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El Benicàssim Blues sigue ganando sus Champions

Earl Thomas & Travellin' Brothers. Foto: Antonio García @rockmuseumlive

Era el año 2015, el Benicàssim Blues Festival iba por su cuarta edición y Maquel Amat -organizadora principal junto a su hermano Henry (B sound b)- había programado con mucha ilusión "Las damas del blues", con protagonismo para los cantantes femeninas. Pero aquel sábado se celebraba la final de la Champions entre el Barcelona y la Juventus, por lo que existía un temor latente en cuanto a la asistencia de espectadores. A la hora de la verdad, "Las damas del blues" ganaron a la Champions en Benicàssim y tanto la plaza de los Dolores como el escenario principal (paseo Pérez Bayer) estuvieron repletas de público. Desde entonces ha habido alguna coincidencia más con la final de la Champions, pero es algo que ya ni preocupa a los responsables del festival. Han creado marca y el público confía en su criterio para disfrutar, por poco que conozcan la composición del cartel. Esta edición de 2019 -la octava, y la más internacional de todas - ha sido un buen ejemplo.

Aspecto de la plaza de los Dolores el sábado 1 por la tarde, durante la actuación de Noa Voll Damn & The Hell Drinkers.

Dicen desde el Ayuntamiento de Benicàssim, cuya concejalía de Turismo con Elena Llobell hace posible el festival, que han sido 15.000 los asistentes al total de los tres días, la misma cifra de los pasados años. Imposible de saber en espacios abiertos y durante varias jornadas. Pero sí es cierto que el viernes por la tarde la plaza de los Dolores ya presentaba un buen aspecto en el momento de la inauguración, que el sábado se llenó por completo y que los dos días principales el escenario BB King estuvo contemplado por una aglomeración similar a las de las ediciones más recientes. Y el cierre del domingo también reunió a una llamativa cantidad de público en el paseo del Torreón San Vicente.

El filtro de los hermanos Amat ha conseguido crear confianza. Muy pocos son los conciertos que en estos ocho años han dejado una sensación de frialdad. Eso provoca que cuando anuncian a Earl Thomas & Travellin' Brothers como cabezas de cartel, la gente confíe en esa criba definitiva por parte de Maquel, y que si ha apostado por hacerle hueco a Southern Avenue, por algo bueno será. Y es un festival en el que las segundas líneas de cartel acostumbran a sorprender en positivo (Jessie Lee & The Alchemists y Shanna Waterstown Band con Big Dani Pérez y Víctor Puertas), dejando para la plaza de los Dolores contenidos con más calidad que nombre a nivel popular, y que sirven, por ejemplo, para descubrir para muchos lo gran armonicista que es Joan Pau Cumellas, la versalidad y profesionalidad del guitarrista Tòfol Martínez, una cara más de parte de A Contra Blues (The Flat Pack) y que Noa Voll Damn & The Hell Drinkers y los castellonenses Bluet aspiran meritoriamente a ascender escalones en el panorama nacional de blues y derivados. Y que el cierre permita asistir a conciertos más fuera de línea pero igual de efectivos en un lugar espectacular como el Torreón, lo que ocurrió esta vez con Alexis Evans Sextet.

La novedad del concierto el domingo al mediodía en el escenario de la plaza de los Dolores, a cargo de Shanna Waterstown Band, obtuvo el éxito esperado por los organizadores y los hosteleros de la plaza (encargados de financiar esa actuación). Como también la paella con blues del sábado, a cargo de Walkin' Roots y Jessie Lee & The Alchemists, más las actividades complementarias con Emergencia Blues, Leya & The Gentlemen, Méter Mano Rara, las charlas y la masterclass a cargo de Tòfol Martínez y Joan Pau Cumellas. Sin faltar la parada de discos de José Mercadillo, quien se busca a su propio artista: el donostiarra Álvaro Gaviria. Todo ello con buena calidad de sonido proporcionada por el equipo de Metrònom encabezado por Juanvi Miguel.

