Zea Mays forma parte de esa escena euskaldun que ha conseguido demoler barreras, demostrando que un sonido atractivo está por encima de la falta de comprensión de las letras; eso que llevan décadas practicando los grupos ingleses y norteamericanos sin que a nadie del resto del mundo le importe ni le moleste. La contundencia de Berri Txarrak se ha paseado por medio planeta, Willis Drummond, Zuloak y EsneBeltza también han seguido los pasos de veteranos como Betagarri, y en ese pelotón cabecero se sitúan los bilbaínos Zea Mays, con esa libertad absoluta de movimientos que les hace sonar pop o descargando un stoner rock contundente, pasando por ritmos bailables; la misma que les ha hecho crecer disco a disco. En medio de la presentación del séptimo, Da, este sábado, 10 de mayo, visitan La Consulta del Dr. de Castellón a partir de las 23:30, con entradas a 8 euros (anticipada) y 10 (taquilla).
Ya son diecisiete los años que Airoa Renteria (voz), Iñaki Imaz (guitarra), Rubén González (bajo) y Asier Besabe (batería) –todos amigos y miembros fundadores- llevan moviéndose por los estudios de grabación y los escenarios –Japón incluido tras su quinto disco, Morphina-, aunque fue con su sexto, Era, cuando el cuarteto recibió un importante empujón hacia adelante gracias sobre todo a su tema “Negua joan da ta”, con una repercusión sobresaliente en YouTube y en el ahora moribunda MySpace.
Después, tres años sin novedades de estudio pero sí en directo –escenarios de Canadá e Inglaterra incluidos- hasta reaparecer a finales de 2013 con Da (significa “es”), un trabajo en el que por primera vez han contado con un productor ajeno al grupo, y su punto de mira ha apuntado bien alto: el británico Dave M. Allen, responsable del sonido de discos clásicos de The Cure, entre 1984 y 1992, como Disintegration o Kiss me, Kiss me, Kiss me; The Sisters of Mercy, Wire, Nene Cherry o The Mission, y a quien conocieron casualmente de veraneo no muy lejos de sus casas.
La variedad estilística que en otros casos conduce a la indefinición y lleva al despiste del oyente, que suele responder con el desinterés, en el caso de Zea Mays encaja sin problemas. Tal vez sea la apasionada manera de cantar de la también compositora Airoa Renteria o el hecho de que, en el fondo, sea un grupo de rock, la que permite encajar el puzzle. Todo lo que es Zea Mays está en Da, y ese es el propósito de titular así este séptimo larga duración, una vez empleada ya la fórmula de utilizar el nombre del grupo, truco que y desgastaron en su debut, en 1998, y que de inmediato les granjeó la simpatía de la revista musical Mondo Sonoro, la publicación que siempre ha apostado más por este grupo y a la que se han ido sumando adeptos en forma de múltiplos.