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El Benicàssim Blues Festival demuestra su buena salud en su décimo aniversario

Gisele Jackson, durante su actuación en el Benicàssim Blues Festival. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

La actuación de The Cinelli Brothers con un explosivo remate a ritmo de desbocado boogie. El buen sabor de boca dejado por los conciertos vespertinos del viernes. Las grandes voces de Gisele Jackson con una buena ración de clásicos y de Kyla Brox, regalando en la paella del sábado el "Ave María" que no le entró en la actuación de la noche anterior. La abarrotada plaza de los Dolores el sábado por la tarde. El cierre con una apuesta segura como Rambalaya -con Jonathan Herrero, su voz y sus simpáticas maneras- a los pies del Torreó San Vicent. Son recuerdos que permanecerán de este 10º aniversario del Benicàssim Blues Festival. Pero por encima de todo quedará el regreso a la normalidad tras un año en blanco y otro con sillas y mascarillas, junto con el buen ambiente habitual de este evento, con grandes afluencias en la jornada del sábado e incluso en la siempre perezosa tarde del domingo. Eso sí, queda claro que el blues y derivados es para gente nacida en décadas del pasado siglo.

El número de asistentes en este tipo de eventos abiertos, con idas y venidas de viandantes, resulta imposible de cuantificar con certeza. Pero queda claro que el festival organizado por Turismo de Benicàssim -con la concejala Cristina Fernández a la cabeza- y coordinado por los hermanos Maquel, Marién y Kike Amat (Bsound b) ha llegado a su primera década con muy buen estado de salud.

Los voluntarios del Benicàssim Blues Festival recibieron el aplauso de los asistentes. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Jornada del viernes

Curiosamente, el arranque del viernes dejó alguna duda sobre si el tiempo de ausencia habría causado mella en el interés del público. Sin ser mala la afluencia, sí estuvo por debajo de otros arranques de este festival. Aunque también es cierto que la diferencia entre las tardes del viernes y del sábado acostumbra a ser notoria. Eso sí, poca queja hubo de ambos shows. Alber Solo & The Firebirdblues ofreció una actuación de guitarrista blues-rock, lo que casi obliga a acudir a Stevie Ray Vaughan ("Pride & Joy"), pero también a temas propios en castellano, como el reciente "El fuego". Además, fue el protagonista de la masterclass -de guitarra- de la actual edición.

Tal vez la más escondida del cartel era Cecilya Mestres y acabó como la gran sorpresa de esta X edición. Acompañada por veteranos como Jorge Otero (contrabajo), Francky Gambo (guitarra) y Adrián Carrera (batería) ofreció un delicioso concierto en que se mezclaron el blues, el r&b y el rock clásico. Desarrolla un doble carrera, bajo su nombre y junto a franceses Los Hot Tamales, liderados por Francky, muy aplaudido en sus intervenciones. Fue esta la línea la que siguió en Benicàssim, con un largo set-list, incluidas "No good lover", "Breaking up the house" o el cierre con el clásico del rock and roll "Lucille", sin faltar otra de Little Richard, "Baby what you want me to do".

Algunos asistentes opinaban que en esta primera jornada resultó más excitante el programa de la tarde que el correspondiente al escenario principal, aunque la sedosidad de una voz como la de Kyla Brox es todo un regalo para los oídos. Tal vez la previsión de esperar más por la noche que por la tarde ayudó a conducir hasta esa sensación.

La principal novedad fue ver vallado y mallado el recinto que circunda la carpa principal, en la plaza de la Estación. Motivos de seguridad relacionados con el tráfico rodado condujeron esa modificación, acompañada por la orden de final de conciertos a la 1:30. Fue una noche con una asistencia por debajo de las de otros años. Los franceses Big Dez, liderados por el guitarrista y cantante Phil Fernández, acudían avalados por su triunfo en el concurso del Festival de Blues de Cahors. Su show fue muy medido, muy profesional, con los temas de su más reciente lp, Chicken in the car and the car can't go (danción para arrancar), más recreaciones ajenas como "Dimples" de John Lee Hooker. o animados rocks como "Flip the coin". Efectistas arranques de Hammond, buenos solos guitarreros, aunque quedó una sensación de que no se produjo la conexión esperada.

Los franceses Big Dez, con Phil Fernández como líder.

La actuación de la británica Kyla Brox arrancó con la felicitación por parte de la organización al coincidir con su día de aniversario. La cantante de Manchester exhibió una voz sedosa, un dulce efecto acentuado por el uso de flauta travesera en algunos de los temas. Una actuación que a buen seguro ganaría en un atento club cerrado, dejándose llevar por la acogedora vocalización de Kyla. "If you see him" es un buen ejemplo o el más rítmico "365". La actuación se acortó media hora por órdenes de seguridad, lo que restó algunos puntos álgidos de su repertorio. Como curiosidad, junto con su marido, el bajista Danny Blomeley, decidieron quedarse una semana de vacaciones en Benicàssim -ambos participaron al día siguiente en el Paella & Blues-, mientras el resto del cuarteto regresaba a las islas británicas la misma noche de la actuación.

