- nomepierdoniuna - https://www.nomepierdoniuna.net -

Xoel López: “Necesitamos la música en directo para que las emociones reprimidas vuelvan a salir”

> Estamos con aforos limitados por la pandemia, pero has agotado las entradas en más de la mitad de las fechas que tienes previstas hasta agosto, incluida la del próximo sábado 27 de marzo en el Auditori de Castelló (19:30). ¿Qué sientes viendo que tu música puede servir de alivio o refugio en medio de esta situación tan difícil después de un año?
Es muy bonito, a mí me pasa con la música de otros, que también me ayuda. Y la verdad es que he ido a varios conciertos ya y la sensación es rara, sobre todo la primera vez, pero notas que te hace falta, que lo necesitas más que nunca. Creo que nunca habíamos estado tan privados de esta comunicación a través de la música, que al fin y al cabo no deja de ser eso, y las emociones están muy reprimidas y necesitamos ese canal para que salgan. Y yo me doy cuenta, tanto como público como desde el escenario, que es fundamental, que necesitamos regenerar esos canales para que las emociones puedan salir.

> Y eso se nota también en los conciertos, que se viven como acontecimientos a pesar de todo, ¿no?
Sí, claro, ves que la gente se emociona como nunca incluso. Igual que te digo que las giras no son lo que eran a nivel interno, porque se pierde mucha aventura, mucha alegría… es todo más gris, es decir, vas al concierto, haces la prueba, luego te vas al hotel, no hay más, no conoces gente, no hay capacidad de aventura, que es una cosa que todo el equipo y yo echamos mucho de menos. Aparte de los formatos reducidos… De hecho, leo mucho por ahí que dicen “en un formato nuevo apuesta por ir sin bajo”. No, no, a ver, voy sin bajista porque no puede ser, no porque no quiera, qué más quisiera. Nosotros la formación completa somos ocho…

> ¿Con qué formato vendrás al Auditori de Castelló?
Vamos a pasar de cuarteto a sexteto haciendo un esfuerzo terrible. Y me parece ya la hostia. En realidad es un poco locura, pero estoy apostando por la felicidad que me da también poder desarrollarme artísticamente al máximo posible. Ahora mismo me hace más feliz que seamos seis en el escenario que lo que pueda suponer eso a nivel de números y estoy apostando por eso. Eso es lo que a mí me da la vida y ya está. Con lograr unos mínimos para aguantar el año me parece que ya es triunfar de alguna manera.

> Las series también han sido una de las válvulas de escape más utilizadas por la gente en un año tan hogareño y tu música sale en una de las principales plataformas, Netflix, con El desorden que dejas. ¿Crees que tus nuevas canciones han llegado a más público precisamente por eso?
Sí, totalmente y sorprendentemente. No tenía ninguna experiencia parecida, bueno, había hecho cosas para alguna peli, pero no sabía lo que era poner una canción en una cabecera de una serie, que se vio en todo el mundo y que estaba en una plataforma muy potente. Y me sorprendió para bien, porque jolín, qué maravilla, me empieza a escribir gente de todo el mundo. Y lo más bonito es que es una ventana para el resto del repertorio. Yo noto que mucha gente se engancha y me dice: “Jo, no te conocía, ahora te descubro, me encanta…”. Esa canción (“La espina de la flor en tu costado”) es como un cebo para que la gente escuche lo demás. Y me parece, además, que si entras, después de tantos años, hay mucho para escuchar. La gente cuando entra se encuentra la casa amueblada, están los platos puestos y todo preparado: “Pase, pase…” (risas). Yo encantado…

“La canción para la serie de Netflix ha sido una ventana para que mucha gente conozca el resto de repertorio y, al entrar, han visto que la casa está amueblada”

> Al principio de la pandemia escuchamos mucho que nos estaba enseñando a priorizar y a saber cuáles son las cosas realmente importantes de la vida, pero también es cierto que, después de un año, estamos bastante hartos y todos hemos pasado por muchos estados de ánimo... ¿cómo lo estás viviendo tú?, ¿qué lectura haces?
Creo que es una época fea, horrible, gris… Yo no la considero de tanto aprendizaje, te pone en un lugar que dices “hay que pasarlo”, porque no queda otra. Sí, algo aprendes, pero no soy muy positivista en ese sentido. Yo aprendo a darme cuenta que me gustaba la vida como era antes, sobre todo por la parte de la libertad. Primero toda la parte trágica de toda la realidad, todas las muertes… pero, además, luego la falta de libertad de movimientos, horarios restringidos, gente arruinándose... Esto es un horror. Lo que estoy deseando es que se pase, que lo podamos trascender y después a ver cómo nos vamos recuperando. Yo estoy poniendo todo de mi parte, primero salvando también a mi equipo y llevando a la máxima gente posible de gira. Y poniendo mucho, mucho de mi parte. Pero te digo: trabajas por tres y recibes un tercio. Es muy ingrato. Es un año de mierda. Un año para olvidar. Pero bueno, aprenderemos a que somos resistentes unos más que otros y que, bueno… es que no sé… Sobre todo la primera parte, aquello de estar encerrado en una casa me parece una experiencia… También depende de cómo te toque, hay gente que le venía bien parar. A mí no, a mí no me hacía falta parar y me pilló totalmente en la dirección opuesta: yo estaba con ganas de hacer cosas, lo que hacía tenía que ver más con el otro que nunca, con la comunión, era un trabajo más coral, me apetecía mucho salir de gira… Yo me sentí bastante frustrado en ese sentido.

