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Osama de Agdabé: monarca entre barro y maíz

Además de 'Osama the King', algunos de los últimos trabajos de Ana R. Leiva son 'Muestreo' (sobre las identidades), 'Cita previa' (reflexionando acerca de la burocracia), 'Grafías' (buscando los restos de la actividad humana') y 'Hyder' (relacionado con el agua). Foto: Carme Ripollès (ACF).

Shakespeare inmortalizó los últimos instantes de vida del rey Ricardo III con la célebre frase “mi reino por un caballo”. Son muchos los que serían capaces de renunciar a todas sus posesiones y condiciones en el último minuto, cuando las situaciones se tornan adversas. Por suerte, ese no es el caso de Osama.

La fotógrafa Ana R. Leiva conoció a este monarca desterrado en la mañana del día de Todos los Santos de 2018. La artista estaba visitando algunos cementerios valencianos para un proyecto fotográfico cuando en un solar cercano le sorprendió una construcción fangosa que le recordó a su viaje al continente africano en el año 2000. La curiosidad la llevó a acercarse al montículo y conocer al autor de la edificación: un monarca que vivía entre barro y maíz. Según el soberano, Osama era rey de Agdabé: una región nigeriana cuyo nombre quiere decir “maíz” en su lengua local. Osama tuvo que migrar y dejar su reino atrás, y con su llegada a València se decidió a tratar de reconstruir su feudo para que sus raíces no cayeran en el olvido. Para ello, Osama emprendió dos grandes tareas: construir y escribir compulsivamente.

Entre sus posesiones, Osama conservaba alhajas que mostraban su consideración nobiliaria. Foto: Carme Ripollès (ACF).

El rey tenía que reedificar su reino, así que empezó a aprovechar el suelo calizo para construir hogares e, incluso, monumentos como un reloj que canalizaría la energía vital de sus ancestros. Pronto, su parcela tomó la forma de una pequeña ciudad de color rojizo. Y al mismo tiempo que su entorno se llenaba de edificaciones, también se atestaba de letras. Osama escribió la historia de su pueblo allá donde pudo: esculpida en sus propias construcciones o por las vallas publicitarias y el mobiliario urbano de las calles colindantes. También, para dar forma a un reino próspero y recio dibujó en su cuaderno sus propias monedas (acuñadas con su rostro, como no podía ser de otra manera) y su bravo ejército.

Ana R. Leiva estuvo en contacto con el rey de Agdabé durante ocho meses, conociendo sus aspiraciones como rey desterrado y testimoniando con sus fotografías su arduo trabajo por recuperar su reino. En cambio, la incomprensión de algunos vecinos y la ocupación sin propiedad del solar en el que garantizaba su legado dieron lugar a que una mañana de julio de 2019 las excavadoras arrasaran sus dominios y Osama fuera trasladado a un hospital psiquiátrico.

La fotógrafa mantuvo el contacto con Osama durante su estancia en la unidad psiquiátrica y se ha decidido a visibilizar sus acciones mediante la exposición Osama the King en la Llotja del Cànem, que permanecerá activa hasta el sábado 17 de abril (además, para ese mismo sábado hay programada una visita guiada con inscripción previa necesaria). También a continuar con el proyecto mediante la publicación del libro infantil Osama, el rey de Agdabé y un documental sobre arte y enfermedades mentales. Así como una futura exposición con los dibujos del propio Osama. “El centro es algo conocido, los límites de cualquier cosa son donde siempre pasa lo más interesante”, afirma Ana R. Leiva.

Osama trató, tras haber perdido su conexión con su reino, que la historia de su región no cayera en el olvido. Y pese a que su nueva patria se convirtiera en escombros por la mano occidental, la historia del reino de Agdabé sigue presente en las calles y ha dejado huella en la localidad valenciana que fue vecina de su segundo reinado.

Ana R. Leiva confirmó el seguimiento de 'Osama the King' mediante varios proyectos complementarios. Foto: Carme Ripollès (ACF).