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El Pub Terra cumple 30 años. "Aquí igual viene gente de Podemos que del PP, cabe todo el mundo"

Colorido cuadro que se puede ver en el interior del Terra para celebrar los 30 años y en el que aparecen clientes habituales. Obra de César Carballeda.

>La celebración del 30º aniversario del Pub Terra consistió en una jam session que tuvo lugar el 9 de marzo, algo típico de cada miércoles. Desde fuera daba la impresión de que, al ser una cifra redonda y significativa, prepararíais algo más especial.
La fecha del aniversario fue exactamente el 28 de febrero, pero cayó en plenas fiestas de la Magdalena, por lo que no íbamos a hacer nada especial. Una vez pasadas las fiestas, le pusimos el nombre de “30º aniversario” a la jam, pero no hemos previsto nada más.

>Pero el 30º aniversario durará todo el año, aún habrá tiempo para preparar algo…
No lo hemos pensado así. Preparamos merchandising para los clientes habituales, a quienes hemos incluido también en un cuadro especial que tenemos colgado sobre una de las puertas. Pero no vamos a hacer mucho más. ¿Qué podríamos hacer… un concierto? Ya los hacemos varios días a la semana.

>¿Cuándo se produjo el relevo del Terra de padres a hijos?
Mío, en propiedad, lo es desde hace cinco años. Mi hermano Adrián lleva siete.  De todos modos, ya llevábamos años trabajando aquí e incluso manejando el pub. Mi padre delegaba bastante y antes del cambio, digamos “oficial”, ya lo llevaba yo. Aunque en realidad, mi hermano y yo llevamos toda la vida en el Terra. Hemos vivido encima del pub y hemos formado parte del Terra desde siempre.

>Y yendo más atrás, ¿cómo se les ocurrió a tus padres, Toni y Maribel, poner en marcha el Terra?
Mi padre tenía un bar en la calle Segorbe llamado Argelita. Luego montaron un hotel en Tarragona, pero querían instalarse en Castellón. Así que volvieron y pusieron en marcha el Terra. En aquel entonces, mi hermana, Maider, tenía 5 años; yo, 4; y Adrián, medio año.

Día de la apertura del Pub Terra, el 28 de febrero de 1986. De izquierda a derecha: Maider Bachero, Antonio Bachero, Álex Bachero, Maribel Ruiz y Adrián Bachero.

>Tenéis estudios universitarios tanto Adrián como tú. Sin embargo, habéis preferido dedicaros al Terra, con los pros y contras que tiene estar al frente de un local de copas.
Hacernos cargo del Terra ha sido algo natural por lo que te he comentado. En realidad, no es tan duro estar al frente. Por ejemplo, tenemos dos días libres a la semana y las horas trabajadas vendrán a ser unas cuarenta, o ni llegamos a esa cifra. Eso sí, son horas más raras, diferentes a las que está trabajando la mayor parte de la gente.

>Mientras otros locales parecen tener una clientela definida que se corresponde con ciertos gustos musicales o incluso sociales, en el Terra puedes encontrar de todos los tipos. ¿Qué definición darías del Terra?
Ecléctico. Un lugar de reunión de gentes muy diferentes. Hay desde estudiantes universitarios, gente de negocios, punkies de 18 años, rockeros de toda la vida… Aquí igual viene un político de Podemos que uno del PP. En el Terra caben todos sin problema alguno. Esa característica tan variopinta es un logro conseguido por mi padre.

>¿En los directos también hay tanta variedad?
Creo que el Terra se diferencia de otras salas que programan conciertos en el hecho de que a otros sitios el público va a ver actuaciones de estilos específicos, mientras que al Terra viene a los conciertos gente que ve conciertos únicamente porque viene aquí. Una buena parte de ellos no va a otro sitio para ver música en vivo. No paga por un directo. Aunque en el Terra vamos a introducir algunos directos de pago, lo que nos permitirá acceder a artistas a los que no podemos aspirar si no es cobrando entrada. Así, el 2 de abril tendremos a Poncho-K. Pero haremos un par al año, ya que la línea general seguirá siendo el de entrada gratuita. Además, los de pago serán a horarios distintos, no a las 23:30.

Imagen de un reciente concierto de El Chamuyo, con el muro del Terra separando al público.

>¿Qué criterios seguís para hacer las programaciones musicales?
Que los grupos tengan calidad y que traigan gente. No olvidemos que esto es un negocio y, se quiera o no, interesa que quien venga a tocar arrastre público. Sólo así salimos ganando el local y el grupo. No tenemos problema en hacer las programaciones. En septiembre abrimos la agenda y muy pronto la llenamos. Ahora estamos en marzo y ya la tenemos completa hasta el parón del verano.

>Es curioso que te haya oído decir unas cuantas veces que estos últimos años han sido los mejores del Terra en lo económico, justo cuando la crisis ha apretado a todos.
Y a nosotros también, pero nos hemos tenido que adaptar. La clave está en seguir ofreciendo calidad, pero sabiendo que la gente no consume lo mismo que antes. Una prueba de esa adaptación es que cobramos las bebidas a un precio más barato que hace unos años.  Sin embargo, los gastos del local no bajan. Eso provoca que hayamos tenido que cambiar cosas, como pasar de pagar fijos a los músicos a hacerlo según recaudación en barra.

