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Los cristales, espejos y 'engaños' de la coreana Lee Bul transforman el Espai d'Art Contemporani

Dos visitantes en la 'Vía negativa' de Lee Bul en el EACC. Foto: Pau Bellido (ACF).

Únicamente hace falta cruzar la puerta del Espai d’Art Contemporani de Castellón (EACC) para darse cuenta de que, tanto el espacio como el propio visitante forman parte importante de la exposición de la artista coreana Lee Bul, que permanecerá activa hasta el 27 de septiembre. Para entrar en el mundo Lee Bul primero hay que pasar por una especie de túnel formado por cristales desiguales que consiguen que el espectador quede reflejado en ellos, haciéndoles partícipes desde el primer momento de la exposición. Este uso de cristales y espejos es lo que más caracteriza la obra de la coreana, siguiendo con el objetivo de dotar de un aspecto futurista a sus obras a la vez que el público se zambulle en las mismas; el espectador activo.

Esta técnica no sólo se puede apreciar en sus piezas, sino que la ha trasladado al propio EACC, consiguiendo que pisar su suelo sea como caminar sobre espejos. La exposición de Lee Bul en el EACC esconde muchas más particularidades, como su suelo y paredes metalizadas, que únicamente se podrán ver en Castellón y que no se han sucedido en el resto de espacios internacionales por los que ha pasado. Y es que la exposición nace de la colaboración de distintos espacios, como el Artsonje Center en Seúl, el Musée d’Art Moderne GrandDuc Jean en Luxemburgo, IKON Gallery en Birmingham, Korean Cultural Centre UK en Londres y el Musée d’Art Moderne et Contemporani Saint-Étienne Métropole. Resultado del afán de la artista por reconvertir cada espacio, por hacerlo suyo, y por ofrecer distintas formas de leer su obra.

El túnel de espejos te lleva directamente a una estructura ruda y negra, Bunker, con la que Lee Bul rompe con las formas y la composición, muestra un exterior oscuro y a medio acabar, jugando así con lo acabado y lo inacabado que en su interior se transforma en una pieza sonora compuesta por pequeños cristales que consiguen, una vez más, que el espectador aporte el sentido final a la pieza.

El espectador se topa con 'Bunker' al entrar en la exposición. Foto: Pau Bellido (ACF).

Y así continúa el juego de la artista coreana con el espacio y el espectador, haciendo que éstos formen parte de ese mundo irreal, utópico y futuro que muestra a través de sus obras. Un futuro resultado de la unión de distintas influencias personales, la ciencia y las tecnologías. Un futuro que siempre acaba en caos, en fracaso. Tal y como ocurre en Mon Grand Récit: Weep Into Stones. La creación de una utopía que simula un futuro no completo y extremadamente frágil y que acaba destruido, mostrando una visión de modernidad como fracaso. En la estructura, además, se topa lo racional con lo irracional, con lo lineal; como también ocurre en otras de sus piezas.

Así, Mon Grand Récit: Weep Into Stones se convierte en una de las piezas que mejor conectan cada una de las distintas características de las obras de Lee Bul, uniendo la visión de un futuro que fracasa, impregnándola de partes de su propia vida, textos e influencias artísticas –como el texto LED parpadeante en el que se puede leer un extracto de Hydriotaphia de Thomas Browne: “Weep into stones fables like snow our few evil days”- y, además, una pieza en la que es posible apreciar su evolución: El paso de la imaginación –con bocetos y una maqueta- a la práctica –la propia escultura-.

El modernista futuro utópico de Lee Bul siempre acaba en fracaso. Foto: Pau Bellido (ACF).

Otro de esos futuros utópicos que acaban colándose, casi literalmente, y convirtiéndose en caos se puede percibir en Excavation. Una vez más, pequeños espejos aportan un aspecto futurista y moderno, junto a cristales puntiagudos y peligrosos en el pie de la estructura. Excavation muestra claras influencias orientales, como la torre que gobierna la pieza (que como se puede ver en la muestra del piso superior del EACC, sufre una transformación de la maqueta inicial a lo que luego es la escultura).

El uso de cristales y espejos en las obras de Lee Bul no únicamente muestra esa relación con el futuro o su ímpetu por unir espectador con obra, sino que son muchas las referencias que hace a la belleza de los cristales que contrastan con la pobreza del propio material utilizado. Como ocurre en su majestuosa After Bruno Taut, una lámpara de araña que cae del techo, formada por pequeños cristales que le dan un aspecto débil, bello e incluso glamuroso, que nada tiene que ver.

'After Bruno Taut' de Lee Bul en el EACC. Foto: Pau Bellido (ACF).

Uno de los cuartos laterales del EACC esconde la cara más íntima de Lee Bul, que transforma el cuarto en su propio estudio de trabajo. Dejando de esta forma que el público conozca no únicamente su trabajo, sino que también vea el lugar en el que se desarrolla; demostrando que un artista no deja de ser un trabajador con sus múltiples experimentos de ensayo y error y distintas pruebas de una misma idea que finalmente dan lugar a la pieza.

Infinity Wall es la pieza que gobierna el otro cuarto del EACC, en donde la artista juega con los espejos y las luces para crear una ilusión de profundidad que consigue embelesar por completo, tanto por el propio engaño como en las formas de la pieza; además está acompañado de distintos dibujos y bocetos que muestran de qué manera la idea pasa a la realidad.

Lee Bul representa su propio taller en el EACC. Foto: Pau Bellido (ACF).

Todas estas ideas que se pueden percibir en el recorrido por Lee Bul del EACC, quedan perfectamente relacionadas y reflejadas en Via Negativa. Una estructura formada por distintos escritos en su exterior, que esconde un auténtico laberinto de espejos y luces que integra por completo al espectador en la obra, jugando con él y con la idea de profundidad. El objetivo es llegar al final de este laberinto, al punto en el que la luz y el engaño de los espejos te atrapan dentro.

Las otras caras de Lee Bul

El piso superior del EACC alberga más facetas de la obra y vida de Lee Bul que merece la pena conocer para entender un poco mejor su obra. Por un lado, el EACC cuenta con algunos de los primeros trabajos de la artista, piezas únicas que ya entonces abordaban esos temas que se ven reflejados en Lee Bul, como son la ciencia ficción y el futuro. El feminismo es otro de los temas que aparece con fuerza, sobre todo en sus trabajos pertenecientes a los años noventa. Abordando el feminismo a través del discurso del cuerpo y la mujer a través de cyborgs, reformulando el Manifiesto Cyborg (Donna Haraway); todo ello a través de cuerpos femeninos, cuerpos escamados, referencias a también a ese falso glamour y características orientales en algunos de ellos.

Por otro lado es posible apreciar el proceso creativo que sigue la artista con sus piezas a través de distintos bocetos y maquetas que representan algunas de las esculturas expuestas en el EACC. También se encuentran ilustraciones, en las que sigue la misma constante de perfilar un mundo fantástico y arquitectónico que representa, como siempre, el fracaso de esa modernidad.