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A Cúmul le gusta la gasolina

La exposición 'Gas' de Cúmul formó parte de la programación de La Nit de l'Art de Benicàssim, coordinada por Yvonne Vacas. Foto: Carme Ripollès (ACF).

La RAE ofrece varias acepciones para su definición de la palabra gas, siendo la primera ("fluido que tiende a expandirse y que se caracteriza por su baja densidad, como el aire") la más popularizada. En cambio, la academia también entiende el concepto como la “mezcla de carburante y de aire que alimenta el motor de un vehículo automóvil”. De tal manera, el gas se convierte en un elemento indispensable en las acciones más convencionales de nuestra cotidianeidad y, al mismo tiempo, de las menos normativas como el parkineo.

La tarde del 24 de septiembre, el colectivo artístico Cúmul presentó su exposición Gas en el aparcamiento del Paseo Pérez Bayer dentro de las actividades de La Nit de l’Art con motivo de las fiestas de Benicàssim. La premisa prometía una experiencia singular: emular una sesión de parkineo, con una pinchada de música electrónica en directo (a cargo del nuevo miembro del colectivo Niels) y exponiendo las obras en el interior de coches aparcados. Gerard Bomboí, comisario de la muestra, confiesa que la mayor adversidad ha sido el carácter emergente del colectivo: "El principal reto ha sido la poca experiencia en montar una programación tan parecida a un festival porque, aunque Gas solo dure dos horas y media, es muy heterogéneo, con muchas disciplinas y con varias actividades sucediendo al mismo tiempo”.

'Gas' mostró el carácter multidisciplinar del colectivo artístico: pintura, fotografía, ilustración, música o moda. Foto: Carme Ripollès (ACF).

La idea, original de Gerard Bomboí, fue rápidamente aceptada por el resto del colectivo. Sin embargo, el resultado final de la muestra distó de su concepción inicial: “En un principio, Gas contaba con un planteamiento más filosófico reflexionando sobre la modernidad líquida de Zygmunt Bauman y su dualidad con el gas”, explica Carlos Bonet, miembro de Cúmul. Para Bomboí, no obstante, el planteamiento teórico previo era insuficiente para definir el concepto central de la exposición: “Hablar solo de Bauman, el aceleracionismo o la Ruta del Bakalao es hablar solo de una parte del espectro bibliográfico que compone la matriz conceptual de Gas”. “Gas es solo el fragmento de un fenómeno sociocultural mucho más grande que aún está por definir e investigar”, argumenta.

'Gas'_Cúmul

El acercamiento académico fue descartado en pos de una “perspectiva más terrenal”, optando finalmente por analizar de forma retrospectiva el fenómeno de la Ruta del Bakalao. Según Bonet, “nos atrajo su vinculación con la identidad valenciana y con movimientos contraculturales de finales del S. XX”. La fascinación y atracción por el bakala llama la atención especialmente por la juventud de los miembros del grupo artístico. Para Bonet, “Gas es un acercamiento a la Ruta Destroy casi voyeur, ya que está realizado por gente criada a partir del año 2000”.

La muestra contó con la visita de entre 200 y 300 personas según el colectivo artístico. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Un Ford Fiesta 1.6 D (CS **** T) de color granate daba la bienvenida a la exposición con la intervención de Rodrigo García. Centenas de tiques de aparcamiento cubrían las ventanas y la luna del vehículo, además de formar la palabra “Gas” en el capó. Por si aún quedaban dudas para los asistentes más despistados, el Ford lanzaba un mensaje de aviso y acogida: la entrada a lo mejor de los neones, el tecno, el tuning y las sustancias psicoactivas de laboratorio era irreversible.

