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Smile cierran K Festival Days dejando sonrisas

John Franks, al frente de Smile. ¡Y menos mal que era acústico y con restricciones! Foto: Enrique Bellido.

No ha sido fácil la andadura de K Festival Days en su primera edición. Hasta tres escenarios han marcado su hoja de ruta, aunque en Los Pinos de Benicàssim no llegó a celebrarse ningún concierto a causa de la normativa de prevención del coronavirus de finales de verano. Arrancó con dos actuaciones en K'sim y ha finalizado en La Bohemia de Castelló con la otra mitad del ciclo. Unos conciertos que han reunido a habituales de las salas, aunque en una representación pequeña, ya que las cifras de asistentes en el espacio cultural castellonense han rondado en ambos casos el medio centenar. Eso sí, los cuatro participantes dejaron buen sabor de boca y, con Smile, una sonrisa y bastante bailoteo.

Sábado 10 de octubre: The Black Beat y Los DelTonos

El sábado 10 de octubre actuaron The Black Beat y Los DelTonos. La nueva banda castellonense descargó su rock potente, retomando la senda de los desaparecidos The Electric Ones, con Iván Chabrera a la voz y guitarra recuperando algún tema, lo mismo que de Ruth Baker Band ("You don't know") y dejando claro que sus referentes se mueven entre The Who ("My generation") y Jet (con su particular versión del clásico "Hush"). No pudo estar el guitarra solista, Hèctor Tirado, reemplazando sus solos las teclas de Eloy Alcaide, quien forma equipo con Tomás Navarro (bajo) y Pasqual Tirado (batería).

A la puerta de La Bohemia, Alejandro El Goma le recordaba a Hendrik Röver que Los DelTonos estuvieron actuando en su local, el mítico Ricoamor, alguna década atrás (cerró en 2006). Y es que el grupo cántabro ya acumula cerca de 35 años demostrando que en castellano también se puede hacer rock norteamericano. Desde 1990, cuando se publicó Tres hombres enfermos, Los DelTonos han publicado cerca de veinte referencias (incluyendo recopilatorios y eps), una cifra que podría haber sido mayor, pero su líder distribuye su tiempo con otros proyectos.

Hendrik Röver, al frente de Los DelTonos. Foto: Enrique Bellido.

Los tres hombres enfermos, transformados en cuatro (el guitarrista Fernando Macaya, el batería Javi Arias y el bajista Pablo Bordas) hicieron en Castelló un repaso a esas tres décadas. Ofrecieron algunos de sus temas más emblemáticos, sin centrarse en ningún álbum en especial, ni siquiera el más nuevo Fuego (2019). A pesar de que las características de La Bohemia no hacen fácil controlar el poderío rockero, Nacho Fandos fue mejorando el sonido, lo que permitió disfrutar de guitarras, slides, sonidos muy norteamericanos y temas como "Feliz", "Taquicardia", el lucido "Colisión", "Vergüenza", "Cazador", "Listo", "Mirar atrás"... Canciones para disfrutar entre "ruedas y bares, porches, sureños al atardecer, cerveza y rock and roll", pero también sentados y con mascarillas.

Sábado 17 de octubre: Junior Mackenzie y Smile

K Festival Days llegó a su final el sábado 17 con dos acústicos. Lo abrió el castellonense Junior Mackenzie en solitario. Con ganas de hacer público su nuevo disco, aunque esperando que llegue el momento oportuno, avanzó algún tema, que contiene un regusto más soul que los incluidos en Files of life, siempre dentro de su línea de autor con alma norteamericana. Recordó también algunos de los mejores temas del disco que sigue siendo su más reciente, como "Much more than we need", e incluso retrocedió hasta aquel primerizo "Street light". Tanto con banda como en solitario con su electroacústica, tiene suficientes recursos para hacer disfrutar.

A pesar de las restricciones, Smile hizo de su concierto una fiesta. ¿Cómo hubiese sido en eléctrico y sin mediatizador coronavirus? Con John Franks muy activo y parlanchín -debe de ser verdad lo que contó que un día decidió perder la vergüenza-, el trío de Getxo se marcó una actuación que hizo bailar a buena parte de los presentes. El batería Javier González y el bajista Miguel Moyano iban siguiendo las directrices de este británico que gusta de las melodías más propias de California.

John recordó cuando hicieron sold out en Four Seasons, se puso menos alegre al recordar que este iba a ser su último concierto en mucho tiempo, mientras esperan el momento de lanzar su siguiente disco, con canciones en castellano ("es muy difícil hacer letras en castellano"). La quedan mejor las cantadas en inglés, pero tampoco desentonan ("Una y otra vez" podría ser un clásico de chiringuito estival). Y en todo momento hizo gala de su talante optimista (titular un disco "Happy accidents" no es baldío), reflejado en canciones como "Born again", en la que ni se acordó de que había un escenario, para beneficio de los saltarines presentes. El espíritu de Beach Boys apareció en "Good old times" y el recuerdo de una fiesta playera se plasmó en "City girls". En pleno éxtasis de desvergüenza, se atrevió con el "Amor de hombre" a capella y a todo pulmón, y no le quedó mal. Sonrisa amplia para cerrar este ciclo.