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El FIB 2020, como si fuera el primero

Comida familiar de domingo. Una estupenda fideuà en la mesa. Mi sobrino de 16 años me sorprende proclamando que se ha pillado el abono del FIB. Costaban 49€ para los 4 días y se pulieron 25.000 en solo 3 horas. Le pregunto qué le apetece más del cartel. “Pues lo típico, los dj’s más tochos, Martin Garrix, Steve Aoki, Armin Van Buuren… y también Don Diablo y Lil Pump, claro. Algunos los vi en el Arenal del año pasado y me molaron”.

Mientras algunos siguen lamentando por las esquinas la pérdida de las esencias del Festival Internacional de Benicàssim, como si fuera algo que solo estuviera relacionado con los nuevos propietarios y que incluso fuera evitable, The Music Republic conecta con nuevos públicos usando similares mimbres y estrategia que le han llevado al éxito en el Arenal Sound durante la última década. Con la posible venta a la multinacional Live Nation como telón de fondo, la nueva dirección del FIB pisa fuerte tirando por el camino de enmedio. Y, marca de la casa, el éxito del 16, 17, 18 y 19 de julio de 2020 ya lo tienen garantizado antes de comerse el turrón de 2019.

Tras el fiasco del 25º aniversario del festival, la promotora valenciana liderada por los hermanos David y Toño Sánchez se comprometió a revitalizarlo para restaurar su reputación. Lo que no se sabía era cómo. Tras una encuesta-despiste, con un listado en el que la propia organización proponía nombres como Radiohead, Neil Young, Wilco, Foo Fighters o Pearl Jam que cuesta creer que no recogieran votos y que nada tienen que ver con la apuesta final, el cartel con cuadrícula de libreta escolar y sol de fondo disipó en noviembre todas las especulaciones: una combinación de la música electrónica y festivalera perfectamente testeada en Burriana (y en algunos casos en el propio FIB), música urbana británica y estadounidense de nuevo cuño, las bandas pop españolas más demandadas y algún error garrafal, como reincidir con Liam Gallagher, anunciado esta semana para promocionar el abono a 65€, un precio que sigue siendo inédito para el festival de Benicàssim.

Ya lo dijo Joan Vich, director artístico del festival de 2005 a 2019, en la charla sobre los 25 años de FIB que organizó el ciclo Encontres Musicals en el Menador el pasado octubre, y que tuvimos el privilegio de moderar: “Los últimos tiempos del FIB fueron todo el rato cuesta arriba; hacíamos ver de puertas hacia afuera que el festival era de primera división, pero en realidad no lo era”. Los gestores The Music Republic ya no tienen que disimular. No tienen la rémora del estatus perdido, no vivieron por dentro los días de gloria del FIB en torno al cambio de siglo. Ni falta que les hace. Saben cuáles son los grupos vende-tickets. Saben cuadrar las tablas Excel. Y saben perfectamente qué hacer para que su público lo pase bien.

Bailar y divertirse

Qué raro, ¿eh? Justo lo que nos gusta hacer a casi todos cuando vamos a un festival. Lo que ocurre es que cada uno baila y se divierte con la música que le da la gana. Y las personas que van a los festivales de forma masiva, que consumen y sonríen en las fotos de Instagram, lo hacen escuchando, mayoritariamente, a artistas que a un determinado perfil de asistente clásico del FIB -no sabemos cómo de grande, pero sí muy tremendista- le generan rechazo. Un ruído de fondo que queda sepultado por esos más de 25.000 abonos vendidos en un periquete y que, cuando llegue el festival el próximo verano, seguramente será ya un eco indescifrable.

Por qué razón, por ejemplo, no podemos terminar disfrutando con el directo de la británica de ascendencia kosovar Rita Ora en Benicàssim. Con su pop bailable, trufado de hip-hop y R&B, a través de alguno de sus hits incontestables como “R.I.P.”. Por qué no con el “Gucci Gang” del rapero estadounidense de origen colombiano Lil Pump, cuyo vídeo clip  abre este post. Con la suave cadencia del R&B del norteamericano Khalid, con el folk de los también estadounidenses The Lumineers... o con cinco de las bandas más en forma de la escena estatal en estos momentos: León Benavente, Triángulo de Amor Bizarro, Manel, Fuel Fandango y Viva Suecia.

Rota Ora

Rita Ora.

Desde luego, lo que de momento manda en el cartel es el festivalismo más previsible, con o sin guitarras, de Vampire Weekend a Crystal Fighters y de Digitalism a Circa Waves. Los dj’s internacionales más experimentados en hacer quemar zapatilla. También la nostalgia reciente en forma del citado ex Oasis, The Libertines, Kaiser Chiefs o Basement Jaxx. Y el grupo residente desde que el FIB se puso en pie en el Velódromo: Los Planetas, esta vez, presentando Fuerza Nueva con Niño de Elche.

El FIB 2020, en definitiva, tiene pinta de que será el primero para un montón de jóvenes e incluso adolescentes, algo que en los últimos tiempos solo le pasaba -salvo excepciones- al público británico. Porque es más asequible de precio y porque su cartel habla un idioma musical reconocible para la mayoría de público desprejuiciado y con ganas de fiesta, que no le mola que nadie le dé la chapa sobre qué es lo mejor para sus oídos. Y menos un tío pelma contando batallitas en la comida familiar del domingo.