Los coches expuestos compartían protagonismo con las obras expuestas. En la imagen la intervención de Rodrigo García. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Gerard Bomboí, responsable de la idea inicial de la muestra, contaba con el segundo lugar de la ordenación. Un Dacia blanco (**** JPP) cuya parte frontal estaba decorada con afilados punzones y ornamentos de acero escondía en su maletero un televisor que emitía imágenes del interior de los locales con lo mejor del bakala. Su capó se convertiría, horas después, en el photocall predilecto de lxs interventorxs del modelaje. A pocos metros, un Peugeot del mismo color (**** CVK) escondía en su interior dos fotografías en blanco y negro que inmortalizaban momentos de éxtasis durante la farra. Su autora, Paula Lorenzo, es responsable de proyectos que anteriormente han sido expuestos en la propia sede de Cúmul, como la exposición Cam Moods.

El horario nocturno benefició al resultado de 'Gas' gracias al uso de luz artificial en forma de neones. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Del Peugeot blanco con la intervención de Paula Lorenzo al Peugeot gris (CS **** AV) con la obra de Paco Rangel. El vehículo grisáceo contaba con un cúmulo de letras en su capó y albergaba en su maletero la cabeza de una muñeca ataviada con una máscara de gas. El quinto coche de la exposición era un Honda (V **** GP) que en sus asientos delanteros mostraba dos retratos a cargo de Carlos Bonet. Su maletero, de manera similar al Dacia empleado por Gerard Bomboí, contaba con la emisión de una pieza audiovisual. En la televisión catódica se podía oír un fragmento de Barrio (Fernando León de Aranoa, 1998) y observar una congelada mueca tan eufórica como desencajada.

El último coche de la muestra, un Kia Ceed blanco (**** KMP), estaba reservado para las ilustraciones de Mayte Vidal. Sus láminas a gran tamaño cubrían prácticamente todos los recovecos de la carrocería y, como si de un retablo se tratasen, mostraban escenas de la preparación y disfrute de un botellón (con sus respectivos vasos de cartón de una hamburguesería multinacional).

El consumo de drogas con finalidades inhibidoras fue uno de los temas centrales de la exposición. En la imagen la intervención de Mayte Vidal. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Sin embargo, Gas brilló con la llegada de la noche. Tras las últimas horas de luz solar, la oscuridad se impuso en el Parking del Paseo Pérez Bayer permitiendo que las pocas luces del recinto (ubicadas en el interior de los vehículos expuestos o en sus bajos a modo de neones de colores chillones) cobraran más peso y dieran más cabida al carácter libertino de la muestra. El punto álgido llegó a las 20:30 cuando los coches encendieron sus motores y sus luces frontales para iluminar el desfile de moda.

Un total de diez diseños a cargo de Daniel Cala desfilaron entre el ruido de motor y el tecno de Niels, siendo coreados por los asistentes ante cada provocación de lxs modelxs. De forma similar al resto de compañeros, la colección de Cala tomaba su inspiración de la estética más urbana de la primera década de los 2000, contando en su haber desde camisetas de tirantes a hombreras.

El desfile de moda coordinado y con diseños de Daniel Cala ('El Calita') fue uno de los puntos álgidos de la programación. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Una vez finalizada la exhibición de los diseños de Daniel Cala terminó la programación de la exposición, pero eso no dio lugar al abandono del recinto por parte del público. Fue en ese punto cuando Gas explicitó su verdadero carácter social y celebrativo, ya que los asistentes, amparados por las tinieblas de la noche y el ritmo incesante, se dividieron en corrillos que se arremolinaban en los diferentes coches de la muestra para seguir con sus conversaciones. “Debe haber gustado bastante porque la exposición ha terminado y la gente sigue aquí”, afirmó Bonet ante el comportamiento del público. Gas se convirtió en lo que pretendía: una jornada artística que no tuviera nada que envidiar a las verdaderas noches de parkineo.

Y si década tras década el colectivo joven de la sociedad sigue cobijándose en los aparcamientos y polígonos industriales para evadirse del individualismo y la precariedad entre ruido, neumáticos quemados y cubatas tibios será por algo. Algo que en Cúmul entienden. Y se hacen cuenta de ello.

Componentes de Cúmul durante la exposición. De izquierda a derecha: Paco Rangel, Rodrigo García, Daniel Cala, Carlos Bonet, Niels, Mayte Vidal y Gerard Bomboí. Foto: Carme Ripollès (ACF).