- nomepierdoniuna - https://www.nomepierdoniuna.net -

La sesión grabada de Nervo triunfa en la edición más complicada del Arenal Sound por el temporal, con The Kooks y Mika cumpliendo como cabezas de cartel

Las gemelas australianas Nervo fueron las grandes triunfadoras del Arenal Sound 2015 en número de espectadores. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Caras serias, reflejando cierta tensión, el domingo en la carpa de prensa del Arenal Sound. A las 18:00 estaba anunciada la convocatoria para hacer balance de lo acaecido entre el 28 de julio y el 2 de agosto y anunciar si el festival continuaba o no en Burriana una vez concluido el contrato en vigor. El nuevo gobierno municipal (PSOE, Compromís y Podem Borriana, aliados como Acord per Borriana) exigía que el municipio no corriese con los gastos derivados de la celebración del evento. Seis horas duró la reunión decisiva y sobre las 17:20 se llegó a un principio de acuerdo: habrá Arenal Sound en Burriana del 2 al 7 de agosto de 2016, según anunció la alcaldesa Maria Josep Safont, secundada por Santiago Zorío y Cristopher del Moral. Las condiciones aceptadas por la organización se basan en asumir 100.000 euros en conceptos de seguridad y de limpieza, que hasta ahora corrían a cargo del Ayuntamiento, así como crear una bolsa de trabajo para empadronados de la localidad, que también serán los primeros en poder comprar los abonos  (para el público en general se pondrán a la venta el 15 de noviembre). “El Arenal Sound fue creado para Burriana”, sentenció el director del festival, David Sánchez, a sabiendas de que las condiciones van a variar de manera sustancial en materia económica y desoyendo algunos cantos de sirena para trasladarlo a localidades vecinas. Además, se implicará en actividades diversas de promoción a lo largo del año.

El resumen de la edición de 2015, la sexta en la historia del festival, apunta –según datos de la organización- a 260.000 asistentes en el total de los seis días, con escasa venta de entradas de día (un tope de 200). Pero por lo que más será recordado es por las tormentas, que el jueves y el viernes cancelaron un total de 14 actuaciones –The Hives y Vitalic, las más lamentadas-, aunque recuperando a The River & Sandro y la de Nervo. Y los más afectados, los campistas, que vieron sus zonas de acampada –la B del Arenal se reducirá a 4.000 personas- inundadas y embarradas.

A pesar de que faltó información más inmediata por parte de la organización (sus comunicados tardaron horas y se limitaban a indicar que se suspendían conciertos), desde el Ayuntamiento se reaccionó facilitando el traslado a los campistas hasta espacios municipales (Llar Fallera, Casa de la Cultura La Mercè y pabellón Sant Blai), al que se acogieron 890 personas la primera noche y 1.300 la segunda. Aun así, se pecó de exceso de confianza por parte municipal en la jornada del viernes, dado que se anunció que había un “riesgo cero” cuando todas las previsiones climatológicas apuntaban de nuevo a un 100% de probabilidad de lluvia y, con independencia de la eficacia en el drenaje en el recinto, en las zonas de acampada iba a caer agua sobre mojado. A pesar de los inconvenientes y de que fueron unos miles quienes decidieron abandonar el festival, la mayoría aguantó hasta su finalización y no hubo que lamentar daños personales.

Tom Odell brilló en la última jornada del festival. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

En el apartado musical de los tres últimos días (aquí la crónica de martes a jueves), triunfaron las australianas Nervo, recuperadas desde la jornada del viernes y que el mismo domingo protagonizaron tres sesiones en distintas ciudades. Mientras los rockeros se lamentaban de que no se hubiese actuado igual con The Hives –la organización renegoció con los grupos cancelados-, las gemelas consiguieron el mayor aforo de esta sexta edición, alcanzado la línea de público hasta el escenario secundario… ¡con una sesión que estaba grabada! Más éxito incluso que el teórico cabeza de cartel de esta edición, Mika, abandonado por quienes prefirieron las sesiones de DJs en la playa (el sector más joven del público, en su mayor parte). El apartado guitarras fue sostenido por los ingleses The Kooks, quienes se embarcaron en un túnel del tiempo que les dejó diez años atrás, cuando las canciones más coreadas ahora en Burriana eran las que escalaban por las listas de éxitos británicas.

