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El Último Ke Zierre y Siniestro Total desbordan las previsiones más optimistas del Arrankapins

El Último Ke Zierre, jugando en casa y ganando. Foto: JL Bony 'Pic shooter'.

La dupla El Último Ke Zierre-Siniestro Total ha arrastrado al festival Arrankapins a vivir su edición más multitudinaria (3 y 4 agosto) en su aún corta existencia de cuatro años. Un poder de convocatoria que en la jornada del viernes 3 sobrepasó las más optimistas previsiones de los organizadores, lo que dio lugar a una espectacular estampa de público del recinto del Pinar del Grau de Castelló, aunque también provocó problemas de regreso en transporte público y largas colas frente a las paradas de comida (incluso de tickets). Cuantificar el número de asistentes resulta imposible, al tratarse de un lugar de acceso libre y con constante entrada y salida, pero sí se puede afirmar que el recinto habilitado se llenó al máximo en esa jornada inicial que ya desde primera hora, con Lula en el escenario, apuntaba a gran entrada.

El sábado 4 fue una jornada más normal, sin llegar al pico del día anterior, pero situándose alrededor de los 3/4 de capacidad para aplaudir elogiadas actuaciones como las de Aurora & The Betrayers y Los Zigarros. A pesar de las voces agoreras, el rock and roll sigue teniendo tirón -sobre todo entre gente que supera la treintena- y así ha quedado demostrado en este festival que organiza la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Castelló, de Vero Ruiz a la cabeza, con la colaboración de BP.

Lula son tres músicos, sí. Pero van más allá, son tres amigos. Y se nota cuando se suben a un escenario, lo que últimamente no ocurre con demasiada frecuencia a causa de los diversos proyectos musicales, laborales y vitales de sus integrantes. Pero este 2019 es especial para Lula, el grupo que podría ser "el de Pat Escoín", pero que en realidad es "el de Pat, Félix Ribes y Adela Arrufat". Y lo es porque el trío cumple 15 años de historia de power pop, una celebración a festejar muy especialmente en la próxima edición de la Fira Trovam!-ProWeekend (7-10 de noviembre).

A Lula le correspondió la tarea no siempre cómoda de abrir una jornada de conciertos e incluso el mismo festival. A pesar de la temprana hora -temprana por todo lo que viene después-, su presencia se vio correspondida con una notable respuesta de un público que parecía temeroso de acercarse al escenario, dejando una vacía zona ante la valla en la que solo se podía ver al público más joven y a dos fans irreductibles de todo lo que tenga que ver con Pat Escoín: las gandienses Angie y Sara. Por detrás, la suma de asistentes ya estaba cerca de cubrir tres cuartos del recinto habilitado entre pinos. Aunque predominaron los temas de sus dos discos más recientes, Viaje a Marte (2013) y Vida salvaje (2017), también hubo recordatorios de los tres anteriores, principalmente de su debut, Zapatos nuevos (2006). "L", "Johnnie Walker", "Hasta mañana", "California", "De alquiler"... piezas clásicas en su repertorio de caramelos power pop.

Aurora Beltrán estrenó banda de acompañamiento, Euphoria. Foto: JL Bony 'Pic Shooter'.

Aurora Beltrán tiró de clásicos, lo que en su caso equivale a un buen número de temas de Tahúres Zurdos, el grupo que durante unos años la puso a una altura cercana de referentes como Rosendo o Barricada. También dejó algunos apuntes de su carrera en solitario, pero muy contados, principalmente de Clases de baile (2008) y apenas de Museo Púrpura (2012) y Usiana (2017).

Resultó chocante la imagen en escena. Una veterana Aurora en el centro, con esa mezcla de rockera dura y dulzura que no se calla ante nada (en este caso contra las manadas, antes de arrancar "Chicas fuertes"), en contraste con la joven banda que la rodeaba. Una mezcla un tanto extraña, ya que para apostar por un formato eléctrico la navarra se hizo acompañar por el grupo barcelonés Euphoria, en una combinación hasta ahora inédita. Se notó esa falta de conjunción, aunque el centro de atención, cómo no, fue Aurora, quien optó por un repertorio de canciones a medio tiempo arropadas por su cálida voz, salvo alguna excepción, como la inicial "Lujuria". Temas con historia sonaron en el Pinar, como "Tocaré", "Una noche de amor" ya cerca del final, cuando comentó que por fin tenía el retorno de sonido que necesitaba; "Nieve negra" o "Planeta ruido".