El sábado fue el turno de la Paella & Blues, con Walkin' Roots en el escenario. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

JORNADA DEL VIERNES

La apertura de esta octava edición correspondió a la banda castellonense Bluet en formato de quinteto, ya que el dúo básico, Nuria Pallarés y Joaquín Pinilla, estuvo acompañado por Cayetano Balfagón (teclas), José Luis Bertomeu (bajo) y Jesús Gimeno (batería), más la armónica del invitado especial, José Galindo. Cumplieron de sobras en la tarea de abrir el festival un viernes por la tarde (tal vez el horario más complicado). Reunieron una cantidad importante de público que ya superaba la centena en la plaza de los Dolores con el valor añadido de conseguir que los presentes les escuchasen con atención. Una Nuria que cada vez sorprende más sobre el escenario y la elegancia a la guitarra de Joaquín comandaron un repertorio en el que sonó por completo su disco de debut, Look al me, incluidas las dos versiones ("Ain't no sushine" y "I put a spell on you"), y otros tres temas ajenos que ya interpretaron en la presentación del disco.

El grupo castellonense Bluet se encargó de abrir la octava edición. Foto: Antonio García @rockmuseumlive

Me ha encantado. Es una gozada tener un festival como este en Benicàssim. La elección de bandas ha sido este año especialmente buena. Hemos ido de un bolo a otro, todo el día, disfrutando de cada uno de los conciertos (Joaquín). Nos llevamos unas sensaciones buenísimas. Muy buena respuesta del público y muy contentos. A mí me pasó volando el tiempo de nuestra actuación (Nuria).

The Flat Pack, tres rostros ya conocidos en el Benicàssim Blues Festival. Foto: Antonio García @rockmuseumlive

Es muy posible que The Flat Pack fuese un nombre desconocido para quienes esperaban su actuación. Pero los habituales al festival reconocieron al momento a Tolo Calvillo y a Joan Vigo, guitarrista y contrabajista de A Contra Blues, respectivamente (entre otros proyectos), e incluso al batería Jake Klamburg, quien ha actuado en otras ediciones de este mismo evento junto a Chino y Testapazza. Tocando hábilmente a la vez ritmo y melodía (fingerpicking), la guitarra de Tolo lideró un repertorio que repasó todos los estilos de raíz americana, del blues, el country y el rock and roll hasta los más modernos, como el rap. Un set-list largo en el que hubo unas cuantas referencias a temas popularizados por Elvis y a Merle Travis, uno de los impulsores de la técnica fingerpicking ("Sixteen tons"), y varias tonadas muy conocidas que hicieron sentirse a los presentes como protagonistas de un western ("Ghost riders in the sky", interpretada originalmente Gene Autry y tan versionada que parece un tema absolutamente tradicional) o dejándose llevar por el ritmo de la latina "El cumbanchero".

Nos hemos llevado una sensación muy buena. Había un ambiente y lo pasamos muy bien nosotros y la audiencia (o al menos eso parecía desde el escenario). Ya conocíamos el festival por haber actuado con otros proyectos. Fuimos muy bien tratados por la organización. Es un festival consolidado y que puede seguir creciendo (The Flat Pack)

Exhibición guitarrera con los franceses Jessie Lee & The Alchemists. Foto: Antonio García @rockmuseumlive

Con la llegada de la noche se produjo una de las grandes sorpresas de esta edición. La banda parisina Jessie Lee & The Alchemists había llegado a Benicàssim como ganadora del concurso del festival de Cahors y sobre el escenario principal demostró el motivo. Un grupo joven en el que gustó la voz de Jessie Lee (también guitarrista), pero sobre todo la habilidad del guitarrista, Alexis Didier, compositor de los temas. Un estilo a las seis cuerdas muy en la línea del hard blues (o directamente hard rock) que asombró a los presentes en algunos de sus solos, especialmente el que puso fin al tema "Still in the desert". Un repertorio basado en su primer disco homónimo, colando algún tema ajeno, como "Something's got a hold on me" o, ya al final, la muy conocida (y versionada) "I just want to make love to you", dos canciones que en su momento hizo suyos Etta James.