EL VIERNES 31, MÁS TORMENTAS Y SUSPENSIONES

Después de la tormenta, Zahara. Foto: ACF Fotografía.

Y, tal como estaba anunciado en las previsiones climatológicas, el viernes 31 de julio también llovió y además con viento. Lo hizo en la medianoche, cuando el espacio del Arenal ya parecía que se iba a salvar de un capítulo de tormentas que afectaba en toda La Plana. Llegó justo después de acabar Funambulista su actuación en el escenario Inside y ya enfilaba The Shoes la recta final en el secundario, al tiempo que en el principal se preparaba todo para The Hives.

Tomó el recinto un aire continuado y poderoso que hizo temblar algunas partes de los tres escenarios, al tiempo que levantaba la arena de la playa. Algunas estructuras comenzaron a moverse de manera peligrosa y un par de minutos después empezó a caer la lluvia con fuerza. Fue un episodio que en total no alcanzó la media hora de duración, pero que volvió a encharcar toda la zona interior y, de manera más preocupante, las dos zonas de acampada. De nuevo, movimiento de Policía y ambulancias de manera preventiva. Comentarios en las redes de todo tipo, desde quienes criticaban la falta de una mayor información a quienes se lamentaban por la cancelación de actuaciones. Y de nuevo, traslado voluntario de campistas a centros municipales de la localidad.

Después del temporal de la noche anterior, Zahara había abierto la jornada, y lo hizo de manera muy animada, transmitiendo sus ganas al público presente, bastante numeroso para ser las siete de la tarde. Con una banda más que competente a su alrededor, con miembros de Mucho y The Right Ons, puso al público a saltar y corear, fundiéndose con ellos. Se adentra cada vez más en terrenos eléctricos

Desde delante del escenario secundario (Negrita) ocupado por la familiar de Joaquín Sabina se podía observar la acumulación de público en el principal (Desperados) y también la riada de público que hacia allí se dirigía. Grupo con tirón para la tarde: Supersubmarina, como el día anterior lo había sido La Pegatina. Con ese tono épico que le conceden a sus canciones, arropadas por guitarras potentes, consiguieron en su tercera presencia en el Arenal que el numeroso público cantase cada letra. “Hasta que sangren”, “Kevin Mc Alister”, “Arena y sal”… Todas. Van de festival en festival y representan un fenómeno similar al de Love of Lesbian o Lori Meyers, partiendo de terrenos indies y convirtiéndose en música de masas, pero con un público una década más joven.

Supersubmarina suben al escenario principal. Delante, decenas de miles de fans. Foto: ACF.

Ese mismo público que en su mayor parte pasó por delante del escenario secundario sin hacer caso a su ocupante de ese momento, Carlos Sadness. “Desde aquí se distingue a los canis, que se van a hacer botellón, de la gente normal, que ha venido a escuchar música”, comentó el barcelonés, quien el pasado año fue quien más asistencia tuvo en el Bus –pese a su demora de una hora- y que esta vez tampoco se pudo quejar. Subieron al escenario dos bloggeras y Zahara, y a pesar de no ser la alegría de la huerta, jugó con un público a favor que disfrutó de sus temas indie folk con ukelele incluido.

Pero ese mismo público joven que poco caso le hizo a Sadness sí acudió en masa a la zona de la playa ante la llamada del murciano Diego Cantero y su Funambulista pop, con mucho poder de atracción que los rockeros Ecoband, el sonido británico de los vitorianos The Good Reasons o Pol.

Sin The Hives, los británicos The Subways representaron la propuesta rockera de esta sexta edición en el escenario principal.  Entre el punk pop de Green Day y el grunge de Nirvana, el trío mixto demostró su experiencia. Canciones con mucha energía, a base de riffs, brincos y melodías. “Rock and roll Queen” fue su momento más conocido dentro de una actuación con más energía que temazos. Su cantante y guitarrista, Billy Lunn, puso el punto y final lanzándose en tromba sobre la batería, que acabó desmontada.

