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Benicàssim Blues Festival. Bastante más que un año de transición con Koko-Jean y JP Bimeni

Koko-Jean Davis, esta vez al frente de The Tonics. Foto: Antonio García.

En este 2021 hay que llevar a cabo los festivales sí o sí (en esta falaz disyuntiva no entran los macro, reemplazados por ciclos). Suspendidos la mayoría del 2020, dos años consecutivos sin actividad se antojan un paréntesis excesivo... y más en un momento en que parece necesitarse aún más la alegría. Hay que celebrarlos adaptándose a las circunstancias actuales. Como resultado, unas ediciones diferentes a las habituales, de transición incluso en algunos casos, pero que tienen un alto componente de reivindicación propia: "Aquí estamos y queremos seguir".

El Benicàssim Blues Festival lleva dos años pensando en su décimo aniversario. Debería haberse festejado en el actual 2021, pero la suspensión provocada por la pandemia dejó en el limbo esa ansiada cita. Ahora sí se puede pensar en la X de décima. La novena se ha reducido a dos jornadas (18 y 19 de julio) y sendos conciertos, con público sentado, aforo limitado -600 sillas-, mascarillas, sin moverse con libertad para bailar, en un escenario desplazado respecto al tradicional... pero dejando un buen sabor. A Koko-Jean Davis & The Tonics y JP Bimeni & The Black Belts les corresponde gran parte en ese mérito, dejando la otra a la organización, correspondiente a la concejalía de Turismo de Benicàssim con Cristina Fernández, y dirección, a cargo de BsoundB (los hermanos Maquel, Henry y Marién Amat), más la producción escénica y de sonido de Metrònom.

Diría que ha sido una edición muy chula. Estamos muy contentos. Eso sí, se hace raro ver un festival de este tipo sentado; pero es lo que hay ahora mismo. El viernes, Koko invitó a la gente a bailar, y lo hicieron desde su sitio, atendiendo las normas. El público se ha portado muy bien, la gente ha trabajado de un modo muy profesional y creo que hemos vuelvo a vivir ese ambiente tan bonito del Benicàssim Blues Festival, aunque con limitaciones. (Maquel Amat, BsoundB)

José Luis Martín, el habitual presentador del festival, introdujo esta edición con un recuerdo a las personas que nos han dejado durante este período marcado por el coronavirus. Un in memoriam extendido por el teclista y armonicista Víctor Puertas al recordar al bluesman barcelonés Amadeu Casas, fallecido a finales del pasado año. Esta vez no estuvieron todos los habituales, pero sí se vieron rostros familiares entre el público y el backstage procedentes principalmente de la zona catalana, pero también de Pamplona o Bilbao. Casi todas las sillas habilitadas fueron ocupadas los dos días. Y el ambiente fue el habitual, con menos risas -eso sí- dentro de este festival que une a sus atractivos la atmósfera de buen rollo.

Otra ubicación, público sentado... pero otra edición del Benicàssim Blues Festival. Foto: Antonio García.

Incluso la ubicación del escenario fue buena para un buen número de asistentes (detrás del Lidl de la avenida Juan Carlos I), lo que lleva al Ayuntamiento a plantearse trasladar hasta allí más actividades de este tipo, por la reducción de molestias al tránsito habitual en la localidad. Aunque también habrá que escuchar el punto de vista de los hosteleros de la zona céntrica, sin obviar la necesidad de dotar a la zona de la infraestructura necesaria para programaciones de este tipo si se repiten con frecuencia.

Ya estamos pensando en la décima edición. Algo especial tendremos que hacer, y ya tengo mi lista apuntada. Veremos hasta dónde podemos llegar (Maquel Amat).

Koko-Jean Davis & The Tonics. La fuerza

A Koko-Jean Davis ya se la conocía en Territorio CS, incluido el Benicàssim Blues Festival. Aunque esta vez llegó con The Tonics, y no con The Excitements (donde ha ocupado su lugar la cantante francesa Kissia San, a quien se pudo ver en este mismo festival con Rumble2Jungle),. Es una formación que ha escogido ella misma y que viene a ser como una especie de all stars de la escena barcelonesa, con Anton Jarl a la batería, Víctor Puertas (Hammond y armónica) y Dani Patillas Balardés (guitarra), los dos primeros bien conocidos en esta zona gracias a sus anteriores presencias con diferentes grupos y proyectos.

