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El IVAM se instala en el Museu de Belles de Arts de Castelló con una muestra creativa de postguerras

'Art en una terra erma, 1939-1959', primera exposición del Ivam en el Museu de Belles Arts de Castelló. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es).

Art en una terra erma, 1939-1959 es el título de la primera exposición integrada en el vínculo establecido entre el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) y el Museu de Belles Arts de Castelló. Una relación que ya tiene garantizada, al menos, una muestra más, el próximo año, aunque "sin querer interferir en la capacidad de autonomía a la hora de programar" del espacio ubicado en la avenida Hermanos Bou que gestiona el Institut Valencià de Cultura (IVC) a través de Alfonso Ribes. Así lo ha comentado Nuria Enguita, directora desde a finales de verano del 2021 del IVAM y una de las comisarias, junto a Teresa Millet y Nacho París, de esta exhibición de arte en períodos de postguerra, tanto la Civil como la Segunda Guerra Mundial. "Queremos romper nuestros muros y que el IVAM sea nómada". La consecuencia es la muestra de alrededor de 150 piezas, que van más allá de la pintura y la escultura, para incluir audiovisuales y documentación impresa en papel que ofrecen mayor información sobre esas etapas de transformación. La inauguración para el público tendrá lugar el jueves 19 de mayo (19:00) y se extenderá hasta el 4 de septiembre.

Alfonso Ribes, Nuria Enguita, Nacho París y Teresa Millet. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es).

El punto común de Art en una terra erma, 1939-1959 es el período que sigue a una guerra, un tiempo de reconstrucción, aunque bajo circunstancias generales diferentes según donde se ponga el foco. En el caso español se instauró la dictadura franquista; en el europeo se eliminaron totalitarismos fascistas. Eso sí, existen rasgos comunes que parten de la necesidad de reconstrucción en todos los ámbitos, "sobre una tierra yerma", acompañada por dolor, deseo de una realidad distinta, migraciones, represiones..., y una traslación de esos nuevos tiempos al territorio del arte, buscando romper con el pasado.

Según han explicado sus comisarios, "cuando se hace recopilación de una etapa, a veces se deja fuera la parte poética. Nosotros hemos querido incluirla a través de los nombres de los tres espacios expositivos". La titulada "Verdor en la nostra terra árida" se inspira en el texto que Luis Cernuda le dedicó a Lorca. "Desterraments" apunta a John Elliott. "Com qui espera l'alba" es deudor, de nuevo, de Cernuda.

Tres salas diferenciadas

"Verdor en la nostra terra" se centra en la España dirigida por el régimen franquista en las décadas de los 40 y 50. Dentro de su control absoluto de la producción artística, con la censura planeando sobre toda propuesta, no faltó el intento por parte individual o de pequeños colectivos de mantener el espíritu innovador. En los años 50 sí se registró una ligera tolerancia que se plasmó en formas abstractas más difíciles de controlar por la censura y, especialmente, en el arte sacro. La intención de acercarse a los EE UU en plena Guerra Fría fertilizó esa permisividad.

En este apartado es posible contemplar obras de artistas como el inconformista Manolo Gil, quien desde Valencia puso en marcha los grupos Z y Parpalló, apostando por una pintura alejada de la luminosidad de Sorolla y más deudora del tenebrismo barroco y el pincel de Van Gogh. También el fotógrafo José Miguel de Miguel (Cartagena) aparece en el muestrario, plasmando a dos mujeres jugando al ajedrez. La fotografía documental de Francesc Català i Roca (Valls), el autorretrato de la también poetisa vanguardista Jacinta Gil (Benimàmet), la escultura de Jorge de Oteiza (Orio), la pintura de Manuel Miralles... Curiosamente fue la parte católica del régimen la que permitió utilizar formas más atrevidas a través de la abstracción, como lo muestra el "Estudio para Vía Crucis" de Carlos Pascual de Lara. Tampoco falta la primera obra adquirida por el IVAM (en 1985, antes de la construcción de su sede): "Crucifixión" de Antonio Saura. La publicidad permitió alguna de las creaciones del innovador y reverenciado visionario granadino José Val del Omar. Chillida, Tàpies, Andreu Alfaro... Y representación castellonense, con la compositora Matilde Salvador y "La filla del Rei Barbut", con texto de Manuel Segarra.

'Crucifixión' de Antonio Saura (izquierda), un cuadro histórico para el IVAM, en la entrada de la exposición.

Desterraments apunta a los artistas que huyeron tanto del franquismo como del nazismo alemán. Esas emigraciones ayudaron también a los países de acogida, principalmente México y Estados Unidos, a sus respectivas renovaciones artísticas. La figura más emblemática en este apartado es Luis Buñuel durante su estancia en tierras mexicanas, destinos también de los Hermanos Mayo, quienes fotografían a Frida Kahlo, con cigarro en mano y una llamativa vestimenta. La pintura surrealista de Óscar Domínguez (San Cristóbal de la Laguna, reubicado en París) también cuelga de las paredes, en un estilo muy distinto al de Monika Buch, valenciana que ha desarrollado gran parte de su vida en Alemania y los Países Bajos.

En primer término de la pared lateral, una obra sin título de la valenciana Monika Buch. Foto: Carlos Pascual (slowphoto.es).

Com qui espera l'alba acoge obras de artistas que se quedaron en sus respectivos países para dar forma a unas nuevas formas, rupturistas con las anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Un camino que llevó a la exploración o a la potenciación del elemento visual, en detrimento del narrativo, de la subjetividad. El arte se toma a sí mismo como motivo. Dentro de esta exposición ocupa menos espacio físico en la sala temporal del Museu de Belles Arts, albergando piezas del pintor neerlandés Lucebert o la expresionista neoyorquina Lee Krasner.