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El Teatro Clásico de Peñíscola aplaude el feísmo barroco de ‘La cárcel de Sevilla’

'La cárcel', una obra coral con personajes marginales del siglo XVII.

Si El burgués gentilhombre apostaba por la comedia y Romeo y Julieta por la tragedia, pero siempre dentro de tintes amables, La cárcel de Sevilla trazó el sábado 18 de julio una línea diferente, menos cómoda para el espectador que asistió a la tercera de las representaciones de la programación oficial del 18º Festival de Teatro Clásico de Peñíscola. Esta vez no hubo lleno absoluto, tal vez por la amenaza de lluvia que hasta bien avanzada la tarde se cernía sobre la localidad, pero ni uno solo de los 150 asistentes –aproximadamente- abandonó la función hasta después de haber premiado a los actores con casi dos minutos de aplausos ininterrumpidos.

El Teatro del Velador llena el escenario de personajes marginales encerrados en la cárcel de Sevilla a la espera de recibir a través del alcaide la sentencia de un juez. Es habitual que los entremeses del Siglo de Oro tomen la ciudad andaluza como escenario y que en ella retraten personajes grotescos. La cárcel no es la excepción. Pieza del siglo XVII de autor desconocido –aunque algunas teorías apuntan a Cervantes - muestra el lado poco amable del retrato literario barroco, con el añadido de que el director de la compañía sevillana, Juan Dolores Caballero, realza el feísmo, a través de personajes con taras pero con una intención perpetua de mantener la dignidad dentro de unas circunstancias nada agradable. Una obra coral representada una semana antes en el Festival de Teatro Clásico de Almagro en la que destaca Seor Paisano –muy bien interpretado por Álex Peña- al recibir la condena de ser colgado en la horca que, como un minarete, acapara el mayor protagonismo del decorado, que sólo incluye además sillas, mesas y orinales.

Una horca preside el escenario en la obra del Teatro del Velador.

La tragedia sobrevuela en todo momento el escenario. En primer lugar por el mismo carácter de los protagonistas, gente de mal pasado y un futuro que les acerca a la pena de muerte. En esta hora y diez minutos es Seor Paisano el escogido para el fatal trance dictada por el juez. Y en tales funestas circunstancias aflora por instantes el humor –negro-, tal vez como terapia, a la vez que se desliza la crítica los usos sociales de aquel inicio del siglo XVII, y es posible que en este punto se explique el anonimato del autor del texto original.

El director, Juan Dolores Caballero, introduce un claro homenaje a Cervantes al  inventarse un personaje que no aparece en el entremés: el ilustrado Alonso Quijano (interpretación también destacada de Bene Cordero), quien otorgando realce a sus palabras con un bastón que apunta a su interlocutor recita textos extraídos de El Quijote. Curiosamente, Caballero no cree que La cárcel  surgiese de la pluma cervantina, sino que apunta a un alcaide apellidado Chaves por la similitud del texto con la descripción escrita que éste dejó de la prisión sevillana.

La obra encierra momentos de humor negro y también de críticas a las costumbres de la época.

No faltan los instantes de folclore andaluz en las voces de los actores y en el baile final extendido desde la platea por un prolongado aplauso para premiar una obra con algunas expresiones de no fácil entendimiento, aunque su director ha limado el texto eliminando varias palabras en desuso que dificultarían la tarea receptora del espectador.

Antes de la representación de La cárcel, la compañía ilicitana ChanChán Teatro paseó sus Animaciones medievales por el Casco Antiguo de Peñíscola. El día anterior había exhibido El baúl de los cuentos en los Jardines del Castillo en la obra familiar de esta 18ª edición del festival, que vivió su semana más intensa con la conferencia de Manuel Ángel Conejero sobre cómo interpretar a Shakespeare y la representación de La rosa y la espina a cargo precisamente de la Fundación Shakespeare, que dirige el filólogo, dramaturgo, actor…

Las 'Animaciones medievales' de ChanChán Teatro tomaron el Casco Antiguo de Peñíscola.

El final de la 18ª edición del Teatro Clásico de Peñíscola llegará el sábado 25 de julio con La hermosa Jarifa, basada principalmente en la obra escrita por Antonio Villegas en los primeros años de 1560, más el añadido de textos del Romancero Popular y otras fuentes del siglo XVI. Borja Rodríguez se encarga de dirigir esta coproducción de la Compañía La Morgue, GG Distribución Escénica, la valenciana Saga Producciones, María Díaz y Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. “La obra más puramente renacentista de nuestras letras”, en opinión de Antonio Rey de Hazas, especialista en el Siglo de Oro. Está programada a las 22:30, en el Castillo del Papa Luna, con entradas a 8 euros que se pueden reservar en la taquilla o a través del  teléfono 964 480021.

El Festival de Teatro Clásico Castillo de Peñíscola está organizado por la Diputación Provincial de Castellón, con la dirección de Carles Benlliure, y las colaboraciones de la Universitat Jaume I en el apartado de conferencias y de CulturArts, que permite programar las actividades de la Fundación Shakespeare.

'La hermosa Jarifa' cerrará la 18ª edición del Festival de Teatro Clásico Castillo de Peñiscola, el sábado 25 de julio.