Oriol Pla carga con toda la representación de 'Ragazzo' y sale victorioso. Foto: Àlex Pérez.
'Ragazzo'. Producción de Tot Terreny, escrita por Lali Álvarez, con Oriol Pla como actor. Paranimf de la Universitat Jaume I. Viernes 16 de marzo de 2018. Hora: 20:00-21:30. Unos 150 espectadores.
Aquel viernes 20 de julio de 2001, Carlo Giuliani pensó en irse a la playa. El mismo pensamiento que el día anterior. No lo hizo. Prefirió acudir a las manifestaciones anti cumbre del G-8 que se desarrollaban en su ciudad, Génova, tomada a modo de sitio militar. Se metió en el meollo del choque entre los defensores de la antiglobalización y los policías que custodiaban la zona roja de la ciudad, donde se encontraban reunidos los dirigentes de los países más poderosos del planeta. En pleno enfrentamiento violento, Carlo acabó muerto por el disparo de un joven carabinieri que hacía frente a los manifestantes que les rodeaban (según la versión oficial). La dramaturga Lali Álvarez escribe esta historia en Ragazzo, eliminando los nombres propios. Un trabajo para Teatre Tot Terreny en cuyo proceso de preparación se entrevistó con la madre y la hermana de Carlo. Lo hace concediendo el punto de vista único al personaje que interpreta el joven actor catalán Oriol Pla, quien repasa los tres últimos días de la vida del protagonista ("los jueves siempre pasan cosas buenas"; de los viernes no dice nada). Y Oriol, que había trabajado con Lali en Jo mai de Iván Morales, resuelve con sorprendente brillantez para su edad (24 años) este solo interpretativo.
El reto para Oriol Pla no es nada fácil. Avalado por papeles en series televisivas como El cor de la ciutat o películas como Truman, durante una hora y media ha de contar al espectador -al que espera acostado en una cama situada en el escenario- sus pensamientos vitales, sus anécdotas y sus fobias (acabar siendo una estatua de piedra como símbolo le horroriza) para, finalmente, convencerle de que ha abandonado la habitación de un edificio okupa para meterse de pleno en una batalla callejera entre manifestantes que quieren hacer uso del derecho de moverse con libertad por la ciudad y policías que protegen la zona roja.
Solo cuenta con la ayuda del sonido -desde la música bailada a la del vigilante helicóptero-, luces y elementos de mobililiario como una cama, una mesa y una estantería. Oriol, además, rompe la pared escénica para contar cara a cara al espectador lo que narra justo en ese momento. Necesita de sus habilidades interpretativas y de una notable condición física. Y sale ganador del reto con apabullante suficiencia. El público del Paranimf de la UJI, puesto en pie, se lo reconoce con una larga salva de aplausos. A sus 24 años, Oriol -hijo de Comediant- demuestra por qué ha sorprendido a público y críticos, quien tienen el foco puesto en su futuro.
El protagonista comparte sus pensamientos con el público al tiempo que realiza sus quehaceres diarios en su casa okupa. Foto: Àlex Pérez.
En el año de su estreno (2015), Ragazzo recibió el Premio de la Crítica de Barcelona al mejor espectáculo para jóvenes y Oriol el de actor revelación (tenía entonces 22 años). El Premio Serra d’Or al mejor espectáculo teatral del 2015 completó sus galardones. Como colofón, un consejo desde el escenario: "No os quedéis con las versiones oficiales". La realidad es necesario buscarla desde varios ángulos. Una obra que trata de remover conciencias. Un reivindicativo y comprometido teatro de la memoria.