Viernes 21 de octubre. Son poco más de las ocho de la tarde. Un grupo de chavales con cara de no haber roto un plato en su vida, acompañados por quienes parecen ser managers y técnicos, se acercan a la puerta del Four Seasons. Dentro, una sala repleta. Les esperan con ganas. Son fieles. Incondicionales. No hay duda: tienen tirón. Quieren ver a Supersubmarina en directo.
Media hora más tarde saltan al escenario. Empieza el... ¿concierto? Pues sí y no. Hay algo raro; parece que estemos escuchando un CD de un directo, mientras cuatro músicos hacen play-back. Se oye cantar (más que al propio vocalista) al público. El sonido es extraño, excesivamente perfecto, aunque sin brillo, sin alma. Y no tiene su origen en el escenario.
Estoy lejos del meollo. Me adentro entre un sinfín de brazos en alto (cada uno con su móvil para captar un trofeo que jamás superará al de la atención que no se prestó) y llego a un lateral del escenario. Allí el sonido es pésimo y casi inexistente. No hay monitores, mientras los amplis están castigados, en el suelo y de cara a la pared. Por eso el concierto no parece un concierto, porque todo el sonido pasa por mesa (y sólo por mesa) y sólo nos nutrimos de los altavoces de la sala. Supersubmarina castigó, seguramente sin quererlo, su directo. Contra la pared.
“Estamos muy contentos de tocar aquí, porque en las salas pequeñas está la esencia de los directos”, vinieron a decir nada más empezar. “Esperemos vernos pronto en un sitio más grande y con mejor sonido”, afirmaron como despedida.
Se equivocan. Sonaron bien. En voz baja, pero bien. Incluso demasiado bien... pero sólo a través del equipo de la sala. Buscando el equilibrio, nos robaron la esencia de la música en vivo.
Y fue una pena, porque Supersubmarina saben tocar y tienen qué tocar. Muy buen arranque y muy buen final, con algún valle en la travesía. Pero tienen cimas como “Niebla”, “Supersubmarina”, "Ana”, “LN Granada” o “XXI” que, por desgracia, sonaron a disco.
La búsqueda de la perfección sonora restó verdad a un buen recital.
Próximos conciertos en la sala Four Seasons:
>Sábado, 29 de octubre – Tercera Semifinal Concurso CASTELLÓN EN VIVO – Entrada gratuita
Actuación de 4 de los 12 semifinalistas de la décima edición del concurso, en el que nomepierdoniuna.net forma parte del jurado: El Bulevar Rojo, La Rana Manca, Subverssia y Under and The Takers. Uno de ellos, actuará en la final a tres en la que ya están clasificados los ganadores de la primera semifinal: The Last Band.
>Domingo, 30 de octubre – SUPAGROUP (New Orleans) – 12 €
Tras tres años de silencio y varias giras por España en donde pusieron todo patas arriba, el cuarteto de energy & roll liderado por los hermanos Lee vuelven a la actualidad musical y, como no, a los escenarios, gracias a su nuevo disco titulado Hail! Hail!, que presentarán a lo largo y ancho de nuestro país. La del vídeo de abajo es una de las nuevas píldoras de Supagroup.