> En Si mi rayo te alcanzara, tu 15º álbum, se escucha un gran contraste entre canciones bailongas y sonidos latinoamericanos y otras muy intimistas y desnudas. E incluso las letras con más luces y sombras están entrecruzadas. ¿Esos claroscuros responden que la grabación fuera interrumpida por la pandemia o ya estaba todo cerrado de antemano?
Estaba cerrado, es un disco realmente compuesto antes. 2019 fue un año muy intenso, muy aventurero, justo lo contrario de lo que pasó después, y en esas aventuras, en esa intensidad, en ese camino, en esa búsqueda, en ese año tan vivido para mí, también hubo contrastes y creo que eso es lo que se refleja en el álbum. Porque recuerdo días “Joana” y días “Tigre de Bengala” y están todos reflejados en el disco porque los hubo, porque existieron. Recuerdo días más melancólicos y de caminar por Madrid a la deriva y otros días y noches de más fiesta y más diversión que están reflejados en “Tigre de Bengala” o en “Dancehall”, canciones que tienen más ritmo y alegría. Es la vida: hay momentos en los que a lo mejor hay menos picos y la cosa está más erosionada, más pulida, no hay tanta dinámica. Pero a mí en 2019 me tocó un año de bastante contraste, lo viví así, lo sentí así. Tengo la idea de que el disco es la historia de un rayo que sale de una nube negra que se libera y que fluye, que va pasando por diferentes lugares y se encuentra con todo lo que pasa. Tiene luz, tiene intensidad, tiene vida, tiene energía y también deja algún que otro destrozo. Como la propia vida.

> Y esos contrastes también llegan al directo supongo…
A lo mejor incluso más intensificados. Hay momentos mucho más íntimos, intensos, un par de canciones así más profundas y vamos a tope con eso pero, cuando se sube, se sube más de lo que se subió nunca. Hemos llevado esos contrastes al directo totalmente, sí.

“Espero que podamos trascender este año horrible, que ha fundido la escena. Yo estoy poniendo todo de mi parte, pero es muy ingrato”

> Aunque esa intensidad no se vive igual en los escenarios en los que ahora se puede actuar, auditorios la mayoría, que en las salas de conciertos o en los festivales. Imagino que eso también condicionará la forma de tocar...
Totalmente. Es una pena. Sí, yo siempre he sido de tocar en garitos a la vez que hacía la gira oficial, ya sea con un grupo de versiones que tengo o tocando en acústico, siempre he buscado la manera de mantener un pie ahí, porque es mi base, es donde yo crecí, donde me encuentro muy agusto… lo otro también, por supuesto, pero lo necesito, es parte de mi vida y, si no lo hago, lo echo de menos. Pero es verdad que el disco, joder, tiene momentos, tío, que son para bailar. Y, bueno, pues ves a la gente moviendo los brazos y hay una parte un poco frustrante. Y yo siempre digo, cuando termino los conciertos, que ya volveremos y haremos lo que no pudimos hacer. Esto queda pendiente para un segundo encuentro y lo haremos mejor.

> Hay un peligro cierto de que la pandemia se lleve por delante gran parte de la escena, tanto salas como festivales medianos y pequeños, como el SanSan de Benicàssim, en el que habéis estado anunciados tres veces...
Me parece el colmo, sí. Este año es la tercera vez que íbamos a intentar tocar en el SanSan y me parece que al final no se hace. Estuvimos el día que había caído la tromba de agua (abril de 2019), nos quedamos en Castellón a cenar y a dormir, pero no pudimos tocar. Y después ya vino la pandemia y es un concierto que tenemos ahí aplazándose y aplazándose… Me parece que el día que se haga será un símbolo de que ya todo vuelve a la normalidad. Pero es preocupante, sí, sobre todo para un gremio como el de la música, que siempre estuvo pendiente de un hilo, muy cogido con pinzas, y que de repente esta pandemia nos hace más daño. Porque no afectó igual a todos los gremios, pero a nuestro sector nos fundió. Y no sé cómo vamos a salir. Yo personalmente voy a hacer todo lo que pueda y poner todo de mi parte. Es lo único a lo que puedo aspirar.