The Subways, rock para el escenario principal. Foto: ACF.

The Shoes vivió el momento más peligroso del festival. La formación francesa de electro rock estaba despachando su repertorio –que tiene en “Time to dance” su momento más conocido- con diferencia de opiniones: desde los entusiasmados a quienes sólo se habían acercado por curiosidad y no acababan de conectar. Temas rodeados de fondo oscuro que de pronto sufrieron la irrupción de unas fuertes rachas de viento balanceando algunas partes de los escenarios. Actuación suspendida. Acto seguido, tromba de agua, y el resto de la noche cancelada con The Hives llorado por los rockeros, mientras Nero y Nervo dejaban a los dancers con las ganas.

SÁBADO DE NOSTALGIA

Después de los problemas de la noche anterior, por fin el sábado se pudo hablar sólo de música. Las bajas asistencias a los conciertos de Hola a todo el mundo, un grupo que se ha trasladado del pop folk al electrónico, y de los murcianos Second que con la impetuosidad electrónica de temas como “Autodestructivos” se ganaron coros y botes, hacían temer una desbanda de sounders, pero no, como se vio unas horas después.

La Habitación Roja, veinteañeros veinte años después. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

La actuación nostálgica para el público indie fue la de La Habitación Roja. “Fa vint anys que tenim vint anys”, soltaron para empezar. Un repaso, y además cronológico, a dos décadas de carrera, más el tema “Taxi a Venus”, la novedad de su recopilatorio  veinteañero-cuarentañero. “Mi habitación”, “La edad de oro”, la melódica y melancólica “Si tú te vas”, el final con “La moneda en el aire”, “Ayer”… Fan o no del grupo, es muy probable que alguna de esas melodías haya sido escuchada, tal vez inconscientemente, aunque quienes les vieron sabían perfectamente qué iban a escuchar.

En la playa, Los Aslándticos tomaban el relevo de La Sra. Tomasa para convencer a base de simpatía (son de Córdoba) y canciones pegadizas y muy festivas. Tal como indica su nuevo disco, están Vivos!

The Kooks cumplieron de sobras en su papel de cabezas del listado no dance del sábado. Resolvieron cualquier duda sobre la presencia de público y congregaron una masa que se extendía a lo largo y ancho de muchos centenares de metros. Era su segunda vez en el Arenal y, tal vez porque una década atrás era uno de los grupos ubicados en buenos puestos de la escena británica, sus canciones parecían conocerlas prácticamente todos los asistentes. En 2014 editaron nuevo disco, Listen, pero no son esas canciones las que mejor funcionan, sino que se mantienen como principales bazas “Naive”, “She moves on her own way” o aquel “Seaside” que abría el primer disco, Inside in inside out (2006), interpretado por la voz y la guitarra acústica de Luke Pritchard. Aun así, los coros de una de las más nuevas, “Bad habit”, tuvieron un buen eco.

The Kooks repasaron los temas que diez años atrás les dieron fama. Foto: Arenal Sound.

Y de la efectiva combinación de ritmo de The Kooks a The Ting Tings. ¿Quién no se deja llevar por “That’s no my name”?, aunque la fórmula del éxito de su directo se base en rescatar aquellos temas anteriores que les dieron a conocer. Y les sigue funcionando, y lo saben. Katie White, con chuleta escrita en castellano para dirigirse al público incluida, y Jules de Martino jugaron con la combinación de algunos de sus temas más conocidos, el sonido bailable del dance y un directo que aumentaba en contundencia según avanzaba. Sabían cómo tenían que llenar el escenario principal, y lo hicieron.