EUKZ dio, una vez más, muestra de su poder de atracción. Foto: JL Bony 'Pic shooter'.

El Último Ke Zierre hizo un concierto incompleto, como todos los suyos. Y es incompleto porque siempre hay alguien al que le falta este tema y el otro. Esta vez optó por el repertorio de su actual gira, basado en el directo Mi revolución, grabado el pasado año en Santiago de Chile, aunque acortándolo un poco para ajustarlo a su hora de escenario. Y eso significa que renuncian incluso a himnos como "Tus bragas" o "Tú me vicias". Y aun así, el público acaba más que satisfecho. EUKZ es una garantía. No falla. Contagia adrenalina y sus fans, que son unos cuantos, se saben sus letras de principio a fin. ¡Si hasta El Bar del Belga, de Vila-real, fletó un autobús para desplazar gente al Pinar!

Alguien podría pensar que EUKZ arrasó porque jugaba en casa. Y no le faltaría razón. Pero es que ocurre lo mismo cuando casi cada año vuelve al Viña Rock o cuando cada semana actúa en un festival diferente. Estén donde estén, siempre se encontrarán quien les coree a pleno pulmón "Veneno", "¿A dónde vas?", "Vuelta al infierno",... bueno, todas.

Julián Hernández y Óscar Avendaño, elegantemente trajeados durante la actuación de Siniestro Total. Foto: JL Bony 'Pic shooter'.

La gran pregunta después de ver su actuación en el Arrankapins: "¿Cómo han sido capaces de tocar vestidos con esos trajes oscuros con este calor?". Pero sí, elegantes y hasta con sombrero, en el caso de Julián Hernández, hicieron todo su concierto Siniestro Total. Desde que sonó como introducción la sintonía de la ochentera serie televisa Miami Vice hasta que se despidieron puño izquierdo en alto con el himno de la extinta URSS, los gallegos dieron un buen repaso a la "Cultura Popular" de su repertorio.

Arranque con homenaje a Rosendo Mercado y su "Loco por incordiar", lema que bien se puede aplicar al grupo gallego. No sonaron todos sus clásicos, porque es imposible, pero ahí estuvieron "Ay, Dolores", "Camino de la cama", "Diga qué le debo", la dupla "Todo por la napia"-"España se droga", la apropiación del "Vamos muy bien" de Obús, la adaptación "Miña terra galega" del "Sweet home Alabama" de Lynyrd Skynyrd... para desembocar en un muy rockero final con trallazos como "Quiero bailar rock and roll" de Cucharada (cantada por el bajista Óscar Avendaño), "Opera tu fimosis", "Rock en Samil" (el "Rockaway beach" de los Ramones). Hubo bis, y más clásicos: "Cultura popular", "Bailaré sobre tu tumba" y se preguntaron "¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?" para responder que "Somos Siniestro Total", al ritmo de "Highway to hell" de AC/DC. Un karaoke con forma de concierto donde mandaron los temas cantados en su día por el añorado por muchos Miguel Costas, coprotagonista principal de la época dorada de Siniestro Total junto al ingenio de Julián Hernández.

Dandy Wolf arrancó la jornada del sábado. El cuarteto castellonense está ahora en el periodo de impasse abierto entre el final de la etapa correspondiente a su primer disco y la publicación del segundo. Así que su repertorio se divide entre los dos apartados. Destaca, como siempre, la energía en escena, con cada vez más programaciones y efectos adornando el esqueleto de los temas desde la pérdida del segundo guitarrista. "Kill me now", con ese inicio percusivo a cuatro manos, "More than I can" con inclusión de un pedacito de "Hit the road Jack" de Ray Charles, "Surf & dance" o ya en el final "Give me minor" sonaron al lado de temas que aparecerán en el  nuevo disco, como "Skulls", "The world is yours" y "Chaos", que suenan algo más duros en cuanto a ritmo que los ya grabados. El lanzamiento de cds al público fue un gesto significativo de final de la etapa de su disco homónimo.

