparado para 2020 una mayor actividad musical, interrumpida por la llegada del coronavirus. En esas circunstancias, su intención era apostar fuerte en 2021 (dentro de todos los interrogantes sobre el futuro), pero la perspectiva se esfumó por la falta de acuerdo con el Grupo Orenes -gestor del Gran Casino- en el precio del alquiler y la aparición de los empresarios Álvaro Amores y Daniel Zamora, que se hacen cargo del local con la intención de buscar un nuevo rumbo para Puerto Azahar. Con una capacidad de hasta 1.000 personas, era el local para conciertos más amplio de Castelló.

Santi Campos, al frente de Amigos Imaginarios, en el concierto de la 'Historia de la Música Pop en Castellón' celebrado en Opal en 2012. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Estas tres bajas dejan a la ciudad de Castelló con dos salas de conciertos con programación regular: pub Terra y Because. Ambas tienen la intención de seguir adelante una vez sea posible reanudar el calendario de conciertos y más adelante con su actividad total, aunque mediatizada. De hecho, Because es la única sala que ha realizado conciertos este verano en local cerrado, durante el tiempo que la normativa autonómica lo permitió. Y para octubre ya tiene apalabrada la llegada de los londinenses MFC Chicken. Mientras que el Terra abrió en el período permitido, aunque sin organizar actuaciones. Quedan otras opciones, como Zeppelin, más decantada a las sesiones de djs, Menta, Abyssmo, Candilejas o Jaleo, aunque en estos casos la programación de música en vivo era más esporádica hasta la fecha.

Ayuda municipal a las salas de conciertos

Por otro lado, desde el departamento de Cultura del Ayuntamiento de Castelló se ha remitido a las salas de conciertos las condiciones para solicitar ayudas, con un tope global de 60.000 euros. El objetivo expuesto por el departamento que encabeza Verònica Ruiz es trabajar de manera conjunta con estos espacios en programaciones musicales.

En cuanto al ciclo Oh! La Cultura, puesto en marcha por el Institut Valencià de Cultura (IVC), se ha adherido en Castelló el pub Terra en el aparado de salas de conciertos, con un par de actuaciones que serán presentados en una fecha por anunciar.