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Fiesta Nomepierdoniuna 2014 en Vila-real. Canciones que prenden más allá de los estilos

Abrazos de músicos entre bambalinas. Largos aplausos. Bises. Miradas radiantes en el patio de butacas. Periodistas disimulando con éxito su torpeza para organizar conciertos. Un sonido inmejorable. Y excelentes canciones sobre el escenario. La Fiesta Nomepierdoniuna 2014 propició la conexión entre artistas y público a través de la música en directo. Ese ritual que, como todo en estos tiempos, parece en crisis, pero que con bandas como Tórtel, Modelo de Respuesta Polar, Sánchez & Grup d’Autoajuda y Los Chicos de la Lluvia volvió a funcionar y recobrar sentido. Más allá de las 250 personas que dieron color y calor al Auditori de Vila-real, más allá del sexto aniversario que celebraba este webzine, lo importante es que, de nuevo, saltó la chispa y todo cobró sentido.

En esta ocasión, especialmente meritoria fue la empatía que se respiró entre bandas y público y también entre los propios músicos, teniendo en cuenta que se mezclaban pop luminoso con toques tropicales (Tórtel) con introspección post-rock (Modelo de Respuesta Polar), pasando por pop-funk ochentero (Sánchez & Grup d’Autoajuda) y hasta rap-reggae (Los Chicos de la Lluvia). Todo cupo, todo combinó bien, todo funcionó. Mejor dicho: músicos y público hicieron que funcionara. A las mil maravillas. Y la culpa la tuvieron las canciones y las historias que cuentan, que prendieron en el Auditori más allá de las etiquetas, del prejuicio y de los departamentos estancos.

Y tres agradecimientos más antes de entrar a repasar lo que fueron cada uno de los conciertos: al excelente trabajo de sonorización de Enrique Ara, El Pantera, su equipo de Iberian Lynx y los técnicos del Auditori (además de Pascual Arnal en las proyecciones); al apoyo de las concejalías de Cultura y Comunicación; y a todo el equipo de Nomepierdoniuna, que nos dejamos el resto en la producción de la cita: Pau Bellido, Carme Ripollès y Ángel Sánchez (ACF Fotografía); Adam Brenes, Daniel Alonso y Asier Arco (Micrea); Manolo Bosch, Asun Pérez y David Hernández. Juntos no sumamos; multiplicamos al cubo.

Tórtel puso los momentos más luminosos de la Fiesta Nomepierdoniuna 2014. Con un repertorio basado en su nuevo disco, el excelente La gran prueba (Gran Derby-El Volcán, 2014), y una cuidada selección de álbumes anteriores, el valenciano Jorge Pérez se presentó con su banda al completo por primera vez en meses para, de propina, estrenar en directo dos nuevas canciones, las brillantes “En defensa propia” y “Detrás de todo esto”, que integrarán un nuevo single que lanzará próximamente. “Los cantantes”, “Rostro pálido”, “La gran prueba”, “Entusiasmo”… todas sonaron redondas y radiantes, con muchos de esos arreglos que le dan un toque tan especial a su producción en estudio. Estuvieron presentes las sonoridades más mediterráneas, las más latinas y las más pop.

Pero, sobre todo, sus irresistibles melodías y sus historias. Las que hicieron corear al público más de un estribillo o seguir su ritmo con las palmas, poniendo el tono más divertido y optimista de la noche, con ese tipo de relatos cercanos, irónicos y sinceros con los que Jorge Pérez sabe generar complicidad. Pletórico de ganas, el músico valenciano se mostró especialmente comunicativo con el público, en el que se encontraba parte de su familia, residente en Vila-real. Y muy bien arropado por musicazos como Jordi Sapena a la guitarra y teclados (también en La Habitación Roja), Enrique Alepuz a la batería, Víctor Ramírez a la guitarra (ojo con la destreza de este tipo) y Miguel Sancho al bajo.

La guinda a la fiesta llegó con Modelo de Respuesta Polar, una de las bandas valencianas que más veces ha cruzado la línea administrativa situada entre Sagunto y Almenara. Cinco conciertos ya en La Plana, a pesar de que sólo lleva cuatro años facturando canciones. En esta ocasión llegaba con nuevo disco en la mesa de merchandisingEl cariño (Limbo Starr, 2014), un trabajo que ahonda en su música de sentimientos inaugurada en forma de larga duración con Así pasen cinco años. Sus canciones remiten a una tarde otoñal lluviosa, donde asomado al salpicado cristal, el protagonista –Borja Mompó- mantiene una charla, que en realidad es un monólogo, con la otra parte de una relación, sostenida sobre un suave y elegante fondo de guitarras y teclados. Susurra, triste, melancólico –incluso utiliza el silbido en el tema “En adelante”- hasta que el sentimiento interior aflora con intensidad, correspondiéndose con el in crescendo que provocan los hermanos Jorge (bajo) y Francisco Mollá (guitarra) y Pau Paredes (batería), arropados en directo por el guitarra-teclista Cristóbal Colom.