Dandy Wolf, un grupo que en Castelló ya ha dado repetidas muestras de su valía. Con el segundo álbum el objetivo no puede ser otro que intentar salir de las invisibles fronteras castellonenses. El sábado 31 de agosto volverán al Pinar de Castelló, esta vez dentro del festival Undergrau.

Smoking Souls, de negro y repartiendo riffs y letras en valenciano. Foto: Antonio García.

Una onda similar, aunque cantando en valenciano, es la trazada por Smoking Souls. El grupo de rock alternativo de Pego se encuentra en una situación parecida a Dandy Wolf. Ya está recorriendo los últimos capítulos de su tercer disco, Cendra i or, y metido en el siguiente, por lo que sus conciertos actuales forman parte de un periodo de final de etapa. Un set-list muy repartido entre ese álbum y el anterior, Nòmades, hasta rematar con su tema más conocido, Nit salvatge, himno del festival Festivern, de Tavernes de la Valldigna, de 2015.

La música cantada en valenciano sigue sin recibir la misma recepción -salvo excepciones puntuales- en Castelló que en otras zonas de la Comunitat Valenciana, pero aun así Smoking Souls tuvieron una buena acogida por parte de unas filas delanteras que sí conocían al dedillo temas como la inicial "L'últim ball", "Murs", "Fera"... llenas de potencia y melodía con esa voz tan característica, de timbre adolescente, de Carles Caselles.

Aurora García recordó que un año atrás salieron a este mismo escenario en último lugar, cuando gran parte del público había abandonado el recinto. Esa situación provocó que muchos se perdiesen la actuación más sorprendente en positivo de esa edición, al mismo tiempo que quienes allí permanecieron se llevaron una muy grata sorpresa. Analizada la situación, la organización optó por su regreso. Y esta vez Aurora & The Betrayers reunieron mucho más público... y llevaron para Madrid muchos más elogios.

Por "motivos de salud" faltó esta vez Martín García Duque, por lo que se redujo a la mitad la aportación teclística, restando en algunas atmósferas y desarrollos psicodélicos, y aunque se notó su ausencia, sus compañeros cumplieron arropando a Aurora, el gran foco de atención de este grupo tanto por su manera de cantar como de interpretar gestualmente cada tema. "There will come a time" dio paso a un repertorio muy bien recibido, destacando una "From love to heat" en la que la vocalista desmelenó enérgicamente mientras se enfrentaba con los miembros de su grupo (asemejaba una Tina Turner). Consiguió una conexión total en el público, rendido a los pies de esta cantante de voz negra hasta el punto de convertir el Pinar en una especie de iglesia evangélica con el gospel coral cubriendo la atmósfera del verde lugar.

Los Zigarros, un espectáculo de rock and roll muy llamativo y con actitud. Foto: Antonio García.

Los Zigarros dieron un muy atractivo concierto de rock and roll en toda su esencia. Respaldados por una llamativa decoración luminosa, el grupo valenciano dejó claro por qué están a la cabeza de las nuevas bandas del rock nacional (aunque realmente no son tan nuevos, y más si se suma la experiencia de los hermanos Tormo con Los Perros del Boogie y de sus compañeros en otras aventuras). Recogen la esencia de los Stones/Tequila, de Los Rodríguez, de AC/DC, o sea, del rock de siempre. Están muy lejos de inventar. Su propósito es recoger esa herencia -y actitud- y facturar efectivos temas que siguen los preceptos inmortales del género.

Con los muy altos Ovidi y Álvaro al frente y los muy eficientes Nacho Tamarit (bajo; ahora también en Tequila) y Adrián Ribes (batería), demostraron un perfecto dominio de la situación. Esta vez se dejaron fuera la entrada acústica de "La trampa" para dejar claras sus intenciones desde el mismo arranque con "Apaga la radio". Poca tregua dieron con un largo listado que incluyó "A todo que sí", "Malas decisiones", la versión de "No obstante lo cual" (de los argentinos Riff), la más romántica "Voy a perder la cabeza por tu amor", "Dentro de la ley", el instrumental "Wipe out" de The Surfaris o ese electrizante rush final con "Hablar, hablar, hablar", "Dispárame" o el "My generation" de los Who. Y dada la coincidencia con Aurora & The Betrayers, invitaron a subirse al escenario a la vocalista madrileña para reproducir el "River deep mountain high" de Ike & Tina Turner.