Los que parece que también saben dónde está el premio son Dorian. Canciones como “Cualquier otra parte” parecen ser el cebo perfecto. La banda nacional de indie-pop electrónico presentaba nuevo trabajo, Diez Años y un Día (2015), una recopilación de temas anteriores con los que celebran, precisamente, diez años. El trabajo trae nuevas sonoridades, experimenta, de la misma manera que Dorian lo hace con sus directos; añadiendo incluso una parte acústica. Aunque la mayoría sólo quería que estallase “La tormenta de arena”.

Y antes de que un joven Zedd alargase la energía alimentada por The Ting Tings, consiguiendo ser la primera propuesta electrónica que el tiempo deja disfrutar en esta edición, el escenario Negrita daba paso a Neon Jungle. La girl band hizo lo que hace una girl band; ni más, ni menos. Simple.

Citizens! pasaron sin levantar grandes pasiones. Tal vez su elegante pop bailable era demasiado suave para una medianoche de sábado, cuando la mayoría de los presentes quieren danzar de un modo más salvaje. Se marcaron momentos simpáticos, como la sorprendente interpretación del clásico bolero “Bésame mucho” con un manto atmosférico.  Soltaron su tema más conocido, “Lighten up”, en el tercer lugar y salvo algún arranque bailable mantuvieron al  público en modo “tiempo de espera hasta The Kooks”. Lo mismo les ocurrió a Sunset Sons. Algunos cantaron con muchas ganas melódicas canciones como “She wants” (sobre todo), pero salvo los más convencidos, el resto ya estaba esperando que cambiase totalmente el ritmo con The Ting Tings.

La piscina es el espacio preferido por los sounders. Foto: Ángel Sánchez (ACF Fotografía).

El que tampoco se quedó atrás el sábado fue Rayden. La primera propuesta rap que aparece en el festival, y parece que, como ya pasara con el reggae con Green Valley el jueves 30, y viendo la respuesta del público, puede que el género se convierta en habitual en el cartel. El mc madrileño, acompañado por un impresionante Mediyama y un siempre hábil Dj Mesh, mostró su cara más hip hop –contestando a las habladurías-. Despertó pogos, saltos, cuellos y brazos de la misma manera que todos cantaron al ritmo de un íntimo “Nunca será siempre”. También aprovechó para hacer su #Declaraciondeprincipios.

El relevo de la playa fue para la rumba de Canteca de Macao; disminuyendo el ritmo del resto de propuestas de la jornada a esas horas y coincidiendo con The Kooks. Viajaron “Pal sur” con la alegría que caracteriza a sus canciones y la dulce voz de Anita Kuruba; también aprovecharon para adelantar su próximo trabajo con “Acuérdate”.

NERVO GANAN LA PARTIDA EN UN DOMINGO DE TARDÍO DESPERTAR

El ambiente estuvo muy relajado durante la tarde del domingo. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Los domingos siempre saben a pereza (para la mayoría) y se notó en las primeras horas vespertinas. Para ubicar a dos de las propuestas de DJs, The River & Sandro y Nervo, se procedió a reestructurar los horarios, para desesperación de los fans de los murcianos Neuman y del propio grupo, que no parecía exactamente contento con su reubicación a las 18:00. Además, la distribución no se dio a conocer hasta un par de horas antes, por lo que fueron unos cuantos quienes se quedaron sin poder de reacción. Tampoco los veteranos Niños Mutantes, en el escenario principal, disfrutaron de una copiosa asistencia, e incluso pocos minutos antes de arrancar los granadinos todo apuntaba a que podía ser una de las actuaciones con menos asistentes en el escenario principal en la historia del Arenal, aunque a la hora de la verdad hubo una cantidad decente de público, hablando de centenares. Peor lo tuvo en la playa La Bien Querida. Su propuesta, cada vez más electrónica, no tuvo la chispa para captar a un público nómada poco deseoso de escuchar propuestas de sentimientos interiores y sí de desplazarse hasta el camping para prepararse para las opciones descaradamente bailables de la última noche.

