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Levante DEP Castelló

El cierre definitivo del Levante de Castelló. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Fue el periódico que más informó sobre el Caso Fabra y sus tejemanejes cuando eso repercutía en la cuenta de resultados. El de las causas medioambientales. El más cultureta hasta que la crisis de 2008 le dio la primera gran embestida. El primero que normalizó el nombre de la ciudad de Castelló. Y, para Nomepierdoniuna, era el periódico en el que trabajaba nuestra colaboradora fotógrafa Carme Ripollès y en el que, durante su primera etapa, cerró miles de páginas de deportes nuestro compañero Manolo Bosch. También era el diario en el que firmaba el periodista que mejor escribe en esta ciudad: Enrique Ballester. Fue. Era. El Levante de Castelló, aunque nos abrume la rabia, ya no existe. El miércoles 19 de junio de 2019 soltó de malas maneras su última edición después de casi 30 años en la calle y en internet. Sin despedir a sus lectores y con toda su redacción, acompañada de colegas de profesión, amigos y lectores, colapsando la calle Zaragoza en protesta por el cierre.

El Levante de Castelló, para el que suscribe, también era el periódico de María Fabra antes de hacer carrera en El País, de corresponsal a responsable de Nacional en Madrid; de Txema Rodríguez y aquellas impagables crónicas sobre el sainete del pantano de María Cristina; de Xipell dibujando con ingenio la actualidad; de Paqui Tercero transformando en noticia con mordiente ruedas de prensa y documentación infumable sobre temas de medio ambiente; de Nacho Martín desgranando sumarios del juez Garzón sobre yihadismo en Castelló; de Ximo Genís salvando con su conversación los soporíferos saraos con los que instituciones y empresas trataban de agasajar a directores y delegados de periódicos en apuros; el de Eva Redondo, Susana Barberá (controlando los temas de educación más que los propios consellers), Jordi Ruiz, Dídac Bellés, Yolanda Peris, Vicent Gamir, Ángel Sánchez, Carlos Pascual, Ramón Pardo, José Antequera, Ana Burgos (y su locura de compaginar fines de semana en el periódico con la oficina de prensa del Rototom), Liria Erviti (enseñando los vericuetos de los antiguos juzgados de la plaza Borrull), Daniel Llorens (hablando de su colección de discos de Marisol en las esperas de las ruedas de prensa de Ascer), Joan Mestre, Roger Lorgeoux, Juanfra Roca, Iván Fernández (y su sombrero), Jordi Maura, Chelo Torrejón, Ana Torregrosa, Pepe Beltrán, una larga lista de ex compañeros que se enrolaron en el Heraldo de Castellón (Javier Soriano, Vicent Rios, Ana González, Eloi Aguilar, los hermanos José Luis y Miguel Ángel Sales, Patricia Robles...). Y Emilio Regalado, a quien le tomamos prestado el titular, batallando hasta el último día.

Además, el Levante de Castelló fue, desde su nacimiento y hasta la crisis de 2008, un referente en cuanto a información cultural, de la mano del periodista Mario Almela y colaboradores como el cronista de la ciudad Toni Gascó o el programador teatral Antoni Valesa. Era el periódico en el que Enrique Ballester escribía sus divertidísimas crónicas del FIB y los sueltos sobre conciertos del ciclo Sons. Precisamente, una de las razones por las que Nomepierdoniuna tenía su razón de ser a partir de entonces fue el vacío que dejaron cuando la sección prácticamente se esfumó en las páginas y en la web de la edición de Castellón.

Y estamos muy agradecidos del trato que siempre dispensó el periódico a Nomepierdoniuna. Desde aquellos años en los que el diario publicaba nuestra selección de conciertos de la programación alternativa de las fiestas de la Magdalena hasta el reportajón por el 10º aniversario de la web a toda página. Había mucha complicidad ahí...

Su redacción de la calle Zaragoza, este miércoles colapsada por decenas de personas incrédulas por su cierre definitivo, esa por la que pasaban manifestaciones de la Farola abajo, ante sus ventanales, esa que cambió el tráfico rodado por el Tram y las bicis, ya no contará más historias. Se mudan al polígono Vara de Quart de Valencia, donde está la redacción centrla del Levante-EMV,  y a la carretera Almassora, donde tiene su redacción el Mediterráneo, periódico que absorberá a la minoría de trabajadores que mantiene sus puestos de trabajo.

Todo ello fruto de una operación empresarial por la que el grupo Prensa Ibérica, propietario del Levante-EMV y del Levante de Castelló, compró el Grupo Zeta (El Periódico de Catalunya, Sport), al que pertenecía Mediterráneo. Al parecer, las dos cabeceras no eran compatibles y se ha roto la cuerda por el lado más débil. La información en Castellón será, a partir de ahora, menos plural, y eso nos empequeñece. Pero lo cierto es que la culpa también la tenemos los que ahora lloramos el cierre, por no haber ido más al quiosco, por no pagar la suscripción en la web, por no compartir más sus informaciones en redes sociales.

Esperamos que nuestros compañeros y compañeras de profesión sigan informando pronto en otros medios.

"Para ser buen periodista hay que ser buena persona". Foto: Carme Ripollès (ACF).

Último día en la redacción del Levante. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Concentración en las oficinas del Levante de Castelló. Foto: Carme Ripollès (ACF).