Desde Memphis, y con el aval del mítico sello Stax, Southern Avenue. Foto: Antonio García @rockmuseumlive

Southern Avenue era una de las grandes apuestas de esta edición. Avalado por su incorporación al mítico sello Stax, el quinteto de Memphis ofreció un concierto en el que asomaron diversas ramificaciones de la música negra. Un repaso a sus dos discos editados con canciones de fácil asimilación comandados por la voz de la activa Tierinii Jackson, secundada a la batería por su hermana Tikyra, aunque quien más sorprendió fue el teclista Jeremy Powell, con unos solos llenos de calidez, incluso más que el guitarrista Ori Naftali, el otro llamativo vértice de esta agrupación. Su actuación fue una mezcla entre la tradición del soul, el r&b, el funk... y unas formas modernas de ponerlas en práctica, resultando muy asimilables para cualquier tipo de público. La ascendente "Don't give up" remató una actuación muy pulcra en cuanto a maneras y sonoridad.

JORNADA DEL SÁBADO

El armonicista Joan Pau Cumellas y el guitarrista Tòfol Martínez fueron invitados por Noa Vall Damn & The Hell Drinkers. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Tòfol Martínez y Joan Pau Cumellas dieron muestra del talento que se mueve dentro de la escena blues de la zona catalana. El segundo es uno de los armonicistas más reconocidos y admirados, con algún paso previo por ese festival. En cuanto a Tòfol, se mueve entre el blues y el pop, aunque en un evento como el de Benicàssim dejó el aparcado el segundo apartado -"Bluesman" fue una declaración de intenciones-, ofreciendo una actuación poderosa de blues y rock, en la que dejó claro por qué artistas populares como Antonio Orozco confían en él. Juntos protagonizaron algún número siempre efectivo, como bajarse a tocar en medio del público, mientras Gerard Nieto cubría las espaldas con su Hammond y Agustí Borrell -también vocalista en algunos temas- marcaba el ritmo.

Noa Voll Damn y Tòfol Martínez, entre el público. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Tòfol y Joan Pau fueron invitados por el siguiente grupo, Noa Voll Damn & The Hell Drinkers, para subirse al escenario... y para bajarse, ya que la cantante donostiarra Ainhoa Eguiguren y Tòfol repitieron el número de incrustarse entre el público. Un repertorio de blues poderoso y rock tomado de manera casi íntegra por versiones, bastantes de ellas incluidas en su homónimo primer disco, colándose algún tema propio ("Let your hair down" o "My friend Johnny") entre clásicos como "I don't need no doctor", popularizada por Ray Charles y versionada de mil maneras, o "They call me Big Mama", al lado de canciones más nuevas en el tiempo, como "Fearless" de Ana Popovic.

Será imposible de olvidar para nosotros. El trato ha sido inmejorable por parte de la organización. No tenemos más que palabras de agradecimiento para Marién, Maquel y Henry Amat, además de todo su equipo humano. El nivel musical tampoco se queda atrás. Hemos descubierto a grandísimos músicos y bandas de muy alto nivel, de los que hemos disfrutado tanto arriba como abajo del escenario. La organización ha logrado componer un cartel muy potente y variado, siempre bajo el paraguas del blues.  Destacamos la colaboración con Tòfol Martínez y Joan Pau Cumillas, con quienes congeniamos desde el principio y de quienes nos llevamos un muy grato recuerdo con la promesa de vernos pronto. Pero lo que nos ha dejado sin palabras ha sido el público. Se respiraba una energía increíble que nos hizo darlo todo sin reservas; gente cercana, directa, apasionada y con ganas de sentir a tope la música en directo. Amenazamos con volver (Noa Voll Damn & The Hell Drinkers)

