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'Tabú' de Miguel Gomes, en el Espai d’Art Contemporani

Con Laurence Anyways (Xavier Dolan, 2012) debía terminar el ciclo cinematográfico ya reseñado del Espai d’Art Contemporani de Castelló. Un cambio en la estructura del ciclo de primavera (que volverá a finales de mayo) y la falta de estreno en salas de la película de Dolan han llevado a un cambio en la programación. En su lugar, esta semana, del lunes 22 al jueves 25 de abril se proyectará Tabú (2012) de Miguel Gomes (lunes, martes y jueves a las 20.00 y miércoles a las 22.00). La película de Dolan prometía ser una de las propuestas más interesantes del ciclo, y con ganas esperaremos que consiga llegar algún día, pero, sin lugar a dudas, el cambio ha sido todo un acierto.

Tabú fue seleccionada entre las mejores películas del año por Cahiers du Cinéma, Sight & Sound (en segundo lugar), Film Comment, etc. El film de Miguel Gomes, además de ser una de las películas que capaz de conseguir criticas mayoritariamente unánimes entre la crítica especializada, también ha cosechado importantes galardones como el FIPRESCI en la Berlinale, el premio del público en el Festival de Cine de Las Palmas, y el Gran Premio en el Festival Internacional de Cine de Gante.

Estos premios y consideraciones no hacen más que ratificar lo que es Tabú: una obra maestra del cine contemporáneo. Son diferentes las formas de ver el cine, y han ido evolucionando con el paso del tiempo. Clasicismo, modernidad, contemporaneidad. Se pueden hacer películas clásicas y modernas, pero la mirada del espectador, inevitablemente es contemporánea. En el mundo de las imágenes, unas se remiten a otras y nuestra mirada ya no es virgen. Reminiscencias e intertextos, saltan directamente a nuestra memoria cuando vemos una película o cualquier imagen. Nuestro imaginario ya no es vivencial, es visual. Y sobre esto construye su película Miguel Gomes.

Dividida en dos partes, que simplificando, podríamos clasificar del “cine contemporáneo” y el “cine clásico” el filme es una experiencia de descubrimiento para el espectador, traspasando así la barrera entre esas dos caras, jugando con la modernidad, aquel periodo que se preguntaba ¿Qué hay “detrás” de una imagen?. La primera parte se ubica en la actualidad, y la relación entre una anciana, su criada y su vecina. Y abundan los silencios, pero también las historias, las narraciones, la importancia de contar historias en un mundo que parece querer rechazarlas porque ya no son creíbles. Pero ¿tienen que serlo?

Tras la muerte de la señora se descubre un episodio de su pasado: una historia de amor ambientada en la África colonial. Aquí el filme es mudo, pero la narración se desborda y, sin articular palabra, los personajes parecen no callar. El cine mudo se combina con el melodrama clásico del Hollywood de oro, y el Tabú de Murnau (1931) resuena en cada plano, pero nunca es visible. Imaginería, cinefilia, romanticismo… un magnífico ejercicio de estilo diríamos, pero no. Algo más desprenden estas imágenes, algo más allá del estilo: pasión, emoción, aventuras como las de antes, con una mirada contemporánea.  La única forma de entender el magnetismo que desprende Tabú es yendo a verla, y el EACC la proyectará del 22 al 25 de abril con entrada gratuita.