Sessió Contínua empieza el año con fuerza ofreciendo una programación muy diversa que mostrará trabajos de varias escuelas de cine y otros premiados a nivel internacional, tocando temas como la creatividad artística y la actitud política a finales del franquismo, la crisis y la memoria. Los pases serán en el Menador Espai Cultural, los últimos jueves de enero, febrero y marzo, con entrada gratuita, a las 20:00.
La primera sesión tendrá lugar el 25 de enero y mostrará dos trabajos de alumnos del Máster en Documental Creativo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). La propuesta local será El viaje Glauber (2014), de Fermín Sales, quien presentará el corto y dialogará con los asistentes tras la proyección. El viaje Glauber sigue las pistas del rodaje de la película que el brasileño Glauber Rocha realizó en la España franquista en 1970: Cabezas cortadas, una historia de decadencia, poder y delirio protagonizada por un dictador latinoamericano. El cortometraje parte del fracaso del film para reivindicarlo.
De la realizadora chilena Carolina Astudillo, podremos ver su obra realizada para la UAB, De monstruos y faldas (2008), en la que Libertad, Enriqueta, Maricarmen y Albert evocan los años en que sus madres y su tía, respectivamente, estuvieron en la prisión de Les Corts. Sus historias infantiles nos sumergirán en un mundo que tiene como protagonistas los recuerdos, el olvido y el paso del tiempo. Con su primer largometraje, El gran vuelo (2014), Astudillo obtuvo la Biznaga de Plata al mejor documental en el Festival de Málaga y fue elegida mejor realizadora por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).
La segunda sesión será el 22 de febrero. La compondrán dos cortometrajes de cineastas salidos de la Escola Aixelà de Barcelona. Esta escuela tuvo un papel determinante durante el período franquista. Profesores como Pere Portabella, Miquel Porter Moix o Román Gubern dieron clases a cineastas como Rafael Menezo y Antoni Padrós, cuyos trabajos podremos ver en esta sesión.
En Castelló 69 (1970), Menezo intenta generar en nuestra ciudad un cine independiente, directo y experimental, subsanando la precariedad de medios con la riqueza creativa. El cortometraje desgrana los silencios culturales de una ciudad en la que coexiste un colectivo que va más allá de la realidad que le envuelve. En palabras de Juan de Nieves, antiguo director del Espai d’Art Contemporani de Castelló, que recuperó el film en el año 2008: “Éramos un grupo de universitarios con inquietudes, cada uno con nuestras guerras particulares, pero con ganas de hacer algo en nuestra ciudad para un urgente y necesario cambio social”. En una ocasión única, Menezo asistirá a la proyección y conversará con el público.
Fotograma de 'Castelló 69' de Rafael Menezo, una de las proyecciones del trimestre de Sessió Contínua.
Del cineasta de culto Antoni Padrós podrá verse uno de sus pequeños, pero no menos importantes, trabajos: Dafnis y Cloe (1969), un juego de interiores donde una pareja llega a la conclusión, después de hacer y decir muchas cosas, de que la única salida posible es la anarquía. Padrós cuenta con una breve pero intensa y reivindicable filmografía en la que destacan Lock-out (1973) y Shirley Temple Story (1975-76), galardonada en números festivales internacionales. En 2012 realizó L’home precís, demostrando que pese a sus 81 años sigue luchando con su cámara.
La tercera y última sesión del primer trimestre del año será el 22 de marzo, y mostrará dos trabajos de cineastas contemporáneas reconocidas. La segorbina Anna Juesas, guionista y productora del cortometraje ganador del Festival castellonense Cortometrando, Aniversario (2016), dirigido por Miguel Bixquert, acudirá al Menador para presentar y hablar de este corto grabado en Les Useres en el que Andreu y Emilia, dos ancianos que viven en el pueblo, intentarán borrar el recuerdo de un aniversario doloroso a través de un viaje hasta el mar.
Otra cinta ganadora es Los desheredados (2017) de Laura Ferrés, galardonada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes. El cortometraje es un retrato del padre de la directora enfrentándose al fin del negocio familiar. Pere Ferrés tiene 53 años y está a cargo de una empresa de autocares. La escasez de ingresos le obliga a realizar despedidas de soltero donde los clientes suelen destrozar el vehículo, pero el no está dispuesto a perder su dignidad.