Koko-Jean Davis y Dani 'Patillas' Balardés. Foto: Ronald Salazar.

A Koko-Jean se la ve más libre que con The Excitements, tal vez menos en papel de diva -¿impuesto?- y más interactiva con el público. Un detalle: con The Excitements la cantante mozambiqueña se dirigía a los asistentes casi exclusivamente en inglés, mientras que con The Tonics alterna idiomas e incluso predomina el castellano. Tal vez sea por estar iniciando un proyecto nuevo con músicos de su elección, o por sentirse con menos ataduras, pero se la ve disfrutando más encima del escenario con un repertorio escogido entre cuatro y no impuesto dentro una menor gama estilística de elección. De algún modo, ahora parece estar rodeada por amigos y antes por profesionales.

Es tan nuevo el proyecto que únicamente han publicado un Ep y dos singles, con la participación en estudio del saxofonista y productor Dani Nel·lo, por lo que la mayor parte del repertorio lo ocupa un disco recién grabado y que aún no ha visto la luz. Después del instrumental inicial apareció Koko-Jean para facturar uno de los singles, "Safistied". También sonaron "Watcha gonna do?", la más bluesy "Make a man out of you" o su hit particular hasta la fecha, "Bus stop". Pero gran parte del set-list estuvo integrado por material nuevo, como el bello blues lento "Let me be free" aportado por Anton, el reivindicativo social "Moving on" con unos intensos coros, la vaquera "From the country to the city", algún espiritual, un tema dedicado a New Orleans en el que, por únicamente una vez, Víctor Puertas sacó su armónica, o la fuerza de "Go go power" (vídeo de Antonio García). Momentos de lucimiento para cada uno de los miembros del cuarteto, dejando clara su respectiva valía individual.

JP Bimeni & The Black Belts. La elegancia

El sábado fue el turno de JP Bimeni & The Black Belts. Una actuación muy elegante, con la calidez transmitida por el cantante natural de Burundi -residencia británica- más su banda madrileña. El vínculo no es casual, aunque sí su origen, ya que mientras actuaba en un club de Londres fue descubierto por los responsables del sello español Tucxone Records. A partir de ahí, los contactos.  Ya de entrada, su guitarrista, Fernando Vasco, avisó de que era una actuación soul en un festival blues. El eterno debate de las etiquetas. En este caso, es la black músic la que engloba genéricamente el total.

Tuvimos el peligro de la lluvia. Horas antes del concierto llovió barro, lo que ensució las sillas. Unas quince personas estuvimos limpiándolas y volcándolas hacia abajo, por si volvía a llover. Cuando ya quedó parecía claro que no, las volvimos a poner como debían estar. Un trabajo de equipo (Maquel Amat).

Sonó el lp Free me (2018), con el mismo inicio después del instrumental de entrada, "Honesty is a luxury". Un concierto muy especial para los músicos, puesto que era el primero que protagonizaban este año. A pesar del obligado parón en su actividad, sonó muy bien el conjunto. Una música sin estridencias, para escuchar relajadamente y dejarse llevar por la envolvente voz de JP Bimeni y sus acompasados movimientos. En medio del repertorio, un clásico del recientemente fallecido Spencer Davis, "Keep on running".

Temas como ese "Free me" deja el regusto a clásico del género. Crearon atmósfera muy sesentera con la belleza de temas lentos como "I miss you" o ese luminoso "Stupid", aunque sin faltar momentos de fuerza -a más tal como avanzaba el minutaje- como el rítmico "My baby loves to boogaloo", "I've gotta get there", el in crescendo de "I can't get enough of your love", acompañdo por las palmas rítmicas de los presentes o el pegadizo "Better place" (vídeo de Antonio García), canción que te engancha a la primera, antes de despedirse con el vibrante "Vehicle"; instrumental en su inicio -presentación de los componentes de The Black Belts incluida- e reincorporación de JP Bimeni en su parte final. Como anécdota, el cantante de Burundi pidió llevarse -y se llevó- su foto de gran formato que estaba en la entrada al recinto.

JP Bimeni, al frente de The Black Belts. Foto: Ronald Salazar.