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La Gossa Sorda 'respira' de nuevo en el Feslloch

La cultura y la música en valenciano se encontraron en el Feslloch. Foto: Carme Ripollès (ACF).

Con los años, ocho ya, el Feslloch se ha convertido en la cita estival de la música en valenciano. Benlloch da cobijo a la música, la cultura valenciana y el compromiso durante tres días. Esta octava edición del festival, que ha tenido lugar del 10 al 12 de julio, ha venido marcada principalmente por el regreso de La Gossa Sorda, las despedidas de Agraviats y Mugroman y la gran cantidad de nuevos grupos que llegaban al festival. Un escenario principal exterior y el auditorio son los enclaves por los que han pasado gran cantidad de grupos y artistas. El Feslloch tiene una esencia propia que va desde el ambiente que se puede respirar en el camping, hasta la intimidad de un escenario cerrado, relajarse en la zona chill out y poder disfrutar de la música en directo hasta casi las ocho de la mañana. Y así durante tres días.

Lo más concurrido, como siempre, han sido las actuaciones musicales. Un protagonismo que ha compartido con otras cuestiones de rabiosa actualidad como el conflicto de Palestina, el movimiento anti-fracking en las comarcas de Castellón, la plataforma Petroli no, Columbretes netes y la lucha por acabar con el sexismo y los estereotipos, entre otras. Porque, al fin y al cabo, el compromiso y el mensaje crítico también forman parte del Feslloch y lleva ocho años caminando con el festival.

Y qué mejor momento para entender en qué consiste todo esto que, aprovechando la reaparición de La Gossa Sorda, conocer qué esconde una de las jornadas del festival. Concretamente la del viernes 11 de julio, que consiguió reunir, según la organización del festival, alrededor de 7.000 asistentes.

Música y conciencia. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

La Gossa Sorda era el gran reclamo de esta edición del Feslloch. Hace más de un año que el grupo anunciaba un parón por un tiempo entonces indefinido; incluso una de sus voces, Josep Nadal, daba comienzo a un nuevo proyecto junto a Joan Palomares, Vertigen (nombre que, por cierto, se podía leer en su camiseta). El escenario principal del Viña Rock 2014 fue el primer testigo de su vuelta. Algo que ahora también ha podido comprobar Benlloch. Son una de las bandas más significativas de la música en valenciano, ayudando a que ésta llegue más lejos y consiga ir más allá del territorio de habla catalana; y, tras su parón, todo indicaba que sus siguientes pasos serían analizados con lupa.

La Gossa Sorda, los más esperados del Feslloch. Foto: Asun Pérez.

Pues lo cierto es que La Gossa Sorda demostró sobradamente que siguen sonando como siempre, que no han perdido su esencia, sino que más bien la han recuperado, y que su nuevo trabajo, La Polseguera (2014), no es ni más ni menos que otro buen grapat de canciones que suenan a ska, rock, reggae y punk con mensajes contundentes y cargados. Vamos, que suena a Gossa.

El escenario principal del Feslloch se llenaba hasta los topes para recibirles. Se podían notar las ganas de volver a ver sobre un escenario a los de Pego, y lo cierto es que cumplieron con todas las expectativas. La Polseguera (que se puso a la venta y en descarga libre el pasado 10 de julio a través del Bandcamp del grupo) en directo suena realmente bien. Temas como “Aire”, “La polseguera” y “La nostra sort” recuerdan a aquella Gossa que parece que nunca se haya bajado del escenario, pero que, a la vez, llega renovada. La dolçaina que nos sabe a terreta, batería y guitarras que dan fuerza y ritmos ska y reggae que recordaron a muchos lo bien que suena La Gossa Sorda.

No podían faltar. Además de conocer La Polseguera, el Feslloch volvió a recorrer las calles de Cuitat Vella con els “Camals mullats”, se volvió a respirar y se nos aceleró el corazón, y también sonaron clásicos como “Cassalla Paradise” y “Quina calitja” que devolvían a aquellos conciertos de antes. Así que, tras su actuación en el Feslloch se puede afirmar que, La Gossa Sorda, ha vuelto.

La Gossa Sorda vuelve a los escenarios con 'La Polseguera'. Foto: Asun Pérez.