La norteamericana con residencia parisina Shanna Waterstown se presentó con una diáspora musical, con el neoyorquino Joy Corgan (procedente de Holanda), los italianos Gianpaolo Feola (batería) y Walter Cesarini (bajo) y los españoles Big Dani Pérez (saxo) y Víctor Puertas (teclas). Era su primera actuación conjunta de todos ellos, lo que se notó en algunos detalles de coordinación escénica. Sin embargo, el nivel individual de cada uno de ellos solventó sin problemas la actuación, en la que sobresalió la energía de Big Dani y, cómo no, la cálida voz de Shanna, llena de calidez y fuerza. El objetivo de esta formación era recrear el disco A real woman, en el que teclas y vientos juegan un papel importante. Sin aspavientos escénicos, Shanna ganó la partida con su manera de cantar, surgida de la cantera gospel, destacando en temas lentos, pero también rítimos, como "A good man" o "Mama's kitchen", desembocando en un adrenalítico "My mojo working".

La voz de la norteamericana Shanna Waterstown ha sido una de las positivas sorpresas de esta edición. acompañada por músicos como el espectacular Big Dani Pérez. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Earl Thomas & Travellin' Brothers eran los cabezas de cartel. A los bilbaínos ya se les conoce bien en el festival y en La Plana, así que no sorprende su capacidad para entretener a los presentes ya sea con ellos como protagonistas o como supporting band (en 2016 lo hicieron con Sugaray Rayford). Durante cuatro temas estuvieron solos en escena, abriendo con "Peggy Sue got divorced", un juego de palabras con el clásico de Buddy Holly. Después apareció Earl Thomas, con una actitud muy sobria, sin adornos y dedicándose a cantar los temas de un modo muy cálido. En el listado no faltó el clásico espiritual "Elijah rock", que tal vez sea la canción más conocida del repertorio, ni tampoco "Soulshine". Por dos veces cantó sin micro, preguntando al público si le escuchaba bien, ganándose en ambos casos grandes aplausos.

Earl Thomas y Aitor Cañibano. Foto: Antonio García @rockmuseumlive

La unión de Earl y la banda que lidera el guitarrista Aitor Cañibano no es nueva, por lo que cuentan con un repertorio ya rodado, en el que no falta "Better day", tema incluido en el disco 13th Avenue South de los hermanos viajeros y en el que colabora el norteamericano, quien hizo un guiño a su tierra natal con "Tennessee whiskey". Con elegantes momentos lentos ("Better to have loved and lost", en el vídeo) y otros electrizantes junto a Jon Kareaga, a quien no se le notó el gripazo ("Power of love" o el clásico de BB King "Sweet little angel"), completaron una noche en la que los dos vocalistas principales (Shanna y Earl) dieron una lección de cómo cantar haciéndolo (o pareciéndolo) fácil. Apenas finalizada su actuación, Earl volaba desde Barcelona hasta California. Seguro que se llevó una gran sonrisa.

Tanto para Earl como para nosotros fue el mejor colofón a esta segunda gira conjunta: la primera en navidades y la de estas 2 últimas semanas. Ambas han sido geniales pero, sin duda, acabar en un gran festival como el de Benicàssim es un auténtico subidón, con todo el público entregado, una organización de 10 y nosotros disfrutando en el escenario. No hay nada mejor. Larga vida a Earl Thomas y a Benicàssim Blues Festival (The Travellin' Brothers)

JORNADA DEL DOMINGO

Después de la novedad del concierto al mediodía en la plaza Los Dolores de Shanna Waterstown, tres años después, el Benicàssim Blues Festival pudo regresar al Torreón San Vicente para poner punto y final a la edición. Esta vez no había amenaza de lluvia y el sexteto liderado por el joven guitarrista francés Alexis Evans tomó el escenario con el emblemático monumento cubriéndoles las espaldas. Más que por el blues, el estilo del grupo se mueve por el soul, funk y ritmos latinos. Un concierto suave y elegante, con la sección de vientos (saxo y trompeta) empujando canciones que invitaban a bailes comedidos, como "Chocolate seller" y a otros más desenfrenados como esa mezcla de rock and roll clásico y sonido sixties de "Girl bait".

El sexteto del joven guitarrista francés Alexis Evans puso final en el Torreón al Benicàssim Blues Festival 2019, después de dos años marcados por la lluvia en la jornada final.