Su concierto en el Auditori de Vila-real tuvo un desarrollo similar al de sus temas. Empezó introspectivo con canciones como “El tiemblo” o “Del amor conocido” y acabó intenso con “Estados de un salto”, en la que Borja jugó con la distancia con el micrófono en plena descarga interior, y “La guerra y las faltas”, ambas muy bien acogidas entre un público, que se dejó arrastrar por esas cascadas de sentimientos. El buen sabor de “La guerra y las faltas”, la más aplaudida, dio paso a un abandono del escenario como supuesto final, regresando acto seguido el vocalista en solitario para interpretar “Llum”, de El Cariño, álbum repasado casi al completo, uniéndose de nuevo en el tema final toda la banda para acabar con regreso a Así pasen cinco años (Limbo Starr, 2013) a través de “La jaula de oro”.

Félix Gimeno probando voz y guitarra en el camerino del Auditori de Vila-real antes de la actuación de Sánchez. Foto: ACF Fotografía.

Lejos de bajar el listón, el grupo local que participó en la Fiesta Nomepierdoniuna, Sánchez & Grup d’Autoajuda, fue el que más público atrajo, el que más aplausos arrancó y el que ofreció una actuación más emotiva. Hacía cerca de tres lustros que Félix Gimeno no se subía a un escenario a defender sus canciones en directo con banda y, después de lo que ocurrió el viernes en el Auditori de su ciudad natal, solo cabe preguntarse ¿por qué? ¿Qué extraño mecanismo hace que un compositor tan talentoso permanezca en la sombra durante tanto tiempo teniendo proyectos y grabaciones de tanta calidad como Ribàs, Monterrey o Les Deesses Mortes? Si el concierto homenaje Els altres canten Les Deesses Mortes y esta fiesta anual del webzine han contribuido -por poco que sea- a que ese silencio se rompa, solo por eso, ya ha valido la pena todo el esfuerzo de organizarlos.

Su alianza con el Grup d’Autoajuda resultó de lo más fructífera. Especialmente en lo que se refiere a su conexión con el guitarrista Vicente Ordóñez (ex Vicent Von Reverb o Malconsejo), que le dio el perfecto contrapunto roquero y vacilón (imposible reproducir sus falsetes) a las canciones del vila-realense; y Víctor Pesudo, compañero de batallas desde los 90 que volvió a hacer una demostración de elegancia y precisión a las baquetas. De nuevo, fueron las canciones las que terminaron de dejar al público prendado: la inmediatez de “Montañita”, la intensidad de “Niederrad” –transformada y mejorada respecto al disco, que se grabó en paralelo a los ensayos para el directo-, el groove de “París”, la sensibilidad de “Albacete”… Y la actitud de Félix Gimeno, absolutamente entregado a la causa de sus canciones, aderezadas con proyecciones y hasta zanahorias frescas. Esperemos que por mucho tiempo, porque dejó una actuación sencillamente descollante. Solamente le falta rodar más en directo.

Un ordenador y una mesa de mezclas: Álex Silva. Una guitarra acústica y un micrófono: Dixieman. ¿El resultado? Bases electrónicas con el toque instrumental de la guitarra para empezar a crear la atmósfera que se encargó de alimentar la voz de Dixieman y que después acabarían rematando las dos principales voces y mc’s, Alber Stewar y Javi Dose. De esta manera empezó el concierto de Los Chicos de la Lluvia y, a su vez, la Fiesta de Nomepierdoniuna. Probablemente se trataba de la apuesta más arriesgada, ya que por primera vez el rap asomaba en el cartel de la fiesta anual del webzine y, además, lo hacía en un auditorio.

Combinaron los dos formatos, dando lugar a un concierto electro-acústico con el que sonaron a rap (“Cross”) y a reggae (“Irony”). Supieron versionar algunos de los temas de su primer trabajo, Planes (2013), con otros más conocidos como ocurriría al mezclar su tema “Me queda toda” junto a “I need a dollar” de Aloe Blacc, consiguiendo darle un toque soul y elegante a su rap más crudo, resultado de la acertada unión entre la forma directa de soltar las rimas de Alber Stewar y la increíble versatilidad de Javi Dose. Y es que hasta sonaron calé con “Pago cero”, consiguiendo que el público les acompañase con las palmas.

Llegaron sin pretensiones, sin caminos cerrados, únicamente queriendo hacer música, demostrando la versatilidad que puede adquirir la música rap y explotando lo que cada uno mejor sabía hacer; reflejando de forma clara que si estos cuatro jóvenes salmantinos ya suenan así, sólo les queda tiempo para que su propuesta se asiente definitivamente. Los Chicos de la Lluvia se metieron en el bolsillo tanto al público del Auditori como al resto de artistas con los que compartían cartel esa noche.