El escenario Negrita también se dejó llevar por propuestas con mucho carácter. Como es la del cantautor indie Nacho Vegas; uno de esos nombres distintos que asoman tímidamente por el cartel (como con Ángel Stanich) y a las que merece la pena prestar atención. Nacho Vegas, antes de lanzar “La gran bomba final”, dio un toque irónico y crítico a la vez que extrañamente dulce a la tarde del domingo, con todas esas realidades y personajes que son sus canciones e historias. Le relevó la increíble inyección de energía de We Are Scientist. La banda americana llegaba a Burriana para divertirse, y así lo hicieron con un concierto que sufrió la espantada habitual a esas horas del recinto pero que poco a poco fue sumando.

Nacho Vegas, todo un referente del indie nacional. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

Toundra aproximó hasta la arena al público más rockero. Su fórmula no es la más sencilla de digerir: rock potente instrumental, decibélico, stoner, con pasajes contundentes e interludios atmosféricos. Con una vía tan poco comercial han conseguido salir del circuito experimental e introducirse en festivales con la etiqueta indie, como el propio FIB. Su potencia fue seguida con atención por un público por encima de los 30. Tampoco resultó muy numerosa la asistencia para ver en acción al trío Amatria, el grupo que en realidad es el proyecto del manchego Joni Antequera. Entre el pop y la electrónica, vivieron sus mejores momentos hacia el final con “El golpe” y “Chinches”, dejando el escenario al rock de Dinero, unos habituales en este festival que van a lo suyo: ritmos bien marcados y contundentes. Dentro de un ámbito más alternativo, con algún eco a lo Rage Against The Machine, pero no acercándose a su potencia ni desarrollo, Don Broco provocó algunos botes entre un público no demasiado numeroso que ya esperaba a Mika.

Pero lo que sucedió el domingo en el escenario principal es de análisis, porque deja una señal clara de cómo es y qué quiere la mayoría del público del Arenal; guste o no. El mejor caso: el paso de Nervo a Mika. Las hermanas, compositoras, cantantes, modelos y ahora también dj’s, Nervo, pueden jactarse de haber hecho el mayor lleno en esta edición del Arenal Sound. Ni Mika, uno de los platos fuertes pudo con las hermanas. Tras haber suspendido la actuación de Nervo el jueves por la lluvia, la organización cumple con el deseo del público mayoritario y programa a las dj’s el domingo a las 23.00 (pese a que se trataba de una propuesta más propia de la madrugada, pero por motivos de agenda se tuvo que programar a esa hora). Puede parecer que se trata de un producto, y lo cierto es que Nervo lo es. Todo pensado para que enganche: dos chicas modelos con un estilo marcado, proyecciones y juegos de luces sobre el escenario, una buena lista de hits de la que hacer uso e incluso coreografías ensayadas para cada canción. Y el público del festival encantado y excitado. Aunque lo cierto es que de técnica y originalidad, hubo poco. Similar al caso Nervo, pero en menor escala, aterrizaba en el escenario de la playa Madds, el nuevo producto en formato dj que utiliza una conocida marca de gafas para promocionarse. Pues eso: hay gente que lo compra y gente que no, pero como propuesta artística... ejem.

Mika cantó, bailó, tocó el piano, rezó una oración y habló en castellano. Foto: Luis Crown (Arenal Sound).

Mika no consiguió llegar al lleno de las hermanas, pero dejó un directo impecable. Su particular voz y juegos en los tonos ya es suficiente reclamo para disfrutar de él, pero si encima se le añade su entrega total sobre el escenario, todo va a mejor. Una ciudad como decorado, un piano y “Relax, take it easy”, así empieza un directo que Mika consigue mantener en el mismo nivel. Bailó, cantó, tocó el piano e incluso se atrevió con el castellano.

Una sensación similar es la que dejaba un poco antes un jovencísimo Tom Odell. Demostrando que está alejado de ser un simple fenómeno fan británico, su increíble voz, siempre acompañado por su inseparable piano, consigue que apetezca quedarse pegado al suelo a escucharle. Cautivó al público, también gracias a la banda que le acompaña en los coros y la percusión, y su hilo de voz maravilló. “Another love” cuadró a la perfección con el atardecer en Burriana.