El paso de Kyla Brox por el Benicàssim Blues Festival desde la perspectiva de su batería, Mark Warburton, con el presente de la organización incluido.

Jornada del sábado

Desde el primer momento de la sesión vespertina del sábado, e incluso bastante antes de arrancar, la plaza de los Dolores estaba a tope. Una situación que alegra la panorámica, pero, por contra, llega a provocar un molesto ruido de charlas que afecta, sobre todo, a los temas lentos. Los veteranos Big Yuyu salieron al escenario con sus pintas muy setenteras para desgranar un set-list entre el blues y rock, basándose principalmente en sus propios temas incluidos en el disco Down south city. Empezaron del mismo modo ("My faith is gone"), añadiendo alguna versión, como "Red house" de Hendrix o una larguísima del clásico "Baby please don't go", afectada en sus momentos más relajados por el ruido ambiental de la plaza.

Pie de escenario durante la actuación de Big Yuyu.

Un ruido que también mediatizó la actuación de Alice & The Wonders. Un elegante show por repertorio, voz y movimientos de la barcelonesa Alejandra Rueda y sus efectivos acompañantes, con estilosos bailes al ritmo de los teclados. Dependiendo de la ubicación en la plaza, o se disfrutaba o pasaba inadvertido. No siempre mucha cantidad de público suma enteramente en positivo.

Benicàssim Blues Festival 2022

La noche del sábado resultó explosiva con los británicos The Cinelli Brothers. Un grupo formado por los hermanos Marco (guitarrista, cantante, bajista y teclista) y Alessandro (batería), más el bajista Enzo Strano (también solista con voz y guitarra) y en esta ocasión el armonicista y a ratos vocalista principal West Weston. De hecho, el repertorio se dividió entre temas del grupo de los hermanos y del elegante frontman. Desde el medio tiempo inicial "It`s you that wears" se vio que podía ser un concierto muy especial, una impresión acrecentada de un tema al siguiente. Intercambio de instrumentos, contrastando el estilo más clásico a la guitarra de Marco y el más agresivo (a lo Wilko Johnson) de Enzo. Embriagadores momentos como "Last cigarrette" o "Parchman farm" hasta desembocar en la bomba boggie "Choo ma gum", con un cuarto de hora explosivo cargado de breaks que incluyeron hasta un enérgico solo de batería. Descarga de adrenalina.

El concierto de The Cinelli Brothers alteró los niveles de adrenalina de los presentes. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Gisele Jackson llegó con el acompañamiento de la backing band -formaciones que acompañan a solistas, principalmente de otros continentes- The Shu's Shu y de su gran voz, claro. La estadounidense fue a lo seguro para arrancar, tal como se comprobó con dos madrugadores clasicazos como "I put a spell on you" (original de Screamin' Jay Hawkins) o "Son a preacher man", de Dusty Springfield aunque propulsada poco después por Aretha Franklin, totem de la música negra tributada de nuevo por Gisele con "Dr. Feelgood".. Un repertorio muy similar al de su disco Soul live (2021), incluido "Clean up woman", una de las primeras canciones que trabajaron juntos Gilese y The Shu's Shu, en 2018. Momentos simpáticos, como los protagonizados junto a una pareja de espectadores invitada a subir al escenario para bailar junto a la vocalista. Y de clásico inicial a clásico final: "Knock on wood", de Eddie Floyd. Se entiende que leyendas como Ray Charles, James Brown o Donna Summer se fijasen en ella para ponerles voces de acompañamiento.

Gisele Jackson marcando las notas de bajo que ejecutaba Abel Boquera con sus teclados. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Jornada del domingo

De nuevo cierre con habituales en este festival de Benicàssim, como el gran cantante Jonathan Herrero, el guitarra Héctor Martín -ambos compañeros en A Contra Blues, entre otros proyectos- y Anton Carl, ideólogo de este Rambalaya, que incluye al destacado trompetista David Pastor, junto con otros que no son mancos, como Pol Prats (saxo), Matías Míguez (bajo) y Fernando Tejero (teclas).

Una vez más, Jonathan Herrero dio muestras de su gran voz y de su habilidad para hacerse con el público. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Temas propios incluidos en su debut, como los dos primeros singles: la rítmica "Bootleger man" o la deliciosa "Come and lay here beside me", derrochando garra en momentos como "Can't take it no more" y acudiendo a una especie de espiritual en "I wanna say thank you". Incluso avanzaron un tema de su siguiente disco, iniciada con voz y guitarra, uniéndose después el resto del grupo. Dos versiones: "Everybody's got a Buick", de Mike Sánchez, una elección con una base, ya que el pianista y cantante ha formado equipo a veces con la Barcelona Big Blues Band, donde coinciden varios rambalayas; y la palmeada "New Orleans", de Gary US Bonds. Gran banda, grandes canciones y un enorme -en muchos sentidos- Jonathan Herrero.

Perspectiva del paseo marítimo tomada desde lo alto del Torreó Sant Vicent durante la actuación de Rambalaya. Foto: Ángel Sánchez (ACF).