>De entrada, no gusta demasiado al músico lo del porcentaje.
Pero es una cuestión de adaptación al momento. La gente no gasta ya tan alegremente como antes. Ahora lo tiene todo más contado. De todos modos, un grupo que traiga gente puede conseguir una mayor cantidad que antes. Hay músicos a los que no les gusta, pero hay que tener en cuenta que un local tiene una serie importante de gastos que no es fácil recuperar. Por ejemplo, cada vez que servimos una Coca-Cola, el 40% se va en impuestos (IVA e IRPF), y con el 60% restante has de hacer frente a gastos de local, músicos… No es tan fácil. Luego también hay que tener en cuenta que toda la recaudación que podemos hacer es con bebida. Con nuestra licencia no podemos servir comida, ni dejar entrar a menores… algo que sí pueden hacer otros locales que, en principio, no están concebidos para conciertos.

Los miércoles son las noches de las jams, con el guitarrista Jordi Vidal al frente.

>Resulta curioso que lo que funciona para el Terra no parece servir para otros locales. Son varios los que han intentado programar los jueves y no ha habido manera. Incluso con las jams ocurre algo muy similar.
Con las jams ya llevamos cuatro años con Jordi Vidal al frente, pero antes estuvimos dos años con Leandro. Ahora hay más músicos que participan en ellas porque, entre otras cosas, ahora hay más músicos. Tal vez sea cuestión de crisis y gente que antes se dedicaba a trabajar y no se ocupaba tanto de la música, ahora sí lo hace. En cuanto a la respuesta de público, pues depende en parte de las tradiciones. En Castellón siempre ha sido un clásico de los jueves ir a las Tascas y al Terra. Los miércoles tenemos las jams… Unos cuantos martes, la Erasmus Band, y suele acudir gente de empresas de paso por Castellón. Este local siempre ha sido muy de entre semana, aunque los fines de semana son muy intensos.

>El Terra sigue manteniendo las escalas de edad: desde quien lleva 30 años apareciendo por aquí a la gente más joven. ¿No tenéis vosotros ese vacío de jóvenes?
Pues la verdad es que no. Si miramos la página del Pub Terra en Facebook vemos que la mayoría de los que la visitan tienen entre 18 y 24 años. Es decir, interés hay. Pero que te vaya un público u otro también depende de lo que programes. Hay bandas que sabes seguro que te van a atraer a gente ya con cierta edad, las de rock clásico, por ejemplo, en las que el público se hace mayor al mismo ritmo que el grupo. Pero hay otros estilos que funcionan bien en cuanto a jóvenes, como las fiestas reggae.

Las fiestas reggae se han incorporado con éxito a las programaciones musicales del local de la calle Ramon Llull.

>¿Hay límites estilísticos para la música en el Terra?
No sonará reggeaton (risas). No acostumbra a sonar música considerada “comercial”, ni tampoco electrónica.

>Hemos hablado de la música, pero cada mes tenéis una exposición de pintura, fotografía o escultura. ¿Qué criterio seguís en este apartado?
Que nos guste, nos resulte interesante y se adapte a las condiciones del local.

>Toda la vida metidos en el Terra. Anécdotas…
Pues uno de mis primeros recuerdos es que un cliente me tiró una cerveza por la cabeza por pesado… También recuerdo que Julio, quien trabajó aquí y es ahora propietario de L'Ovella, venía con un fox terrier… Vino El Gran Wyoming como cliente y se lo aconsejó a Pablo Carbonell. A la semana estaba aquí. Pablo se subió al escenario y acabó en gayumbos. Cuando Raimundo Amador vino al Festival Internacional de Jazz de Peñíscola, pasó por el Terra y se empeñó en montar una jam. Pedía una guitarra y sólo teníamos la de mi hermano, con sólo tres cuerdas, pero acabó montando la fiesta. El primer concierto que hicimos de pago fue de Javier Krahe, al que trajo Luis Óscar García, de Metrònom. Estábamos en la prueba de sonido y Krahe estaba tan tranquilo tomándose una copa. Le dijimos: “Señor Krahe, ¿puede subirse al escenario para ver si suena todo bien?”. Subió, cogió el micro, dijo “suena bien” y se bajó.

>¿Qué ha cambiado en líneas generales en el ocio nocturno de Castellón en estos treinta años?
Antes salía la gente con 2.000 pesetas y con ellas cenaba y venía al Terra; ahora se miran incluso los céntimos… En lo que se refiere al ocio en la ciudad de Castellón, ha ganado fuerza el centro y la ha perdido la periferia. Creo que tiene mucho que ver los puntos del carné de conducir.

>Los dueños de pubs y locales de música en vivo soléis quejaros de lo complicado que es salir adelante, pero algunos de ellos ya se acercan a los diez años, se siguen abriendo salas y, en vuestro caso, ya rompéis toda media de longevidad. ¿Cuál es la realidad?
Del negocio de los pubs se puede vivir, pero no forrarse. Aunque algunos parecen enriquecerse con este negocio, no es así la realidad.

Imagen de 2011 que repite el esquema de la fotografía del día de la inauguración del Pub Terra.