Los cambios de programación y de horarios del domingo produjeron cierto desconcierto entre el escenario principal y el secundario. Un caso de esto fue el paso de Mika a Sandro & The River, y de éstos a Everything Everything. Probablemente los últimos fueron los más perjudicados por los cambios, ya que tuvieron que actuar a las 04.00 de la mañana cuando el público ya sólo tenía ganas de electrónica y fiesta, y pocos pararon atención al pop electrónico de Everything Everything. Una lástima.

Al 'sounder' le gusta bailar a cualquier hora. Foto: ACF.

Pero a esas horas, y normal después del chute de Nervo y Sandro & The River, el público sólo tenía ganas de continuar con Vinai y con los encargados de cerrar esta edición del Arenal Sound. The Zombie Kids (que también estuvieron el sábado por la tarde por sorpresa pinchando en el camping Malvarrosa) decía adiós con el escenario de la playa a reventar y acompañados de Mbaka y el mc Costa (“Mi yemaya”). Los zombies son la apuesta segura del festival y un cierre a ritmo de “Face” aún lo es más. Electrónica, juegos de colores y de luces y ganas de hacer show es el gran reclamo de las madrugadas del escenario de la playa, por donde también han pasado los siempre divertidos –aunque con la fórmula un poco desgastada- Space Elephants y Elyella dj’s, que al ser cancelada su actuación se programaron para el sábado, entre otros. Hablando de dj’s, más tímidamente y en una de las carpas del festival, volvían por segundo año consecutivo al Arenal Sound el colectivo local Waweekends para conseguir atrapar a esa gente que cruza de un escenario a otro (y muchos se quedan).

OPINIONES DE TESTIGOS DE ESTA SEXTA EDICIÓN

Foto: Ángel Sánchez (ACF).

·Pablo Alfieri: "Mucha descoordinación a la hora de organizar un festival tan grande. La lluvia les dejó KO, sin saber reaccionar, y después no hicieron más que ir de chapuza en chapuza reubicando grupos ya suspendidos. Para colmo, el domingo contratan a dos dj's que lo único que hicieron fue adelantar a grupos sus horarios, con el consiguiente problema para el público al avisar sólo con cuatro horas de antelación. No hubo nadie en esas primeras horas, con mosqueo de los artistas. Incluir a Nervo en el cartel fue una pifia porque para eso es mejor intentar reubicar artistas como The Hives que sí estaban en el cartel y no actuaron por la lluvia, o La Pulquería. Se están confundiendo con tanta música electrónica, pero si es lo que quieren, veo que durará muy poco este festival".

·Jordi Rochera: "Desastre de edición. Como ocurrió en otras ya pasadas, cada vez que sale un imprevisto, la organización reacciona tarde y mal. No puede ser que todos recibiéramos información de las tormentas que venían y cómo afectaban en los pueblos vecinos y desde la organización sólo hablaran de lo bonito que era todo. El viernes tuvimos suerte que no cayera como en Benicàssim o Castellón. El domingo mucha gente no se enteró de los cambios de horarios. He leído a gente que se perdió a la banda que más quería ver por este cambio. Todo por hacer un favor a los que se habían perdido nombres importantes de electrónica: esa gente que no entra al recinto hasta las 3 de la mañana, no cena allí, no consume en barras. A veces da la sensación de que la gente que vamos por la tarde mantenemos el festival para que otros vayan después de fiesta. La electrónica y La Pegatina llenan; el indie para treintañeros paga. Todo un lío para que subieran dos chicas que aportan bien poco (play a canciones antiguas de otros mientras gritan "Put your hands in the air") y a deshora, porque tenían compromisos más tarde. En cuanto a lo estrictamente musical, el cartel era flojo y repetitivo en gran parte. Hay nombres que casi siempre están. Una pena no ver a The Hives, para mí lo más interesante del festival. Los 33€ de entrada los amortizo con unos cuantos conciertos, pero ninguno que recordaré toda la vida. Nacho Vegas, Arizona Baby, Tom Odell, Delorentos bajo la lluvia (lástima del mal sonido)...".