“Lo del SanSan me parece el colmo, el día que se pueda hacer será un símbolo de que ya todo vuelve a la normalidad”

> El verano pasado flipamos con la electricidad que se aprecia en el vídeo de “Alma de oro”, con Ede y ese abrazo cantado... ¿quizás hay algo de eso “real” que pides en la canción?
“Alma de oro” la escribí pensando en algo que es muy de estos tiempos. Todo el mundo tiene un escaparate a través de las redes sociales, me da la sensación de que cada vez se fingen más las cosas: hay una supuesta alegría, intentas demostrar que todo te va de maravilla, nunca se muestran las cosas tal y como son, con los claroscuros, como decíamos antes…

> También me refería al vínculo entre la letra y cómo está grabado el vídeo, en un plano secuencia con la canción tocada en directo en un espacio público...
No lo había pensado así, pero la letra y cómo está grabado el vídeo tienen mucho que ver, es verdad. El vídeo pertenece a la Serie telemática, que empecé grabándola en casa en pleno confinamiento y, a lo largo de la desescalada, fuimos saliendo gradualmente fuera de casa y terminamos con este vídeo, fue el último que grabamos. Y realmente sí, es un vídeo grabado con mi móvil, no hay presupuesto, es todo muy pequeñito… éramos dos personas y los que estábamos tocando en un parque de Usera, en Madrid. Fue volver a la calle. El abrazo está basado en un videoclip de Peter Gabriel y Kate Bush, era una referencia que yo tenía, y en este contexto el abrazo tenía un sentido completamente diferente. Era el abrazo de todos. Flipé con la reacción de la gente, porque lo del abrazo les llegó al alma. En ese momento es lo que todo el mundo necesitaba. Ahora ya la gente empieza a abrazarse tímidamente, te tocas con el brazo, la gente se va soltando, pero entonces era algo impensable un abrazo.

> Precisamente acabas de sacar con Ede “Quemas”, una canción que rescatas de la época de Deluxe, ¿te siguen pidiendo y tú tocando canciones de antes de trayectoria en solitario?
A veces me gustaría que me las pidieran más (risas), a veces me da hasta un poco de pena pensar que ese repertorio se va olvidando. Me ha pasado tocar una canción de Delux y darme cuenta que hay la mitad de aplausos. Hay gente que claramente te seguía de antes y lo agradece, pero ves que ya hay mucha gente que no, que ya está en lo nuevo, en lo último que has hecho o en lo anterior… Es que el último concierto de Deluxe, con la coña, fue en 2008, hace 13 años ya. Entonces claro, va pasando el tiempo y Deluxe, al fin y al cabo, tampoco era Queen. Hay una parte del público que sí que lo agradece como algo muy especial, pero en términos generales no veo yo que haya esas ganas de escuchar canciones de hace 13 años para atrás.

> En realidad es buena señal también…
Es buena señal, sí, prefiero eso que vivir de rentas, pero a veces pienso, jolín, habrá que ir trayendo alguna canción de entonces, porque hay cosas de las que me siento orgulloso y todavía siento que para mí tienen una vigencia, que tampoco quiero desprenderme de ellas…

> De hecho en los últimos años has comentado alguna vez que tenías pensado sacar un recopilatorio de Deluxe...
Sí, lo llevo arrastrando desde hace años, diciendo que lo voy a hacer pero luego, al final, siempre me saco un disco nuevo de la manga y no hay manera. Pero sí que me apetece poner un poco de orden y recopilar.

> ¿Recuperando también algún tema de Lovely Luna?
Sí, te agradezco ya hasta la pregunta. A mí me encanta y es una cosa también muy personal… Yo entiendo que Lovely Luna no era tampoco muy masivo, lógicamente, era lo que era, pero sí que hay canciones que yo siento que rescataría. Y también me planteo, si hago esta recopilación, que hay dos o tres canciones que barajaría, por lo menos en una selección primera, que tendrían vigencia en un repertorio actual.

> ¿Cómo se plantea la agenda de verano después de un año de pandemia?
Este año, más que nunca, voy partido a partido, como dicen los futbolistas (risas). Ahora mismo solo pienso en Castellón y ya, lo que vaya a pasar este verano, me da igual; cuando llegue el momento se verá. Como todo está muy en el aire o se cae, pues ya no te ilusionas. Como autodefensa he hecho esto de no ilusionarme con una fecha hasta que estoy en la misma semana del bolo. Aunque es verdad que algo ha cambiado: yo esta semana siento que Castellón no se va a caer ni de coña, que lo que viene me da a mí que tampoco… Creo que lo peor, en ese sentido, ya lo hemos pasado…. quiero pensar.

“Como autodefensa, no me ilusiono con una fecha hasta que estoy en la misma semana del bolo. Pero algo ha cambiado: para Castellón falta más y siento que no se va a caer ni de coña”