Pero antes de la polvareda de La Gossa Sorda, abría la segunda jornada del escenario principal –con un sol que difícilmente dejaba ver algo, y que molestaba más que acompañaba- Pau Alabajos. Esta vez el cantautor actuaba con banda, por lo que, además de musicar algunas de las letras de Vicent Andrés Estellés, también se pudo disfrutar de algunos de los temas de sus primeros trabajos. Pau, como siempre comprometido con su música, recuperó temas para recordar un Gaza de “1948” (que bien podría ser el de 2014) y el accidente del metro de Valencia; sin olvidar “Inventari”, “Sense equipatge”, “Tinc una mania inconfesable” y otras canciones que acompañaban a un sol que, justo cuando empezó a esconderse, sonó un perfecto “Utòpics, idealistes, ingenus”. Y así, apareció la enorme luna –casi- llena en el Feslloch.

El cantautor Pau Alabajos abrió la segunda jornada del escenario principal. Foto: Asun Pérez.

Los siguientes fueron La Caixa de Gel, grupo en valenciano de Alicante que llegaba al festival a presentar su primer trabajo Somnia (2013). Una buena –y joven- mezcla de rock y ska, en la que cabe destacar el papel de los instrumentos de viento, y a quienes acompañó por sorpresa en “Avançar” Javi Ivànyez, voz de Mugroman –que, después de 12 años, se despedían de los escenarios en el festival esa misma noche también-.

Reivindicando la calidad de la música en las comarcas de Castellón, así se despidieron Agraviats, para quienes su concierto en el Feslloch formó parte de la  gira de despedida que acabará pasado el verano (con cita en la Consulta del Dr. como colofón). Porque mientras unos venen, otros se’n van. Pero, pese a las despedidas (con Andrea Roselló –cantante- que en un momento de la actuación apenas pudo contener la emoción), la fusión de estilos de los de Borriol convirtió el triste adiós en una fiesta a la que poco a poco se fue añadiendo más y más gente, como si la música de Agraviats les hubiese llamado.

Agraviats se despide de los escenarios. Foto: Carme Ripollès (ACF).

El particular rock de l’horta de Bajoqueta Rock también consiguió llenar el escenario principal. Presentaron su último disco, Vint-i-cinc anys fent l’haca a base de mucho cachondeo, como es habitual en el grupo. Una apuesta con trazo grueso, extravagante y de l’horta que choca un poco con el resto de propuestas y grupos que pisarían el escenario, pero que parece que a un notable número del gente sí que convenció, gustó y disfrutó.

También hubo vida después de la gossa

Curiosamente –o no- el relevo de La Gossa Sorda lo cogió el nuevo proyecto de Joan Palomares (la otra mitad de Vertigen), Prozak Soup. Ellos mismos se definen por apostar por una nueva sonoridad y lo cierto es que, al verles en directo, se puede decir  que es totalmente cierto. Algo así como electrónica, rap y post-hardcore en forma de un muy reciente Imbècil (2014), que en directo sonó crudo, muy directo, excitante y diferente.

En la serigrafía de la camiseta de Joan aparecía otro de los protagonistas del festival. Y es que fueron muchos los artistas que se subieron al escenario con camisetas en las que se podía leer ZOO. Se trata del nuevo proyecto de Panxo (Orxata Sound System), en el que busca formar un colectivo de rap en valenciano y que está empezando a coger forma.

Prozak Soup, liderado por Joan Palomares. Foto: Asun Pérez.

Y, poco a poco, la enorme luna fue devolviendo su protagonismo al sol, que empezaba a asomar tímidamente mientras el escenario principal lo pisaba Atupa. No debe ser fácil cuando tu concierto se programa a las 06.30 de la mañana; cuando ya pocos son los que aún quedan –resisten- por el festival. Pero que no se diga que la gente del Feslloch no tiene aguante. Cerró el escenario Expansió Pack (2014), rap con pinceladas de electrónica que dejaron muy buen sabor de boca (que tal vez a otra hora se habría podido disfrutar mejor) y que consiguieron que la gente aguantase hasta el final; y es que, ¿quién se resiste, por mucho que sean las siete de la mañana, a unas buenas rimas sobre un remix de Skrillex? Cerraron como toca el segundo día de festival, con un nuevo EP que sonó realmente bien, una más que correcta combinación entre rimas y bases de electrónica que acaban ya con aquellos chicos de instituto y muestra una propuesta más que válida que está creciendo, y que lo está haciendo como toca.

Y con tan sólo un día de los tres que ofreció el festival, y robándole las palabras a Pau Alabajos sobre el escenario, se puede proclamar que: “Llarga vida al Feslloch”.

Feslloch 2014. Foto: Ángel Sánchez (ACF).

_foto de portada público durante el concierto de Bajoqueta Rock, por Carme Ripollès (ACF).