Foto: Ángel Sánchez (ACF).

·Aarón Rodríguez: "En mi caso el problema ha sido una bajada del nivel del cartel abismal con respecto al año pasado. Cuando salió la lista definitiva de artistas me quedé con la sensación de que quitando cuatro excepciones, el indie y el pop rock de una cierta exigencia estaban mal y poco representados. El maltrato a grupos españoles y a ofertas no electrónicas es antológico (recuérdese también el año pasado con Sidonie con un cabreo del copón por el mal trato de la organización o a Lourditas aka Russian Red, que tocó cuarenta minutos y salió del escenario sin decir palabra). Están perdiendo público "de calidad" para darle cancha a los amantes de la música electrónica, que entran tarde, mal y ebrios. Si el FIB retoma la línea de este año, no me extrañaría que se los llevara por delante".

·Indies de Pacotilla: "Quizá el error de base es tratar al Arenal como un festival musical al uso, como un FIB, un BBK o un Primavera, cuando no tiene nada que ver. El asistente tipo de la mayoria de festivales de música nada tiene que ver con el del Arenal. El Arenal es básicamente una fiesta. Una juerga de seis días con playa y música de fondo, a bajo coste y para un publico sensiblemente más joven que el de otros festis. El 90 % no va con la música como motivo principal.Y por tanto le vale casi cualquier banda sonora, siempre que le permita saltar y bailar. En el horario también se nota. En un festival normal, el "prime time" es de 10 a 2. Aquí empieza a las 3 de la mañana. Así parece entenderlo también la organización, y a tenor de los números, hacen bien. Por eso no vamos a cuestionar determinadas decisiones, cambios de programación o hasta el cartel en si mismo. Aunque no nos gusten. Porque, a nosotros nos podrá parecer mal, pero no representamos, los asiduos a otros festivales, como "target" ni al 5% del festival. Y el 95% restante, parece contento. De hecho, lo único que esperamos es que la organización siga siendo piadosa con nosotros y siga manteniendo una programación en horario tarde-noche que, a pesar de contar con una reducida afluencia de publico, nos sirve para ver interesantes conciertos con una inversión escasa, a cuatro pasos del escenario y con una calidad se sonido mas que decente".

·Roberto Chordá: "Demasiadas dudas organizativas para aglutinar 50.000 personas en un festival de esta magnitud. A las primeras de cambio, con mal tiempo, reacciones tardías ante una infraestructura preparada sólo para el buen tiempo, sin recursos suficientes para afrontar problemas serios que afortunadamente no llegaron y se quedó en dos ligeras trombas de agua no excesivas. Las mejoras previstas en algunas zonas reflejan aún vacíos organizativos en otras, y un festival con 6 años de experiencia no se puede permitir esas licencias: fallos en flujos de evacuación en la tormenta, evacuación de algunos heridos o necesitados de asistencia sanitaria, lagunas en la evacuación que tienen que ser suplidas por Ayuntamiento, Policía local y Cruz Roja (ausente en el festival pero siempre al lado de las personas en caso de emergencia), realojos que pudieron salvarse porque muchos recogieron y se marcharon a casa; de no ser así sumaríamos el primer fracaso tras 6 años. A nivel musical, urge mejorar las comunicaciones con los asistentes. Los cambios de horario deben llegar a aquéllos que quieren ver los conciertos y más aún si aguantan toda la semana pese a los problemas, y por una mala planificación de la organización se quedan sin ver a sus principales grupos. De seguro que se lo pensaran mucho para volver al Arenal Sound. Parece ser que han visto donde están los problemas; tienen un año para trabajar en ellos y solucionarlos. Que escuchen a la gente de la calle, a los propios sounders, a los vecinos, que aprendan dónde mejorar y esperemos que en 2016 podamos disfrutar un nuevo éxito del Arenal Sound con mejor sintonía con la población de la playa y reduciendo las molestias de salubridad existentes año tras año".

*Opiniones recogidas en el Facebook de Manolo Bosch a través de un encuesta abierta a cualquier interesado en manifestarse.